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  • El derrotero de la taquigrafía parlamentaria en la Argentina

    Parana » Uno

    Fecha: 16/11/2025 14:21

    Cuenta Rafael Hernández, hermano del genial autor de El Gaucho Martín Fierro, que el primer taquígrafo parlamentario de nuestro país fue don Bernardo de Victorica, “un argentino nacido en Maldonado”, cuando el Uruguay formaba parte del Virreinato del Río de la Plata, quien en 1818 fue nombrado oficial de secretaría por el Director Supremo don Juan Martín de Pueyrredón. Cuando se instaló la H. Cámara de Representantes fue su único taquígrafo. En su paso por España, Bernardino Rivadavia contrata en Cádiz a los taquígrafos españoles Ramón Escobar y José María Nadal y Murillo para registrar los debates del Congreso Constituyente inicia sus sesiones en 1824 y culmina con la sanción de la Constitución unitaria de 1826, otro de los intentos fallidos por organizar políticamente el país a nivel nacional. Con estos tres nombres comienza la historia de la taquigrafía parlamentaria en la Argentina, los tres practicaron la taquigrafía española inventada por don Francisco de Paula Martí. Finalmente, el 1º de mayo de 1853 se constitucionaliza el país con la sanción del Congreso General Constituyente reunido en la ciudad de Santa Fe. Aunque se hicieron gestiones para conseguirlos, lamentablemente en los debates de la magna Asamblea no actuaron taquígrafos, porque los pocos que entonces había en el Plata estaban en la provincia de Buenos Aires, entonces separada del resto del país. taquigrafía cámara de diputados El derrotero de la taquigrafía parlamentaria en la Argentina Instalado el Congreso Federal en la ciudad de Paraná, Capital Provisoria de la Confederación Argentina, recién en julio de 1857 actuará el primer taquígrafo: Jonás Larguía, entonces Prosecretario de la Cámara de Diputados. Ardua tarea para un solo taquígrafo, presenta la renuncia a cumplir esa función; pero la Cámara no la acepta. Finalmente en agosto de 1858 le aceptará la segunda renuncia para viajar becado a Italia a perfeccionarse en estudios artísticos y de arquitectura. A su retorno de Europa, con la capital nacional ya instalada en Buenos Aires, el presidente Mitre le encarga el diseño arquitectónico del primer edificio del Congreso Nacional, que se construirá frente a la Plaza de Mayo. Pero en el Congreso Federal con sede en Paraná actuará el segundo taquígrafo, el más ilustre de la Argentina por su legado a la literatura gauchesca, que alcanzará fama mundial: don José Hernández. Taquigrafió los discursos en las sesiones del primer Senado nacional y de las sesiones de la Convención Constituyente ad hoc, celebradas en 1860 en Santa Fe, luego de la reincorporación de la Provincia de Buenos a la República Argentina. Allí se vio frente a frente con el convencional Domingo F. Sarmiento, a quien fustigaba desde las páginas de El Nacional Argentino con artículos periodísticos firmados con pseudónimo. “A mi lápiz de taquigrafía debo mis estudios constitucionales”, solía decir Hernández, porque debió taquigrafiar los debates de los hombres del Paraná, aquellos que desde nuestra ciudad organizaban los poderes públicos de la República. A instancias del presidente Sarmiento, por ley se crea la Cátedra de Fonografía en el Colegio Nacional de Buenos Aires. La fonografía es la taquigrafía inventada por el inglés Isaac Pitman, que adaptó al castellano don Guillermo Parody, a quien se encomienda el dictado de las clases. Esa cátedra fue un verdadero semillero de taquígrafos que luego prestarían servicios en las Cámara legislativas nacionales y provinciales. Uno de sus alumnos, Gabriel H. Larralde, ya en su madurez publicará el tratado de estenografía -otro de los tantos nombres que tiene este arte milenario- más difundido en nuestro país: “Hemos trabajado -afirma el autor-con la aspiración de que las ideas expresadas en nuestro idioma con la velocidad de la oratoria, se puedan perpetuar por medio de un sistema de escritura rápida nacido en esta tierra, para que podamos ostentar, sin menoscabo y con orgullo, una verdadera Estenografía Argentina”. taquigrafía En apretada síntesis, ese ha sido el difícil derrotero que la profesión del taquígrafo parlamentario debió recorrer en la Argentina, que llevó a cubrir con éxito los requerimientos de los cuerpos legislativos nacionales, provinciales y municipales. En septiembre de 1947, con la presencia de los delegados de los Cuerpos de Taquígrafos del Senado y Cámara de Diputados de la Nación y de las Cámaras legislativas de las Provincias de Buenos Aires, Mendoza, Entre Ríos y Corrientes, y la adhesión de los Cuerpos de Taquígrafos de otras Legislaturas provinciales, se realiza en Buenos Aires la Primera Conferencia Nacional de Taquígrafos Parlamentarios, donde se resuelve declarar el 16 de noviembre como Día del Taquígrafo, en razón de haberse fundado en esa fecha del año anterior la Asociación Argentina de Taquígrafos Parlamentarios *Por Julio C. Ormaechea/ Taquígrafo de la Cámara de Diputados de Entre Ríos con más de 30 años de trayectoria

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