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» Diario Cordoba
Fecha: 25/11/2025 19:03
El Supremo Tribunal Federal (Stf) de Brasil dio por concluido el proceso conocido como "la trama golpista" y por lo tanto Jair Mesías Bolsonaro se mantendrá preso en una cárcel de la Policía Federal (PF) en Brasilia para cumplir una pena sin precedentes de 27 años y seis meses por ser el líder de la conjura contra Luiz Inacio Lula da Silva. La historia le reserva una ironía al hombre que gobernó al gigante sudamericano entre 2019 y 2023 en nombre de la ultraderecha: Lula había estado también encerrado en una celda de la PF, aunque en Curitiba, en el sureño estado de Paraná. El ministro del STF Alexandre de Mores tomó la decisión de mantener a "Mito", como lo llaman sus seguidores, en la Superintendencia Regional del organismo policial en el Distrito Federal donde cumplía la prisión preventiva al hacer pública este martes la sentencia definitiva que incluye la detención de otros conjurados que permanecían en libertad como los exministros de Defensa, los generales Augusto Heleno y Paulo Sérgio Nogueira y el excomandante de la Marina Almir Garnier. Además, se decidió que el extitular de Justicia, Anderson Torres, a quien le encontraron una proclama tras la fallida revuelta contra los poderes públicos del 8 de enero de 2023, sea ubicado en el Complejo Penitenciario de Papuda. Bolsonaro se quedará en esa celda en virtud de su edad, 70 años, y una salud complicada desde que en 2018 intentaron atentar en su contra con un cuchillo. Su destino, señalan los medios, podía haber sido peor: cuando el pasado sábado intentó quitarse la tobillera electrónica que vigilaba sus movimientos, no faltaron los analistas no solo presagiaron el fin del arresto domiciliario sino su encierro en una unidad penitenciaria común. Bolsonaro preservará algunos privilegios: una habitación de 12 m², con televisión, aire acondicionado, baño privado y un escritorio. De Moraes resolvió que el excapitán del Ejército reciba además una constante atención médica y que se garantice el acceso de los profesionales que lo asisten independientemente de la autorización judicial. El bolsonarismo reconocía por estas horas que la medida adoptada por De Moraes, el mismo demonio para la aultraderecha, es mucho más favorable de la que esperaban: los barrotes de Papuda detrás de los cuales estará Torres. Desde que en 1984 Brasil emprendió el camino de la democratización, tras tres décadas de régimen militar, además de Lula habían estado encarcelados los exmandatarios Fernando Collor y este último sucesor provisional de la destituida Dilma Rousseff, Michel Temer, por distintos hechos de corrupción. Celeridad del proceso Un hecho relevante de la causa que ha enviado a Bolsonaro a cárcel es la celeridad de la causa judicial, iniciada hace ocho meses. Los hechos se aceleraron de un modo que la ultraderecha no previó. Cuando la situación desembocaba en una condena inexorable se aferró a una última esperanza: la intervención del presidente norteamericano Donald Trump. Las sanciones comerciales norteamericanas no frenaron el proceso. La negociación entre Trump y Lula permitió además revertir algunos de sus costos. Hasta último momento, la defensa del expresidente negó la comisión de un delito. También quedó descolocada con el tema de la tobillera electrónica que puso en evidencia para el STF lo que siempre sospecharon: la posibilidad de un riesgo de fuga. "Usé un soldador, un soldador caliente", reconoció Bolsonaro cuando fue consultado sobre el modo que destruyó el dispositivo. Los médicos adujeron una "confusión mental" y hasta hablaron de "alucinaciones" como resultado de los medicamentos que debe ingerir. Escenarios de la ultraderecha Los hijos y la esposa de Bolsonaro, así como el Partido Liberal (PL) que lo había postulado como candidato a la reelección en 2022, El Supremo Tribunal Federal (Stf) de Brasil dio por concluido el proceso conocido como "la trama golpista" , por lo tanto,o Jair Mesías Bolsonaro se mantendrá preso en una cárcel de la Policía Federal (PF) en Brasilia para cumplir una pena sin precedentes de 27 años y seis meses por ser el líder de la conjura contra Luiz Inacio Lula da Silva. La historia le reserva una ironía al hombre que gobernó al gigante sudamericano entre 2019 y 2023 en nombre de la ultraderecha: Lula había estado también encerrado en una celda de la PF, aunque en Curitiba, en el sureño estado de Paraná. "¿Y si la derecha se divide para la disputa presidencial del año que viene, el mayor beneficiario será Lula? Yo suscribiría esa tesis si nuestras elecciones se decidieran en un solo turno. No siendo ese el caso, discrepo", señaló Hélio Schwartsman, columnista del diario Folha de San Pablo. "Sea cual sea el nombre del candidato de la derecha que pase a la segunda vuelta, recibirá el voto incluso de los bolsonaristas más radicales, que ahora protestan y acusan de traición generalizada. Es lo que acaba de ocurrir en Chile. La derecha salió dividida, la izquierda se puso por delante, pero es el candidato pinochetista el que se perfila como favorito en la contienda final, ya que la suma de los votos conservadores supera con creces a la de los progresistas".
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