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  • Crece la polémica: "Premiaron una obra ya presentada antes, lo cual contradice el reglamento"

    Parana » Uno

    Fecha: 18/11/2025 00:59

    El escritor Mario Villagra desde Francia se sumó a la polémica y cuestionó el premio dado al funcionario Fernando Kosiak. "La culpa no es del chancho..." señaló Tras conocerse que el Primer Premio en Arte Textil del 62º Salón Provincial de Artes Visuales de Entre Ríos fue otorgado a una obra que, según denuncian artistas y gestores culturales, es prácticamente idéntica a otra presentada, y premiada con mención en la edición anterior del certamen, se armó una polémica que no deja de crecer. El episodio suma reclamos desde otros puntos del mundo, como es el caso del entrerriano Mario Villagra, que se volcó a las redes sociales desde Francia. Recordemos que la pieza en cuestión es Flora entrerriana. Primer brote, del artista Fernando Kosiak y hay quienes sostienen fuertemente que se contrapone directamente con los requerimientos históricos del salón, organizado desde 1963 por la Secretaría de Cultura de Entre Ríos, a través del Museo Provincial de Bellas Artes Doctor Pedro E. Martínez, que prohíbe sin excepciones la presentación de obras ya exhibidas en el mismo concurso. La discusión ya está planteada, incluso el mismo Kosiak a través de UNO defendió su obra, aunque no dejó de reconocer que se trata de la misma obra del año anterior, con nuevo título, un texto conceptual diferente y un fragmento modificado. Obra de Fernando Kosiak Crece la polémica: "Premiaron una obra ya presentada antes, lo cual contradice el reglamento" TE PUEDE INTERESAR >>>> Ferny Kosiak respondió a las críticas por la premiación del Salón Provincial de Artes Visuales La controversia está planteada, y ya divide las aguas en el mundo del arte entrerriano, y de los entrerrianos por el mundo. Polémica por el premio a Fernando Kosiak Dice Villagra: "Pienso en que escribo estas palabras no solo por solidaridad hacia mis compañeros, que tantas veces callan por miedo a quedar expuestos o por el agotamiento de haberlo dicho antes —cosa que también entiendo—. “No abro la noticia porque me angustia”, dijo uno. Hasta ese punto hemos llegado: angustia ver esto. Resulta que dieron un premio a una obra, practicamente, ya presentada antes, lo cual contradice el reglamento. No obstante, es enternecedor —y un poco cómico— ver al reciente ganador del certamen explicar que su obra no era la misma que había presentado el año pasado. Cambió una coma, tal vez dos; un viraje mínimo, imperceptible para cualquier mortal que no fuese poseedor de un microscopio moral. Sin embargo, defendió su gesto con la solemnidad de quien cree haber reescrito el destino. Y ya lo dice el refrán: la culpa no es del chancho, sino de quien le da de comer. Aunque, en este caso, habría que revisarlo un poco: aquí las culpas están repartidas. ¿Dónde están los jurados, los grandes responsables de cultura? ¿No van a indagar siquiera, o harán caso omiso al malestar que todo esto ha generado? Con ese criterio, entonces, podríamos despertar cualquier mañana y anunciar que ahora existen 57 luces de provincia de Mastronardi —todas nuevas, todas distintas, todas premiables—. Quizás alguien lo diga, y otro lo premie, y el resto aplauda con la misma alegría distraída con que se celebran las mínimas variaciones del mundo. La ética no es una prenda que uno se pone para las grandes ocasiones, sino el pulso íntimo que guía la conciencia en su afán por transferir, superar o incluso dominar la naturaleza del vivir. Y la técnica —hija ambiciosa de ese mismo afán, que no niego que él tenga, como cualquiera de nosotros podría llegar a dominar— debería, a medida que avanza en su delicado dominio de la vida, aprender a incorporar valores y entendimiento, no solo ornamentos, por el bien de la sociedad que habitamos. La ironía es sencilla: la técnica puede maquillar; la ética, en cambio, no se deja engañar por una coma movediza. Y así seguimos: permitiendo, celebrando, repitiendo, sin mirarnos a la cara y sin reconocer que la autocrítica ligada al conocimiento, al saber y al bien común es lo que nos salva de pasar penas y enojos innecesarios. Feliz domingo". Embed Clima de disgusto y malestar El artista Mario Milocco también se volcó a las redes y habló de "sabor amargo", aunque no brindó especificaciones sobre la causa

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