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  • Jubilación de monotributistas: datos, advertencias y los cambios que se analizan

    Parana » El Once Digital

    Fecha: 24/11/2025 08:31

    “Soy monotributista, ¿con cuánto me voy a jubilar?”. Esa pregunta, habitual en tiempos de incertidumbre, sumó en los últimos días una inquietud adicional: “¿Qué pasará con mis aportes?”. La inquietud surgió tras versiones que indicaban una eventual eliminación del régimen simplificado creado en 1998, tema que el presidente Javier Milei desmintió. En su origen, la iniciativa fue concebida como un “puente” para que los trabajadores informales ingresaran al sistema y, con el tiempo, migraran al régimen general. Sin embargo, como señalan especialistas en seguridad social, nunca se pensó para que las personas permanecieran durante toda su vida laboral dentro del esquema ni para que completaran allí los 30 años de aportes requeridos para acceder a una jubilación. Monotributo Aportes y jubilaciones De esa concepción inicial se desprende otra advertencia central: cuando la trayectoria laboral está compuesta mayoritariamente por aportes del monotributo, el resultado previsional será, en la práctica, el haber mínimo. Esto se debe a la baja cuantía de los aportes, muy inferior al de los asalariados. En el semestre actual, el aporte jubilatorio promedio ronda los $15.400 mensuales. La cifra representa menos de una décima parte del aporte personal promedio –sin incluir contribuciones patronales– de un trabajador en relación de dependencia. Las diferencias, además, se profundizan porque cerca del 70% de los monotributistas se concentra en las categorías A y B, cuyas contribuciones oscilan entre $13.663 y $15.029,49. Según datos de la Subsecretaría de Seguridad Social, ocho de cada diez adherentes al régimen general aportan hasta $16.532,44, mientras que nueve de cada diez –ya sumando las categorías D y E– no superan los $20.004,25 mensuales. Paralelamente, existen más de 435.000 monotributistas sociales, que están exentos de aportar, y otros segmentos especiales con contribuciones reducidas. Monotributo A fines de los 90, el aporte previsional del régimen general equivalía al 22% de un haber mínimo. Con la inflación y años sin actualización, la relación se deterioró. Hoy, el aporte medio equivale a menos del 4% de una jubilación básica (haber mínimo más bono de $70.000), lo que obliga a que 26 monotributistas financien, con sus aportes, solo una prestación mínima. Aunque el 70% del componente impositivo se destina a la Anses, la recaudación sigue siendo escasa. Además, algunas categorías reciben beneficios adicionales, como las asignaciones familiares, lo que genera “beneficiarios netos del sistema”, según explicó el economista Sergio Rottenschweiler. En la categoría A, por ejemplo, se abonan $37.085,74 mensuales entre impuesto y aportes, pero por cada hijo menor se perciben $59.851. Crecimiento del régimen El economista Oscar Cetrángolo advierte que la incorporación de obra social y aportes previsionales constituyó un incentivo importante para formalizarse, pero “demasiado grande y sin límites de tiempo”. Como consecuencia, el monotributo pasó de ser un puente a convertirse en un esquema donde muchos permanecen de manera permanente, afectando la sostenibilidad del sistema. En los últimos 12 años, el número de monotributistas con aportes creció un 51%. En el mismo período, el empleo asalariado privado prácticamente no varió –solo 1,7% de incremento–. Estos desbalances agravan la presión sobre las jubilaciones, que dependen tanto de aportes como de impuestos generales. Como el monotributo nació en 1998 y exige 30 años de aportes, no existen aún jubilados “puros” del sistema. La gran mayoría de quienes se retiraron en la última década lo hicieron a través de moratorias combinadas con períodos como monotributistas o autónomos. El resultado, en casi todos los casos, fue el acceso al haber mínimo. Para Rafael Rofman, investigador del Cippec, “son muy pocos quienes, siendo mayoritariamente monotributistas, se van a jubilar con las reglas actuales”, debido a la baja densidad de aportes. Los cambios posibles Frente a este escenario, los especialistas coinciden en que el régimen requiere una revisión integral. Para Cetrángolo, una reforma de fondo debería “incorporar un piso de protección social financiado con rentas generales”, en un marco más amplio de reestructuración jubilatoria. Allí, el monotributo podría ser útil para situaciones puntuales o temporales. Otro aspecto clave sería “limitar los incentivos para mantenerse en el régimen simplificado”, especialmente en relación al IVA, y mejorar la transición hacia el régimen general para evitar saltos abruptos en las cargas tributarias. Rottenschweiler sostiene que eliminar el sistema “no es una buena opción”, pero sí revisar los aportes para que “tengan más sentido con lo que se va a recibir”, tanto para monotributistas como para asalariados, y evitar inequidades. (La Nación)

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