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» Derf
Fecha: 21/11/2025 15:43
Carlos Bianchi dejó una huella imborrable tras su paso por Boca, con el que obtuvo nueve títulos como entrenador entre 1998 y 2003. Pese a que los simpatizantes xeneizes lo respetan como a un prócer, el Virrey se ha mantenido lejos del club en los últimos años. Este jueves explicó el motivo de esa decisión y también ratificó que su corazón seguía latiendo fuerte por Vélez, más allá de que alguna se definió como “bostero”. Durante una charla que brindó en la Usina del Arte de La Boca, en el marco del encuentro Olé Summit 2025 organizado por el diario deportivo Olé, el ex director técnico fue consultado acerca de los motivos por los cuales no asistía a la Bombonera a ver algún partido y sí concurría al José Amalfitani. “Por respeto al técnico que está trabajando. A Vélez voy porque es mi casa, nací ahí”, explicó. Enseguida le consultaron qué haría si Juan Román Riquelme, presidente de la institución, lo invitara al estadio. “Dejémoslo tranquilo, está en un buen momento. Vivamos el presente. Con Román cruzamos un Whatsapp de vez en cuando. Nunca me ofreció nada. Es un tema ser dirigente de un club, nunca quise ser dirigente porque no es fácil”, señaló. “Yo una vez dije que me sentía bostero… Soy de Vélez. Uno se hace hincha de la camiseta que se pone. La primera vez que me puse la camiseta de Vélez fue para jugar cuando tenía 12 años. A partir de ahí me la puse todos los días”, explicó el extécnico, quien al mando del conjunto de Liniers consiguió seis títulos, entre ellos la Copa Libertadores 1994 y la Copa Intercontinental ese mismo año. Bianchi también hizo referencia a los entrenadores cuyo trabajo valora especialmente y que actualmente se desempeñan en clubes del fútbol argentino. Entre ellos, destacó a tres hombres a los que dirigió durante sus exitosos ciclos en Vélez y en Boca. Calos Bianchi recibió el afecto de algunos hinchas de Boca tras la charla que brindó el jueves en la Usina del Arte. Foto: Carlos Roberto Bairo. “El domingo Boca juega contra (el equipo de Carlos) Tevez. Y si gana, después se puede cruzar con (el equipo de) Guillermo (Barros Schelotto). A los dos los veo bien. Los dos están haciendo un gran trabajo, como también Mauricio Pellegrino, que va a jugar la final (de la Copa Sudamericana) este sábado (con Lanús ante Atlético Mineiro)”, remarcó. También reveló que hablaba poco de fútbol con Eduardo Domínguez, su yerno y DT de Estudiantes de La Plata. “No quiero pecar de consejero”, justificó. El Virrey también fue consultado acerca del errático presente de River. “Es una situación difícil y el primero que no la quiere vivir es (Marcelo) Gallardo. Lo que menos esperaba era la situación actual. Pero a veces llega y hay que buscarle la vuelta. Él ya tiene muchos años de DT y está preocupado. Vos decís: ‘¿Cómo puede ser?’. ¿Y vos creés que a (Lewis) Hamilton le da placer estar 15° en la Fórmula 1?”, razonó. En cuanto al seleccionado argentino, Bianchi destacó el trabajo de Lionel Scaloni: “Es bastante centrado, me representa. Es un muy buen técnico para la Selección”. Además, señaló que nunca se había sentido dolido por no haber conducido al combinado nacional. “Yo lamentaría si no me hubieran venido a buscar. Pero me buscaron tres veces y las tres veces dije que no. Una, en 1998; (si hubiese aceptado,) no habría agarrado Boca”, detalló. Calos Bianchi firmó autógrafos tras la charla que brindó el jueves en la Usina del Arte. Foto: Carlos Roberto Bairo. Bianchi tiene 76 años (los cumplió el 26 de abril) y no dirige desde agosto de 2014, cuando cerró su tercer ciclo en Boca: el entonces presidente, Daniel Angelici, lo despidió tras una derrota ante Estudiantes en La Plata por la cuarta fecha del Torneo Transición. Tras ello, nunca volvió a aceptar una propuesta laboral y no parece arrepentirse de eso. “Desde el momento en que uno deja de trabajar, tiene que disfrutar de estar en familia. Cuando la ruta se va acabando, uno tiene que planear hacer otras cosas. Lo más importante para mí es mi familia. Uno tiene el placer egoísta de estar en el fútbol, pero tiene que darse cuenta de que los placeres están en muchos lados. Si yo hubiera podido jugar toda la vida lo hubiera hecho”, afirmó.
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