20/11/2025 20:44
20/11/2025 20:44
20/11/2025 20:38
20/11/2025 20:38
20/11/2025 20:37
20/11/2025 20:37
20/11/2025 20:37
20/11/2025 20:35
20/11/2025 20:34
20/11/2025 20:34
» Elterritorio
Fecha: 20/11/2025 19:56
Anna Paula Krauchuk (16) alcanzó la etapa nacional tras elaborar y defender un ensayo sobre las crisis existenciales en el provincial realizado en octubre. En él reflexiona sobre la angustia, la duda y la condición humana. jueves 20 de noviembre de 2025 | 13:57hs. Hoy y mañana se realiza la instancia nacional en la Universidad Nacional de Tucumán. Con una mirada profunda sobre la angustia, la duda y la condición humana, Anna Paula Krauchuk (16), alumna del Liceo Naval Militar Almirante Storni, se prepara para representar a Misiones en la Olimpiada Nacional de Filosofía. Su camino comenzó con una invitación en clase y continuó con dos semanas de intenso trabajo para dar forma a su ensayo “Entre el abismo y la esperanza”, texto que defendió en el provincial del 9 de octubre y que hoy la impulsa a viajar a Tucumán con altas expectativas, compromiso y la determinación que también la acompaña en sus competencias deportivas. “Mi participación surgió gracias a la invitación que dio el profesor Tomás Neris en clase; ahí me gustó la idea y quise participar. Fueron muchos días escribiendo algo que me guste y quedara acorde al tema, y con ayuda de mi profe fuimos perfeccionando, sacando cosas y agregando otras”. A su vez, la alumna del Liceo Naval Militar Almirante Storni, comentó que fueron dos semanas de pura concentración y escritura. La fecha de la instancia provincial fue el 9 de octubre donde presentó su ensayo titulado ‘Entre el abismo y la esperanza’, basado en el tema de las crisis existenciales y lo defendió sin leer. Además, la joven indicó que ese ensayo se centró en un sentimiento que todos experimentan pero pocos expresan en voz alta, relacionado con la angustia como parte de la condición humana. También aclaró que citó a filósofos como Heidegger, Descartes, Nietzsche, Séneca, Kierkegaard y Sartre para sostener su argumento y darle fundamento teórico. “Mi ensayo habla de un sentimiento que sentimos pero nadie lo puede ver, que nos atemoriza y nos hace dudar pero nos recuerda lo vivos que estamos. Esto tiene que ver con algo tan familiar como la angustia”. Asimismo, la alumna señaló que este trabajo la ayudó a reconocer la importancia de los sentimientos y a entender cómo muchas personas intentan evadir lo que sienten. “Aprendí que uno puede expresar ese nudo en la garganta a través de palabras, y también que no soy la única que se sentía así, ya que hasta Heidegger sintió angustia alguna vez”. La etapa nacional se lleva a cabo hoy y mañana en la Universidad Nacional de Tucumán, en la provincia de Tucumán. “Tengo expectativas altas, pero no dudo del nivel de los demás autores. Estoy bastante nerviosa, pero estoy medio acostumbrada por varios nacionales de atletismo que participé y siempre con la cabeza en alto. Estuve preparando una presentación para poder ir a mostrar lo mejor de la provincia”. Fragmento del escrito de Anna Paula Krauchuk “La angustia ‘no se cura ni se combate, se asume y se resignifica’, porque ‘nos hace patente nuestra finitud’ y nos ‘recuerda permanentemente que nada es absoluto ni definitivo’”, expresó la autora apoyándose en una idea de Heidegger. A su vez, expuso que deseaba compartir una reflexión que muchas personas sienten pero rara vez se animan a decir, vinculada a las batallas internas que se atraviesan en silencio y a los miedos, inseguridades y emociones que suelen guardarse sin encontrar un espacio donde liberarlos. “Hoy escribo esta reflexión para que tengamos siempre presente que no está mal sentir miedo, sentirnos vulnerables o con dudas. Quizás no está mal dudar, y esto nos recuerda al filósofo Descartes con su conclusión de que, si dudamos, existimos; incluso hasta de nuestra propia existencia podemos dudar y considero que esto no nos hace débiles o menos humanos, sino, al contrario, humanos, demasiado humanos como en la idea de F. Nietzsche”. Además, destacó que reconocer la imperfección permite entender mejor los propios límites y generar una mirada más comprensiva hacia uno mismo y hacia los demás. “Para mí, la escritura es un medio para canalizar y poner un nombre a mis sentimientos, un espacio donde puedo enfrentar esas emociones complejas que muchas veces se quedan atrapadas, como un nudo en la garganta o una bronca contenida”, esbozaba el escrito de Krauchuk. “Así, con esta honestidad hacia nosotros mismos, podemos encontrar la fuerza para seguir adelante, con la certeza de que nuestras dudas y miedos no nos definen, sino que nos humanizan y nos conectan con quienes nos rodean. Espero poder ayudar a alguien con este ensayo, y sepan que no están solos y no está mal no estar bien”.
Ver noticia original