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  • “Empiezo la jornada a las tres y media de la mañana preparando los pedidos para salir a repartir a las cinco” – Jorge Cárdenas, distribuidor mayorista

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 05/12/2025 12:46

    En esta edición N° 147 de Entrevistados, en el marco del Día del Distribuidor Mayorista, que se celebra cada 7 de diciembre, charlamos con Jorge Alberto Cárdenas, quien ejerce desde los 15 años, durante la entrevista repasó su historia marcada por la herencia familiar, las madrugadas de carga, la evolución del oficio y los desafíos que esconde un trabajo esencial para que los productos lleguen de los fabricantes a los comercios de toda la región. Con un recorrido que aún hoy define su rutina, comparte cómo es su vida siendo distribuidor. ¿Hace cuánto estás en este oficio? “Empecé en este oficio a los 15 años. Hoy tengo 36, así que imaginate el tiempo que llevo ejerciendo. Arranqué de a poquito, mis parientes me llevaban porque era menor de edad y no podía estar arriba del camión, asi que fui escalando, de a poco. Y apenas cumplí los 18 me anotaron y comencé a trabajar en blanco. Ahí empezó mi carrera diaria en el oficio de distribuidor”. ¿Recordás los primeros pasos? “Yo iba a cebar mate, miraba cómo cortaban las boletas, después me mandaban atrás con los chicos que preparaban los pedidos. Hasta que un día me dieron una boletita para armar. Le erraba siempre, obvio. Pero así se aprende. Después me quedé arriba preparando pedidos porque ahí es donde más te necesitan. Y cuando me blanquearon empecé a ir a la fábrica, a ver cargas y descargas. Ahí cambió todo el horario y la responsabilidad”. ¿Qué te motivó a dedicarte a esto? “Viene de herencia. La mayoría de mis tíos trabajan en esto y más de la mitad de mi familia está en el rubro. Era estudio o camión, así que bueno… acá estamos. Lo traigo en la sangre”. Contanos ¿cómo es un día de trabajo en este rubro? “Mi día arranca a las tres de la mañana. Me levanto a esa hora porque a las 3:30 tenemos horario de carga en la distribuidora. Llega de Buenos Aires (viene de lunes a sábado) y ahí empieza todo. Hacemos el cross-docking, que es pasar la mercadería de camión a camión. Algunos pedidos ya vienen preparados, otros los armamos con boletas, terminar esa parte lleva hasta las cuatro y media más o menos. Después cada camión empieza a preparar sus pedidos y a las cinco salimos a repartir, primero a los clientes grandes como Carrefour o Vea, que son los que abren más temprano, luego a los minoristas”, Jorge continúo “La entrada es fija, pero la salida no. Un día puedo terminar a las 11, otro a las 13 o 14. Depende de cuántos clientes haya, cuánta mercadería vino, todo varía. Pero siempre arrancamos temprano”. En todos estos años, ¿qué evolución ves en el oficio? “En lo personal, hoy mi jefe puede contar conmigo para lo que sea porque ya sé todo. A la mañana arranco ayudando en el camión, pero a las ocho y media ya estoy bajando para trabajar de vendedor, como preventista. Sé hacer boletas, preparar pedidos, manejar… todo, desde lo más básico hasta lo más difícil.” Jorge agregó: “En cuanto al oficio, antes era todo más pesado que ahora. Por ejemplo, llegué a estar en Buenos Aires cargando desde las diez y media de la noche hasta las dos o tres de la tarde. Terminas fusilado. Hoy está más alivianado, ya que no se trae tanto, ni se lleva tanto, pero en mis tiempos era duro”. ¿Cuál es la clave del rubro? “Lo primero que tenés que tener en este trabajo es responsabilidad. Ser puntual, no faltar. Porque si faltás perjudicás al compañero. Cuando yo recién arrancaba, era muy sacrificado y había que estar sí o sí. Y eso sigue igual. Acá se aprende todos los días, pero si no tenés ganas y responsabilidad, no sirve”, continuó: “Parte del desafío es lo pesado que es, pero yo lo elegí, ya que nunca fui del estudio, terminé la primaria nomás. Mis viejos me dijeron ‘es así o así’. Elegí este camino. Trabajé siempre en esto. Nunca me quedé sin trabajo en el camión. Toda mi vida es esto”. Alguna experiencia linda que nos compartas… “Yo soy de General Rodríguez, en Buenos Aires, que es donde está la empresa. Es una ciudad chica. Y gracias a la empresa y a mi tío, que es mi patrón, pude venirme a Concordia. Acá formé mi familia, mis hijos son de acá. Y sinceramente no pienso volver a Buenos Aires. Me acostumbré, es otro lugar, otra gente. Siempre voy a estar agradecido. Eso fue algo hermoso para mí”. Si alguien te dijera “quiero empezar en este rubro”, ¿qué consejo le darías? “Principalmente que sea responsable y que demuestre ganas. Eso se nota al toque. Hemos tenido empleados que preguntan, quieren aprender, progresar, y ahí te das cuenta. Y también se nota cuando alguien empieza a llegar tarde o a poner excusas. Este trabajo requiere de mucha responsabilidad. Hay que venir con actitud positiva, siempre pensando a futuro y en que las cosas van a salir bien”. ¿Volverías a ser distribuidor? “Y sí. Estoy acostumbrado. No me imagino trabajando en otra cosa. Igual, a mis hijos les recomendaría estudiar. Ojalá puedan tener un trabajo más liviano, algo de oficina. Porque este laburo es cansador. Cuando sos joven le das con todo, pero con los años empezás a sentir la cintura, el cuerpo. Yo ya me acostumbré y soy feliz con lo que hago, pero a mis hijos les diría que estudien”. Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de los reels en redes sociales, buscános como @Despertarentrerriano.

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