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  • Crisis en la fábrica de ollas Essen: despidió a más de 30 trabajadores por bajo consumo y suba de importaciones

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 25/11/2025 10:45

    La planta de Venado Tuerto redujo dotaciones y recortó turnos por la baja de ventas La fábrica de Essen en Venado Tuerto inició un ajuste profundo que incluyó más de treinta despidos, reducción de turnos y modificaciones directas en varias líneas de producción. La empresa avanzó con ceses que alcanzaron a trabajadores de planta y a personal eventual, en un contexto marcado por la caída del consumo y por el ingreso creciente de productos importados que desplazaron etapas históricas del proceso industrial local. El recorte se convirtió en uno de los más significativos dentro del rubro de artículos metálicos para cocina en la región y generó preocupación entre los operarios por la magnitud del impacto. Las desvinculaciones se desarrollaron en distintas áreas de la fábrica. Según información aportada por delegados internos, la empresa comunicó despidos que afectaron a sectores de fundición, mecanizado y terminación, donde la actividad descendió de manera sostenida durante los últimos meses. Parte de los trabajadores cumplió tareas durante años dentro de la planta y formó parte de la estructura tradicional que acompañó el crecimiento de la marca en el país. La reducción incluyó también al personal eventual, que operó en líneas que registraron menor rotación de productos. El secretario general de la UOM Venado Tuerto, Diego Olave, confirmó este martes, en declaraciones radiales, que el número final superó los treinta despidos y señaló que la empresa avanzó con el ajuste en varias etapas. Explicó que la situación generó inquietud en la plantilla por la caída del empleo y por los cambios en el funcionamiento diario de la planta. Afirmó que el gremio recibió consultas de los trabajadores afectados y que acompañó los trámites vinculados con la desvinculación. “De los 34 despidos, 17 son de planta permanente y las demás son trabajadores eventuales. Pero Essen ya viene de aproximadamente tres meses haciendo bajas, de a dos, de a tres, de a cuatro. A estas treinta y cuatro se le suman entonces 58, incluidos los eventuales por supuesto, pero no dejan de ser bajas”, explicó Olave. Más de treinta trabajadores recibieron la notificación de despido durante semanas El primer factor que incidió en la decisión empresarial fue la baja del consumo. La venta de ollas de aluminio, sartenes y otros artículos domésticos se contrajo en casi todos los segmentos del mercado. Los comercios informaron una rotación menor y trabajaron con inventarios que no descendieron al ritmo de años anteriores. La demanda se redujo de manera sostenida y dejó a la fábrica con niveles de producción más bajos que los habituales. Ese escenario llevó a la compañía a frenar turnos, disminuir horas operativas y reorganizar la distribución de tareas entre los sectores. Las importaciones El segundo factor fue el ingreso de material importado desde China, que modificó el esquema productivo de Essen. Olave destacó este punto en sus declaraciones y aseguró que la llegada de piezas semiterminadas generó un cambio directo en la dinámica interna. Explicó que, en áreas donde operaban alrededor de treinta trabajadores, la empresa cubrió la actividad con equipos reducidos de aproximadamente ocho operarios. El cambio respondió a la incorporación de insumos que ingresaron ya procesados y que reemplazaron etapas de fabricación local, como fundición, mecanizado y preparación de superficies. Ese desplazamiento alteró la estructura histórica de la fábrica. Las líneas que dependían de procesos completos dentro de la planta quedaron limitadas a tareas de ensamblado y terminación. La presencia creciente de productos provenientes de Asia redujo la necesidad de mano de obra para sostener la cadena industrial propia de Essen. Trabajadores que se dedicaron durante años a la elaboración de piezas de alta resistencia quedaron sin actividad cuando las partidas importadas ocuparon ese espacio. La firma aplicó cambios en turnos y horarios. Algunas líneas funcionaron con dotaciones mínimas y otras directamente quedaron inactivas durante períodos determinados. La reorganización interna avanzó a medida que la empresa evaluó qué productos mantuvieron demanda y qué modelos registraron menos salida comercial. La reducción de la actividad impactó en el número de operarios que la fábrica necesitó para sostener su ritmo habitual. La decisión de prescindir de más de treinta trabajadores se dio en un proceso que se extendió durante semanas. Delegados de la UOM informaron que los despidos se acumularon de manera escalonada, con notificaciones que se sumaron en distintos momentos. Cada nueva comunicación reforzó la señal de un cambio estructural dentro de la planta. Los operarios desvinculados se reunieron con representantes gremiales para revisar la información sobre indemnizaciones y trámites administrativos. La llegada de piezas provenientes de China reemplazó etapas de fabricación local La marca enfrentó restricciones comerciales que obligaron a replantear su estrategia. La caída de ventas presionó sobre los costos de fabricación y generó un escenario en el que la importación surgió como una alternativa para cubrir la demanda en segmentos de menor precio. Ese movimiento ajustó aún más el espacio destinado a la producción local y empujó la reducción de personal en Venado Tuerto. La reducción de personal dejó a la planta con una estructura más pequeña y con líneas adaptadas a un esquema que combinó producción local con insumos externos. La empresa reorganizó su funcionamiento diario y concentró actividades en los sectores que conservaron demanda. La historia de Essen La compañía surgió a fines de los años setenta, cuando Wilder Yasci, hijo de inmigrantes nacido en Villa Cañás y radicado luego en Venado Tuerto, impulsó un proyecto propio basado en la fundición de aluminio y en un sistema de ventas apoyado en revendedores independientes. Después de un período inicial de ensayos y ajustes que se extendió durante dos años, la empresa comenzó a producir sus primeras cacerolas de aluminio. La idea surgió durante un viaje a Nueva York, donde Yasci observó un modelo similar en una tienda Macy’s, en un momento en que el mercado argentino ofrecía únicamente piezas de hierro, chapa, cobre y acero. Desde entonces, la marca acumuló más de 30 millones de unidades vendidas, apoyada en una red que superó los 20.000 distribuidores independientes. Con el objetivo de ampliar su llegada, en 2024 lanzó Essen+, un programa de fidelización considerado el primero de su tipo dentro del sector de venta directa en la región. A los pocos meses, el 60% de su base activa de clientes participó del sistema y se realizaron más de 40.000 canjes por productos como cacerolas y sets. Con más de cuatro décadas de actividad, la empresa mantiene presencia en seis mercados de América Latina. Además de Argentina, opera en Uruguay, Paraguay, Bolivia, Perú y, de manera reciente, también en México. Aproximadamente 30% de la producción se destina a estas filiales y forma parte del plan de crecimiento regional que la compañía sostiene.

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