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» Diario Cordoba
Fecha: 03/12/2025 06:59
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, orquestó este martes una pequeña ronda de entrevistas y un decreto económico con guiños a Junts para lanzar dos claros mensajes. Por un lado, reiterar su determinación de que, pese a las dificultades parlamentarias tras la ruptura de Junts y el golpe reputacional por la entrada en prisión de José Luis Ábalos, sigue intacta su determinación de agotar la legislatura. La hoja de ruta no se modifica, por lo que se lanza una invitación a los socios de investidura a aprovechar el año y medio que queda. Evitar un efecto dominó de Junts, con Podemos bajo la amenaza de bloqueo y actores fundamentales como el PNV preparándose para un adelanto de las urnas. Para muestra, algunas de las medidas exigidas por Junts que se llevaron al Consejo de Ministros de este martes. “Seguiremos avanzando en otras carpetas porque nos lo creemos”, señalan los colaboradores de Sánchez haciendo alusión a todos los socios. El otro mensaje, en el “contexto” de la reunión de Alberto Núñez Feijóo el pasado viernes con representantes del empresariado catalán, tiene como objetivo cortocircuitar este acercamiento y, por ende, evitar que Junts estudie cambiar de opinión y empezar a mirar al PP. No en vano, Feijóo les pidió ayuda hacer de intermediarios con los de Carles Puigdemont de cara a apoyar una moción de censura. Las medidas avanzadas por Sánchez son del gusto de la patronal, mientras desde el Ejecutivo subrayan a modo de aviso las contradicciones entre el discurso de Feijóo con el que se dirigió al empresariado catalán y el del pasado domingo en la concentración convocada por los populares en Madrid contra la corrupción. Feijóo los acusó de “tragar” y ser cómplices de “sostener la corrupción”. Frente a la pretensión de subrayar lo que consideran una “dinámica de ataques del PP a los partidos socios”, en Moncloa y el propio Sánchez ponen en valor la ley de amnistía y el discurso de reconciliación con Catalunya. El jefe del Ejecutivo hizo referencia durante sus entrevistas a la aplicación “total y efectiva” de la medida de gracia, un gesto que en las filas posconvergentes agrdecen porque rompe con la “normalización” que ha ido predicando Salvador Illa desde la Generalitat. Y es que en Moncloa confían en que “el regreso de Carles Puigdemont a Catalunya" pueda ser un punto de inflexión para reconducir su relación con Junts. De hecho, en Hacienda se plantean volver a presentar los Presupuestos, si los tumba el Congreso como todo parece indicar, de abrirse esta “ventana de oportunidad” con el regreso del líder de Junts. Más allá del contenido de las medidas aprobadas en el Consejo de Ministros, como el aumento del margen fiscal a los ayuntamientos o alargar los plazos en la factura electrónica, los colaboradores de Sánchez reconocen que más importante que el contenido es el mensaje. Sánchez entonó el ‘mea culpa’ y asumió que los “incumplimientos” y “retrasos” en lo acordado en Bruselas para su investidura, y proclamó su disposición a seguir avanzando en la agenda de compromisos. "Vamos a cumplir", recalcó. Entre otras carpetas, Sánchez enumeró el desbloqueo de la ley de Junts para atajar la multirreincidencia, la publicación de las balanzas fiscales y la creación de un fondo con ayudas a los propietarios para hacer frente a los impagos de alquiler. Para Junts, “no cuela” El optimismo del Gobierno, que reiteraba la portavoz del Ejecutivo Pilar Alegría en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros al mostrarse confiada en poder volver a trabajar con Junts al igual que con el resto de fuerzas de la investidura, contrasta con los recelos mostrados en privado por los dirigentes posconvergentes. Fuentes de la dirección aseguran que todo sigue igual, que mantienen el veto al Gobierno, y reclaman "hechos, no palabras". "No cuela", apuntan estas voces, e interpretan el guiño de Sánchez como una maniobra a la desesperada. Ahora bien, sí le reconocen la valentía de haber entonado el 'mea culpa' en primera persona, porque supone que ha entendido que el divorcio "iba en serio". "Le ha costado entenderlo, pero la evidencia es la evidencia", remachan. De todas formas, desde la formación recuerdan que la ruptura se produce por una retahíla de incumplimientos por parte del PSOE, por lo que señalan que lo que debe hacer el Gobierno es cumplir, sin que eso implique abrir una puerta para llegar a nuevos pactos. "Hechos quiere decir todo lo que está pendiente. Mientras, seguimos donde estábamos", concluyen. Desde Moncloa reconocen que no hay negociaciones como tales con Junts, aunque se agarran a que al menos “diálogo sí hay”. Con todo, y en línea con el mensaje a la ofensiva de Sánchez que habitualmente azuza ante nuevos golpes judiciales, sus colaboradores trazan una hoja de ruta hasta 2027. La prioridad pasa así por culminar la gestión de los fondos europeos, aprovechar la “oportunidad” para avanzar hacia la resolución del conflicto político en Catalunya y consolidar el Estado de bienestar y los derechos sociales “frente a la ola reaccionaria”. La alternativa de PP y Vox se sigue exprimiendo como mejor pegamento de los socios de investidura. Todo ello cuando exministro José Luis Ábalos ha dado claras muestras de intentar presionar al Gobierno o tirar de la manta desde las horas previas a su entrada en prisión el pasado jueves. Desde contradecir al jefe del Ejecutivo asegurando que sí mantuvo una reunión con Arnaldo Otegi para negociar la moción de censura hasta apuntar que su esposa, Begoña Gómez, participó en el rescate de Air Europa. Sánchez lo vinculó con una estrategia de defensa basada en “mentiras y falsedades” y advirtió que ni como Gobierno ni como partido van a aceptar "amenazas o chantajes" de personas o instituciones.
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