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» La Capital
Fecha: 25/11/2025 02:22
El boom de embarcaciones tras la pandemia dejó sin lugar a cientos de usuarios. Con listas de espera en aumento y marinas colapsadas, la Cámara Náutica reclama activar una ordenanza que prevé tres bajadas públicas y lleva una década paralizada. Desde la pandemia, creció el parque náutico de Rosario y las guarderías y clubes se quedaron sin lugares libres. Hace tiempo que los rosarinos descubrieron la belleza del Paraná, pero el crecimiento del parque náutico experimentado después de la pandemia de coronavirus y el cierre en octubre pasado de una guardería de zona sur puso en crisis a los servicios que ofrecen marinas y clubes . Actualmente, ante la falta de espacios disponibles en la ciudad, los dueños de embarcaciones optan por guardarlas en otras localidades, como Granadero Baigorria, Pueblo Esther o Arroyo Seco. Mientras en guarderías y clubes crecen las listas de espera, los integrantes de la Cámara Náutica Región Rosario piden desempolvar una ordenanza que establece la creación de tres bajadas públicas de embarcaciones . La norma propone destinar espacios para darle ingreso al río a aquellas embarcaciones sin motor, motos de agua y jet sky, aparte de otras con motor que no superen los 30 pies de eslora. Sin embargo, ya cumplió diez años sin implementarse. " Los servicios de guarda de embarcaciones están colapsados ", describe sin medias tintas Dana Kleier, referente de la cámara que agrupa a a guarderías y a empresas de venta de embarcaciones y de productos y servicios para estos vehículos. La consecuencia de la falta de lugares libres donde resguardar lanchas, cruceros o veleros, advierte, pone freno no sólo a quienes quieren iniciarse en la navegación sino también a quienes están pensando en cambiar su vehículo por uno más grande . Para Kleier, la falta de espacios para guardar embarcaciones , es un problema que tiene su historia. Durante la pandemia, señala, las actividades vinculadas al río "explotaron" . Dos factores incidieron en ese proceso: la navegación fue una de las primeras en sortear los límites del aislamiento obligatorio impuesto para evitar contagios; por otra parte el precio de los motores de las embarcaciones venía rezagado. "El río se puso de moda. Si entre 2015 y 2020 se vendían cien lanchas por año, a partir de 2022 empezamos a vender 120, fue un salto grande", explica la referente de la cámara. Y si bien por esos años, la infraestructura de guarderías y clubes empezó a quedar chica, el reciente cierre de GPS, en la zona sur agudizó la situación. En octubre pasado, la empresa que administraba el predio en la zona de la desembocadura del Saladillo _propiedad del Ente Administrador Puerto Rosario_ dejó de operar la guardería y cerca de 200 propietarios de embarcaciones se vieron obligados a buscar otros espacios. Así, continúa Kleier, a la falta de espacios en la ciudad, muchos rosarinos empezaron a llevar sus lanchas a marinas de Granadero Baigorria, Pueblo Esther y Arroyo Seco. El aumento de la demanda, advierte, incrementó el precio de los servicios. Actualmente, guardar una lancha cuesta entre 150 mil y 500 mil pesos por mes, de acuerdo a la eslora de las embarcaciones y los servicios ofrecidos. También en los clubes Los clubes náuticos tampoco son ajenos al crecimiento de navegantes. "Pese a que muchos, como Rowing, Remeros o Bancarios ampliaron sus caletas, el crecimiento del parque náutico fue tan acelerado que los espacios disponibles rápidamente se llenaron", señalan desde la Unión de Clubes de la Costa, una entidad que agrupa a los 25 clubes de río que existen en la ciudad. La dificultad, aclaran, no discrimina en tipos de embarcaciones. "Hay clubes que guardan sólo veleros o yates, otros también tienen lanchas, pero todos están prácticamente llenos", afirman De acuerdo a los registros de Prefectura, correspondientes al verano pasado, en Rosario hay registradas más de 25 mil embarcaciones. Lo que pone a su parque náutico como segundo del país, apenas detrás de San Fernando (Buenos Aires) y adelante del de Santa Fe, que es el tercero. Hace diez años, se estimaba que entre yates, veleros, lanchas y motos de agua existían unas 11 mil embarcaciones registradas, a lo que se sumaban otras 10 mil de menor porte como botes a remo, kayaks, piraguas y canoas. >>Leer más: Río Paraná: arranca la nueva temporada y creció el parque náutico guarderia 3 Una ordenanza que espera Durante el verano de 2015, el Concejo Municipal aprobó la ordenanza (Nº 9.496) que crea bajadas públicas _administradas por el municipio_ para el descenso y ascenso de embarcaciones con fines deportivos y recreativos. La norma establece tres emplazamientos posibles: en espacios de uso público en la costanera norte, en sectores ribereños del centro de la ciudad, entre las calles Rioja y Pellegrini; y en las zona sur, en las costas del bajo Saladillo. Estos espacios deberán contar un un sistema de remolcadores de apoyo para embarcaciones de motor que no superen los 30 pies de eslora, motos de agua, jet sky y vehículos a remo. La referente de la Cámara Náutica considera que la habilitación de estos espacios ofrecerían una solución a quienes cuentan con espacio para guardar las lanchas en sus casas y llegar hasta el río con un trailer. "En otras localidades como San Fernando o Tigre, las bajadas públicas funcionan muy bien. Están administradas por una cooperativa y los dueños de embarcaciones abonan sólo el izado y el botado", explica y recuerda que en la licitación de la guardería de kayaks que se encuentra en la zona norte de La Florida estaba prevista la construcción de una bajada pública. Pero poco se avanzó en este proyecto. >>Leer más: Proponen tres bajadas públicas para kayaks en el norte, centro y sur de la costa Guarderías que se renuevan En este contexto, hay otras dos iniciativas que prometen soluciones a largo plazo. Una es la apertura de la licitación para explotar el espacio donde hasta octubre funcionaba la guardería GPS. La semana pasada, el Enapro publicó los pliegos para la puesta en valor, refuncionalización, mantenimiento, administración, operación y explotación comercial de un sector del área sur del Puerto de Rosario, denominada “Mangrullo”. Se trata de unos 5,3 hectáreas sobre el río que los concesionarios podrán operar durante los próximos diez años. Según estiman en el sector, la puesta en marcha de una nueva guardería podría sumar unos 300 nuevos espacios para alojar embarcaciones. Otra de las licitaciones esperadas es la ampliación de la Guardería Náutica Centro, donde actualmente funciona el club MOP. El proyecto de la Municipalidad prevé remodelar un frente de 300 metros, entre la Estación Fluvial y la Zona Franca de Bolivia, con dársenas náuticas, oficinas y usos gastronómicos. El proceso se lanzó anteriormente. pero la licitación quedó desierta porque el único oferente no cumplía con los requisitos del pliego.
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