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  • Este ingrediente cotidiano podría estar acelerando el envejecimiento de tu piel

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 17/11/2025 17:00

    El consumo excesivo de azúcar acelera el envejecimiento de la piel y favorece la aparición de arrugas prematuras (Getty Images) Una dieta rica en azúcar puede estar acelerando la llegada de las arrugas mucho más de lo que se imagina. Más allá de la genética o del uso de costosos cosméticos, el consumo habitual de azúcar actúa de forma silenciosa pero poderosa en la apariencia y salud de la piel. Así lo advierten expertos consultados por Self, quienes remarcan que los hábitos alimentarios, especialmente la ingesta de azúcares ocultos en productos cotidianos, restan firmeza, luminosidad y vitalidad al rostro. La ciencia confirma que este ingrediente común transforma el cutis y favorece el envejecimiento prematuro, poniendo en jaque los esfuerzos por mantener una piel joven. Glicación: el proceso biológico detrás del daño El principal mecanismo es la glicación: el exceso de azúcar en la dieta se une a proteínas, lípidos y ácidos nucleicos, formando productos finales de glicación avanzada (AGEs). Con el tiempo, estos AGEs se acumulan y acentúan los signos visibles y estructurales del envejecimiento, explicó la dermatóloga Elizabeth Bahar Houshmand a Self. La glicación, proceso biológico causado por el azúcar, daña el colágeno y la elastina, afectando la firmeza y elasticidad cutánea (Imagen Ilustrativa Infobae) Las proteínas más afectadas son el colágeno y la elastina, claves para la firmeza y elasticidad. Según Houshmand, los AGEs rígidos dificultan la regeneración de la piel, provocando pérdida de flexibilidad y mayor propensión a los daños. Un estudio publicado en Frontiers in Endocrinology confirmó que los niveles elevados de AGEs en la piel están fuertemente relacionados con un aumento de arrugas, pérdida de elasticidad y un tono más apagado, incluso en personas jóvenes y sanas. Los investigadores destacaron que la acumulación de AGEs inducida por una dieta alta en azúcares y carbohidratos refinados puede acelerar visiblemente el envejecimiento cutáneo, sin que factores como la exposición solar, el tabaco o la genética logren compensar este efecto. Además, señalaron que las intervenciones dietéticas pueden reducir la carga de AGEs y favorecer una piel más firme y luminosa en periodos relativamente cortos Consecuencias biológicas y visibles del exceso de azúcar El dermatólogo Anthony Rossi, del Memorial Sloan Kettering Cancer Center, explicó en Self que la glicación genera estrés oxidativo e inflamación crónica de bajo grado. Estas condiciones aceleran la degradación del colágeno y dificultan que la piel resista agresiones externas como la radiación ultravioleta y la contaminación. Así, la piel puede presentar barrera debilitada, cicatrización lenta y mayor riesgo de complicaciones metabólicas, tales como úlceras diabéticas e infecciones. Estudios científicos confirman que los productos finales de glicación avanzada (AGEs) intensifican la pérdida de luminosidad y elasticidad en la piel (Imagen Ilustrativa Infobae) Los daños visibles se desarrollan gradualmente. Según Houshmand, la piel pierde firmeza y elasticidad, adquiere un tono apagado o amarillento y se vuelve más propensa a líneas finas y flacidez. La llamada “cara de azúcar” —piel opaca y amarillenta— ha sido confirmada por estudios recientes, que demuestran cómo los altos niveles de AGEs intensifican la decoloración y disminuyen la luminosidad. Recomendaciones internacionales y realidad del consumo Las recomendaciones internacionales sobre el azúcar son claras. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) coinciden: los azúcares añadidos no deben superar el 10% de la ingesta calórica diaria. La OMS sugiere que reducir el porcentaje al 5% aporta beneficios adicionales para la piel. Además, la Asociación Americana del Corazón establece límites más estrictos: hasta nueve cucharaditas (36 gramos o 150 calorías) para hombres y seis (25 gramos o 100 calorías) para mujeres. Sin embargo, tres de cada cinco estadounidenses superan estos límites, con promedios de 19 cucharaditas al día en hombres y 15 en mujeres. Basta una sola bebida azucarada para activar la glicación. El exceso de azúcares y carbohidratos refinados incrementa el riesgo de piel opaca, flacidez y tono amarillento, incluso en personas jóvenes (Imagen Ilustrativa de Infobae) El impacto negativo no proviene solo de los dulces o bebidas azucaradas. Otros carbohidratos refinados —pasta, papas fritas, pan blanco— también aumentan la glicación. El exceso de alcohol deshidrata la piel y los alimentos fritos y ultraprocesados contienen grasas inflamatorias y aceites oxidados que dificultan la reparación cutánea, explicó Houshmand. ¿Puede revertirse el daño causado por el azúcar? La buena noticia es que los efectos del azúcar sobre la piel no son inmediatos ni irreversibles. Rossi afirmó que el deterioro depende de los hábitos a largo plazo, y Houshmand agregó que no se trata de eliminar completamente los dulces, sino de evitar su consumo diario. “No es como si comer un helado ocasionalmente fuera a arruinar la piel de forma permanente”, explicó la dermatóloga. Reducir los azúcares añadidos y carbohidratos refinados, junto con priorizar alimentos integrales y de bajo índice glucémico, mantiene niveles de glucosa más estables. Además, una dieta rica en antioxidantes —vitaminas C y E, carotenoides y polifenoles presentes en frutas, verduras y té verde— neutraliza el estrés oxidativo y protege el colágeno. Rossi destacó que quienes consumen con regularidad estos alimentos suelen tener una piel más luminosa. Reducir azúcares añadidos y priorizar alimentos ricos en antioxidantes ayuda a mantener una piel más firme, luminosa y saludable (Imagen Ilustrtiva Infobae) Otros nutrientes esenciales incluyen vitamina C, zinc y cobre, necesarios para la síntesis de colágeno. Houshmand enfatizó la importancia de una hidratación adecuada, sueño reparador, uso de protector solar y control del estrés, ya que el cortisol elevado agrava la inflamación y la glicación. Por último, Desiree Nielsen recordó en Self que el equilibrio es esencial: disfrutar un dulce ocasionalmente no supone un riesgo significativo. El bienestar emocional y el placer también aportan a una piel saludable y de aspecto juvenil.

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