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  • Karina, Bocelli y el compás del Gobierno

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/11/2025 03:22

    Javier Milei, Karina Milei y Diego Santilli Pasadas las 10 de la mañana, los mozos van y vienen rápido en el primer piso de la Casa Rosada, mientras se escucha de fondo a una orquesta ensayando. Suena Nessum Dorma, pieza final de la ópera Turandot, compuesta por Giacomo Puccini. La seguridad corta la circulación por los pasillos para evitar filtraciones. Los preparativos marchan bajo la supervisión última de Karina Milei, quien ya había disfrutado de la lírica de Andrea Bocelli dos días antes, en el teatro Colón, y ahora era el turno de llevar parte del show al Salón Blanco. No importa si es la organización de un agasajo o una decisión de alto nivel, allí siempre pero siempre está la hermana del Presidente. La condecoración al tenor italiano, admirado por el libertario, se da en un momento de orden superficial dentro del Gobierno. Todavía se siente el viento de cola que generó el triunfo electoral y derivó en un reacomodamiento del tablero, lo que no quiere decir que las internas se hayan cerrado. Simplemente, se corrieron del primer plano. De a poco se van completando los casilleros de la grilla pero aún quedan bajo análisis de reconfiguración botones sensibles como Justicia y la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), epicentro de operaciones y contraoperaciones que se incrementaron en el último mes. Ayer, Javier Milei anticipó los reemplazos para los ministerios de Seguridad y Defensa, tras la partida para asumir sus bancas de Patricia Bullrich y Luis Petri. Serán Alejandra Monteoliva (tal como pretendía la por ahora ministra) y el jefe actual del Ejército, Carlos Presti, cercano a Karina. Se trata del primer militar en ocupar el cargo desde el retorno de la democracia, un golpe de efecto simbólico frente al rechazo a poner a uniformados al frente de un puesto civil después de la dictadura. Alejandra Monteoliva y Carlos Alberto Presti Por ahora, la reciente delimitación de tareas políticas neutralizó los cortocircuitos y el establecimiento de una hoja de ruta concreta alineó los cañones del gabinete. Milei pidió hacer foco en el corto plazo en la aprobación del Presupuesto 2026, antes de que finalice este año, y de la reforma laboral. Este último proyecto aún no está terminado pero no tendría —sostienen— un “sesgo antisindical”, sino que será promovido como un plan “modernizador” y de alivio a las cargas de los empleadores. Si llegan con el texto, es probable que envíen la iniciativa al Senado para que empiece a tratarse en comisiones en diciembre, aún sabiendo que su discusión en el recinto recién será a partir de 19 enero, fecha a la que apuntan para dar inicio a la convocatoria de sesiones extraordinarias en el verano. Lo que sí quedó en stand by es la negociación por las sillas en la Corte Suprema y el paquete judicial. Milei no quiere que este asunto empioje las metas que trazó como prioridad y más teniendo en cuenta el antecedente fallido de elegir a Ariel Lijo y Manuel García Mansilla sin los votos para sostenerlo. El timing definido es contrario a lo que sostenía el ala del asesor Santiago Caputo, más afín a impulsar con velocidad los pliegos. Sin precisiones, todo se podría pasar para mediados del año que viene y está difuso quiénes serán los interlocutores de esa misión. Mariano Cúneo Libarona venía desdibujado al frente del Ministerio de Justicia y, tras haber anunciado su salida días previos a la elección legislativa, accedió a permanecer un tiempo más por pedido de Karina. No hay una explicación lógica a esa movida. ¿Le quieren sacar poder a Santiago Caputo? ¿Por qué directamente no lo hacen si es así? Sebastián Amerio, viceministro de Justicia, es quien venía oficiando como operador con la política y los tribunales. Soldado del asesor presidencial, fue visto por lo menos dos veces esta semana en el despacho de Lule Menem, consejero de Karina. Aunque le resten importancia a esas charlas, sí es cierto que la hermana del Presidente está más que nunca encima de la coyuntura (Manuel Adorni es sus “ojos” en todos los ministerios) y particularmente observa lo relacionado a Comodoro Py. Mariano Cúneo Libarona Los Tribunales, que solían moverse con otros tiempos, se convirtieron en usina de noticias para la dirigencia en todos sus frentes: del juicio oral por el caso conocido como los Cuadernos de las coimas —que tiene a Cristina Kirchner, ex funcionarios y empresarios de primera línea en el banquillo— a los procesos de instrucción que salpican más cerca de LLA, como $LIBRA y la investigación por la trama de corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). Aunque ni los Milei ni los Menem están imputados en expedientes, el efecto es el de la ola horadando la piedra. Un tercio de los cargos en la Justicia están sin ocupar, lo que implica un enorme deterioro en el servicio que se presta a la sociedad. Eso en el terreno del interés ciudadano. En el de la especulación, la nominación de jueces —todos surgidos de ternas de concursos que se sustancian en el Consejo de la Magistratura y luego uno por categoría es elegido por el Presidente— es parte del toma y daca de los partidos, con especial atractivo para los gobernadores, siempre inquietos por influir en quiénes serán nombrados en sus jurisdicciones. Estas categorías, a diferencia de los puestos en la Corte y el Procurador, sólo necesitan mayoría simple. De hecho, se barajó la posibilidad de primero avanzar por separado con las designaciones de cerca de 200 jueces, fiscales y defensores que están vacantes, y dejar para después los puestos que requieren dos tercios. Hace