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» Diario Cordoba
Fecha: 24/11/2025 15:05
Las orcas son uno de los depredadores más poderosos de los océanos. Cazan rayas, focas, marsopas y hasta enormes ballenas barbadas. También se atreven con los tiburones blancos, a los que ahuyentan de sus zonas de alimentación y, en algunos casos, los matan incluso. Y, sin embargo, pese a esta voracidad, no existen registros verificados de orcas salvajes que hayan matado a humanos, al menos de forma deliberada. Es más, estudios recientes han demostrado que, en ciertas ocasiones, las orcas interactúan amistosamente con las personas de maneras sorprendentes, incluso ofreciéndoles alimento a modo de ‘regalo’. Estos comportamientos ponen de manifiesto la complejidad de estos animales, en contraste con la imagen que suelen acarrear de depredadores despiadados. Las orcas nunca han incluido a los humanos en su dieta / Agencias Los destrozos y hasta hundimientos de pequeñas embarcaciones que causan en la zona del Estrecho de Gibraltar desde hace unos años no responden a un intento de agresión contra los humanos, sino que su atención se dirige a las propias embarcaciones. Y los motivos de ello aún son objeto de estudio, pero ni siquiera serían ataques deliberados, según la opinión científica generalizada. Los selectivos comensales del mar Una de las principales razones por las que las orcas no atacan a los humanos consiste en la alta especialización de su dieta. Las distintas poblaciones de animales, llamadas ecotipos, se alimentan de presas específicas, y estas preferencias se transmiten de generación en generación a través de la crianza materna. Algunas orcas consumen únicamente peces como el salmón o el arenque, mientras que otras se especializan en mamíferos marinos. Estas tradiciones alimentarias se mantienen estables a lo largo de las generaciones de orcas, y que cambien de presas es algo realmente muy poco común. Dado que los humanos nunca han formado parte de sus dietas establecidas, las orcas no muestran ningún interés en nosotros como alimento. Una orca junto con su cría / Agencias A diferencia de los tiburones, que a veces atacan a los humanos por confusión, las orcas utilizan la ecolocalización para navegar y cazar. Esto les permite crear imágenes acústicas detalladas de sus posibles presas y distinguir claramente las formas y tamaños de éstas en el agua. Esta avanzada capacidad es la razón más probable por la que las orcas no confunden a las personas con sus presas habituales. Si bien sus capacidades de sonar aún se están estudiando, no hay evidencia de que las orcas perciban a las personas como una fuente de alimento. Cuando las orcas ofrecen regalos De hecho, su relación con los humanos presenta a veces rasgos de generosidad. Recientes investigaciones han demostrado que las orcas salvajes a veces ofrecen presas que ellas mismas han capturado a los humanos, a modo de regalo. Durante un estudio de 21 años de duración, los científicos registraron 34 casos en que las orcas ofrecieron a personas peces, rayas, calamares, aves marinas e incluso una tortuga. Casos de entrega de 'regalos' por parte de orcas a los humanos / Journal of Comparative Psychology Estas ‘ofrendas’ se realizaron en diversos contextos: a personas que nadaban, se encontraban a bordo de barcos o incluso en la orilla. En muchos de estos casos, las orcas permanecieron cerca de las personas tras soltar el objeto ante ellas y, en algunas ocasiones, repitieron el gesto si la ofrenda no era aceptada. Compartir alimento es un comportamiento común entre las orcas dentro de sus grupos. A menudo se reparten las presas como una forma de mantener fuertes lazos sociales. Que este comportamiento se extienda a los humanos es poco común, pero está bien documentado. Representa un ejemplo único de cómo un comportamiento social establecido entre las orcas se ha ampliado hacia otra especie.
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