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» Diario Cordoba
Fecha: 16/11/2025 10:51
Actúa en Córdoba el 16 de noviembre, justo el Día Internacional del Flamenco. ¿Qué significa para usted celebrar esta fecha tan simbólica y, además, en su tierra? Pues mira, para mí, el hecho de que sea en casa, en Córdoba, ya es un regalo. Actuar aquí siempre lo es y hacerlo en el Góngora tiene un encanto especial. Hemos actuado antes en la Noche Blanca del Flamenco, en la calle, que también tiene su cosa especial, pero teníamos ganas de ir al teatro. Lo de que justo sea el Día Internacional del Flamenco y que esté dentro de la programación paralela del concurso nacional me motiva muchísimo. Me empodera, y creo, además, que refuerza la propuesta escénica que llevamos. Ha conseguido fusionar dos mundos muy distintos como lo son el circo y el flamenco. ¿Cómo ve que el flamenco se está abriendo a la experimentación? Yo creo que el flamenco es un arte vivo. Y como arte vivo, está en constante debate y evolución. Hay líneas más ortodoxas, que todos los que amamos el flamenco consumimos, pero también hay una parte que empuja hacia lo nuevo. Vivimos en una época de cambios, de transformación, de globalización... y el flamenco, como todo arte, no es ajeno a eso. En mi caso, he experimentado con el circo, me siento muy flamenco, pero también muy cirquero. Las propuestas que traigo son fruto de ese mestizaje. Más que decir que el flamenco «se está abriendo», yo diría que hay más artistas dispuestos a demostrar que el flamenco ya es de por sí un arte abierto y plural dispuesto a todo. ¿Qué le llevó a explorar este camino? Empecé con los malabares a los 18 años. Por aquella época vi un espectáculo que me marcó muchísimo, era un elenco flamenco con artistas de circo. Me voló la cabeza. Me encantó. Con el tiempo, muchos de esos artistas se convirtieron en mis amigos y referentes. Y ahí fue cuando pensé que si el flamenco y el circo eran dos cosas que me gustaban, por qué no animarme a juntarlas yo. Hablemos de ‘Empaque’. ¿Cómo fue el proceso de creación y cómo está viviendo su puesta en los escenarios? Han sido tres años y medio de trabajo muy intenso. He desarrollado parte técnica y también la malabarística. Quería mejorar mucho para ofrecer algo diferente al show anterior. Durante el proceso monté un equipo grande y potente, aunque la puesta en escena fuera unipersonal. Estoy solo en el escenario, pero hay mucha gente detrás que lo ha hecho posible. Estrenamos a principios de 2025, en la Feria Europea de Artes Escénicas, y allí ganamos el premio a Mejor Espectáculo de Noche. Imagínate estrenar en un sitio así y encima con premio... fue un empujón enorme. ¿Qué hay detrás de la pregunta que lanza el espectáculo: «Empaque de qué»? Cuando me embarqué en este proyecto, quería cambiar la dinámica de la compañía. Venía del personaje de Chicharrón, que tenía su historia y su contexto, pero esta vez quería hacer algo más contemplativo, más simbólico. Me inspiré en artistas como Israel Galván, en esa idea de que cada persona haga su propio viaje como espectador. Empaque es eso: una sucesión de cuadros, de escenas que puedes interpretar libremente. Me gusta reinterpretar conceptos flamencos. Para mí, Empaque tiene que ver con la identidad, con saberse quién es uno mismo. Y quería reivindicar eso. No busco dar respuestas, sino generar preguntas. Que el público se cuestione, que sienta, que interprete. Hay cante por soleá, por seguiriya, por rumba... hay momentos de humor, de silencio, de transformación. Todo está pensado al detalle, pero no para que el público lo entienda todo, sino para que lo viva y lo sienta. Ha mencionado el humor. ¿Qué papel juega dentro del espectáculo? Desde el principio sabía que quería que existiera el humor. Me encanta reírme y creo que en el escenario aligera muchísimo. No es un espectáculo cómico, no hay carcajadas, pero sí mucho humor absurdo, que ayuda a que el público se relaje. Cuando te ríes, dejas de preguntarte si estás entendiendo o no. Y eso me parece muy sano. Hace que todo fluya. Me gusta que el espectador tenga su diálogo interno, pero también que pueda disfrutar y desconectar. ¿Cómo definiría el espectáculo con una sola palabra? Pues es que solo se me viene Empaque. Porque lo aglutina todo. Podría ponerle más apellidos pero al final es una palabra que lo dice todo y, a la vez, lo deja abierto. ¿Qué le gustaría transmitir al público cordobés que ya tiene sus entradas o al que aún no se ha animado? Que se anime. Van a ver una compañía local con mucha fuerza y que es reflejo de la potencia artística que hay en Córdoba. Además, estar dentro de la programación del Concurso Nacional de Flamenco es un sueño. Yo he ido desde pequeño a verlo, y ahora formar parte de esa cartelera, con artistas de tanto nivel, me parece increíble. Y a quien diga «a mí es que el flamenco no me gusta», le diría: «Ven, porque vas a ver un flamenco diferente. Te lo vas a pasar bien. Vas a ver y sentir cosas que no has visto ni sentido nunca».
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