exactamente un año el entonces vocero Manuel Adorni y Amerio anunciaron el inminente envío al Senado de una lista con las designaciones. Nunca pasó. La percepción en el círculo rojo es que el “triángulo de hierro” se derritió y la concentración del poder se limita a Javier y Karina. Por eso, cualquier trascendido sobre el repliegue y la merma de influencia de Caputo cobra verosimilitud. La SIDE está atravesada por disputas de distinta índole, algo bastante habitual en el organismo, pero ahora exacerbado por las dudas sobre la terminal de mando. Sergio Neiffert llegó a ser el “Señor 5” porque allí lo puso Caputo, por la estrecha confianza que tenía con su padre. Meses después, el asesor colocó como su segundo, el “Señor 8”, a Diego Kravetz, algo que no cayó del todo bien en el titular de la Secretaría. Tampoco en una de las tribus que integra la Casa: la que responde al poderoso Jaime Stiusso. Sergio Neiffert En privado, Neiffert venía mostrando hacia interlocutores dentro del Gobierno cierta distancia de Caputo. Hubo un episodio en particular, en Rosario, que lo llevó a exhibir abiertamente su discrepancia sobre algunas decisiones. Después del 26 de octubre, en plena euforia por la victoria, la ansiedad por los cambios en el gabinete envolvieron a todo el elenco oficial. El propio Neiffert se habría reunido el mismo lunes 27 con el Presidente, al mediodía, en la Casa Rosada. Hubo otra conversación con Karina Milei con el fin de testear su situación y el marco de su continuidad, una especie de actuación para dejar claro su alineamiento directo con ambos hermanos. La cosa se puso más espesa cuando trascendió que hace unas dos semanas José Lago Rodríguez, subsecretario de la SIDE, también referenciado con Caputo, visitó al secretario del organismo en su residencia y el encuentro terminó de mala manera, de acuerdo con lo publicado por el DiarioAr. La reunión, según quien la cuente, varía en su contenido. A pesar de las fuertes versiones, ninguna fuente admite oficialmente que Neiffert haya querido pegar un portazo ni tampoco que Caputo le haya exigido que lo haga. De hecho, hay quienes sostienen que el asesor ya tiene las renuncias firmadas de aquéllos que entraron por su recomendación. Como sea, el fuego cruzado y los intereses en pugna son el testimonio del clima de descontrol que se vive dentro de la SIDE. Esa batalla transcurre de modo subterráneo mientras el Gobierno estrena su nuevo esquema. Adorni está dando las últimas puntadas a la Jefatura de Gabinete (tendrá Comunicaciones, Turismo, Parques Nacionales) y se erige como un controller administrativo. Será auditor, vocero y político. Diego Santilli parece haber entendido la lógica de los hermanos, y no se manda por las suyas. Aún resta ajustar la estructura del Ministerio del Interior a partir de lo desprolijo que fue el traspaso legal de ravioles y funciones. Se le devolvió el Registro Nacional de las Personas (Renaper), como se había prometido, y queda allí el área de Deportes. Su rol es de negociación política pura, y deberá ingeniárselas para lograr apoyos. Es toda una vidriera de oportunidad para quien tiene un objetivo claro: ser gobernador bonaerense. Diego Santilli y Gerardo Zamora Por su pedigree y las características de personalidad, más allá de que adopte la belicosidad libertaria en público, hará los esfuerzos para arribar a acuerdos. Hacia adelante, no se descarta que una vez que termine la ronda con los 20 gobernadores convocados inicialmente a la Casa Rosada —le quedan 8— pueda llegar a programar encuentros con los cuatro kirchneristas. Será una decisión del Presidente. El “Colo” viene de pelearse en redes con Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, quien se quejó de que no le atendía el teléfono y desempolvó un listado de quejas contra la gestión libertaria. “Tomo nota”, le contestó Santilli, lo que escaló aún más la tensión. Más allá de los tiroteos, el viernes había alivio en el entorno de Axel Kicillof. Obtuvo el aval del gobierno nacional para un roll over de deuda correspondiente al tramo del segundo semestre de este año, por un endeudamiento de 352 millones de dólares habilitados en la ley que aprobó la Legislatura en 2023. La provincia había logrado luz verde del entonces jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en junio de 2024 por la vigencia de un año. Eso venía demorado y se saldó a partir de un diálogo reservado en el que intervinieron el ministro de Economía, Luis Caputo; y el propio Santilli para destrabar el asunto. Esa primera señal, confirmada por fuentes de ambas administraciones, marca como probable que también exista una habilitación para la autorización de deuda que pretende el gobernador que aprueben los legisladores estos días. En especial, la parte que corresponde a cubrir vencimientos de 2026 estaría garantizada. El resto, referido a obras de infraestructura, se verá. Axel Kicillof El problema de Kicillof es más La Cámpora que Milei. Le demoran con distintos argumentos la aprobación de las leyes que necesita. El gobernador procura liquidar el año parlamentario antes del 5 de diciembre, en la previa del recambio. No arrancó la negociación concreta, pero queda abierta la pulseada por las autoridades. En la Cámara de Diputados, Sergio Massa desea que Alexis Guerrera continúe en la Presidencia. Kicillof se inclina por otra alternativa, como Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown. No se sabe aún cuál es la opinión de CFK. Será ilustrativo ver también cómo se zanja la interna libertaria ya que le correspondería una vicepresidencia: los territoriales de Karina vs Las Fuerzas del Cielo de Caputo extenderán su guerra fría hasta la provincia.

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