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Concordia » Hora Digital
Fecha: 04/12/2025 20:37
El Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina reveló que la mayoría de los adolescentes entre 13 y 18 años están en contacto con las apuestas online, ya sea de forma directa o indirecta, y destac El Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina presentó los resultados de un estudio que analiza los hábitos de consumo de apuestas online entre adolescentes de todo el país. Para esta investigación se realizaron 11.421 encuestas a jóvenes de entre 13 y 18 años, con el fin de comprender mejor su relación con las plataformas de juego y los riesgos asociados. José Scioli, director del Observatorio Humanitario, explicó que “los datos que arroja la investigación muestran claramente el riesgo al que están expuestos niños y niñas de 13 a 18 años. El uso de billeteras digitales y la publicidad permanente son las principales puertas de ingreso a las apuestas online, sin distinguir entre plataformas legales e ilegales. El 75% de los y las adolescentes que entrevistamos pide controles más estrictos sobre plataformas”. Además, el área de Juventud de Cruz Roja está desarrollando una caja de herramientas práctica y accesible para que los adolescentes puedan informarse, cuidarse y fortalecer su bienestar. Cruz Roja Argentina acompaña a jóvenes de todo el país mediante programas orientados a su desarrollo integral y a la promoción de la salud física y mental, siempre desde un enfoque de cuidado, sin juicio ni estigma. En los últimos tiempos, docentes, familias y las propias juventudes manifestaron preocupación por el avance de esta problemática. En este sentido, Luciana Marino, coordinadora de Juventud, señaló: “Estos resultados nos dan información muy valiosa para acompañar mejor a las y los jóvenes. Estamos impulsando talleres y espacios de prevención entre pares, que promueven la reflexión y el cuidado. También estamos elaborando materiales para familias y escuelas, porque creemos en redes de apoyo que realmente escuchen y acompañen”. Entre los principales hallazgos del estudio, se destaca que seis de cada diez adolescentes están expuestos al juego online, ya sea por participación directa (16%) o por vínculos cercanos que apuestan (45%). Las amistades son la principal vía de acceso y circulación, ya que el 57% de quienes apuestan ingresó por recomendación de pares, y el 78% de quienes no juegan se enteró a través de amigos o conocidos. Además, el 40% de adolescentes con experiencia directa en apuestas reportó tener personas adultas cercanas que también apuestan. El estudio también revela riesgos percibidos y efectos en la salud mental: el 79% de quienes apuestan reconoce el riesgo de adicción, y uno de cada ocho quedó endeudado (12%). Asimismo, el 69% reporta ansiedad y malestar, mientras que entre el 47% y el 49% experimenta afectación en sus hábitos de sueño y rendimiento escolar vinculados a la práctica de apuestas. El inicio en las apuestas suele darse entre los 13 y 14 años, con una participación creciente hasta los 17 o 18 años. Se observa además una marcada brecha de género: los varones apuestan tres veces más que las mujeres (24% frente a 8%), y presentan mayor frecuencia e intensidad en sus apuestas. El ecosistema digital funciona como puerta de entrada, ya que entre el 71% y 79% de los adolescentes estuvo expuesto a publicidad o contenidos de apuestas online, incluso sin participar. El acceso a las apuestas está facilitado y sin controles efectivos: el 83% de quienes apuestan utiliza billeteras virtuales como medio de pago, y el 43% accedió a través de intermediarios que les facilitaron la práctica. Además, entre el 51% y 66% de los adolescentes no logra diferenciar plataformas legales de las ilegales. En dominios simulados (.bet.ar y .com), la mayoría respondió “no estoy seguro/a”, lo que evidencia una falta de información clara sobre la regulación vigente. Por último, el 80% de los adolescentes considera que las medidas actuales para impedir el acceso de menores no funcionan, mostrando una brecha entre la regulación formal y la realidad digital. En promedio, el 75% pide controles más estrictos sobre las plataformas, y cuatro de cada diez solicitan talleres y campañas educativas. Entre las demandas prioritarias se encuentran conocer los riesgos, comprender cómo operan los algoritmos de captación y recibir información sobre dónde pedir ayuda.
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