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Concordia » Saltograndeextra
Fecha: 20/11/2025 10:16
El entendimiento entre Buenos Aires y Washington reconfigura la agenda comercial y de seguridad en la región. El acuerdo genera apoyos y fuertes cuestionamientos, mientras análisis locales advierten que su implementación puede impactar en la integración económica del Mercosur y en la autonomía estratégica sudamericana. El reciente acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos generó una ola de reacciones en el Mercosur y abrió una discusión profunda sobre los límites y posibilidades del bloque. El pacto, alcanzado por los gobiernos de Javier Milei y Donald Trump, contempla la eliminación de aranceles estadounidenses para productos argentinos, especialmente carne bovina, y un acceso preferencial al mercado argentino para productos farmacéuticos, tecnología, vehículos e insumos agrícolas provenientes de Estados Unidos. Este anuncio tomó por sorpresa a los socios regionales, ya que —según la normativa del Mercosur— los acuerdos comerciales con terceros países deben negociarse en bloque y por consenso. Preocupación desde Uruguay: “No es una buena señal” Una de las voces más críticas fue la del ministro uruguayo de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, quien declaró que el movimiento argentino genera “desorden” y falta de previsibilidad en el bloque. Según publicó Sputnik, el ministro sostuvo que este acuerdo “no es una buena señal” para la estabilidad del Mercosur y se preguntó si Argentina está rompiendo la cláusula que prohíbe negociar bilateralmente por fuera del bloque. Para Fratti, el riesgo es claro: “Antes sabías cuál era el arancel y dónde podías vender. Ahora no se sabe más nada”. El ministro advirtió que este tipo de decisiones puede debilitar aún más un mercado común que requiere reglas claras para funcionar. Análisis técnico: entre la normativa y la estrategia La situación se volvió materia de análisis académico y técnico. El especialista argentino Jorge Lucangeli, consultado también por Sputnik, afirmó que el acuerdo “vulnera el marco vigente”, ya que otorga preferencias a un país externo que no reciben los demás miembros del Mercosur. Lucangeli consideró que el tema debería discutirse en la próxima cumbre del bloque, prevista para diciembre en Brasil. Sin embargo, la analista Paz Castaing ofreció una visión más moderada: no se trataría de un Tratado de Libre Comercio, sino de un acuerdo bilateral limitado, aunque igualmente estratégico. Una mirada diferente desde el gobierno uruguayo Aunque el ministro Fratti alertó sobre los riesgos, el presidente uruguayo Yamandú Orsi propuso leer la situación desde otra óptica. Orsi sostuvo que la jugada argentina también puede ser una oportunidad, remarcando que en un mundo cada vez más competitivo, “no podés cerrarte”. Asimismo, el canciller uruguayo Mario Lubetkin viajó a Buenos Aires para dialogar con su par argentino y conocer con mayor precisión los alcances del acuerdo. Sin embargo, descartó que Uruguay busque sumarse, ya que se trata de un pacto entre dos países. Su enfoque es pragmático: primero comprender el alcance, después evaluar los efectos y, en la medida de lo posible, aprovechar las oportunidades sin renunciar a la integración regional. Integración educativa: una respuesta estratégica La discusión sobre el acuerdo comercial coincidió con otra iniciativa de integración más profunda. El profesor brasileño Daniel Cara, de la Universidad de San Pablo (USP), propuso la creación de un “Enem del Mercosur”, es decir, un examen regional de acceso universitario que unifique criterios, promueva la movilidad estudiantil y refuerce la soberanía educativa. Para Cara, una mayor integración académica es la mejor respuesta a la “guerra híbrida” que busca debilitar gobiernos progresistas en la región. En un contexto donde algunos países flexibilizan y otros buscan preservar el modelo original, la educación aparece como una vía posible para fortalecer el bloque desde su base social y ciudadana. Mirando hacia la cumbre de diciembre El debate finalmente se trasladará a la próxima reunión del Mercosur, donde se espera discutir tanto el alcance del acuerdo bilateral como su impacto en la negociación con la Unión Europea, prevista para el 20 de diciembre. La pregunta que atraviesa esta coyuntura es clara: ¿El acuerdo Argentina–Estados Unidos representa una ruptura del Mercosur o una señal del nuevo pragmatismo regional? Mientras tanto, el bloque navega entre tensiones internas, la necesidad de modernizar sus herramientas y el desafío mayor: no perder su sentido histórico de integración solidaria y soberana, especialmente para regiones como Salto Grande, donde la cooperación binacional se vive cotidianamente.
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