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  • “Safari humano en Sarajevo: las oscuras denuncias contra paramilitares italianos durante la guerra de Bosnia”

    Paraná » Confirmado.ar

    Fecha: 16/11/2025 08:57

    Nuevos testimonios y documentos judiciales reflotan una de las acusaciones más perturbadoras de la Guerra de los Balcanes: presuntos ciudadanos italianos que habrían viajado a Sarajevo para participar en “safaris humanos”, disparando contra civiles sitiados como si se tratara de un macabro deporte. Aunque varias investigaciones fueron abiertas en Italia y Bosnia, los responsables nunca fueron plenamente identificados y el caso sigue envuelto en sombras. Por AF para Confirmado La Guerra de Bosnia (1992–1995) dejó un saldo de más de 100.000 muertos y episodios atroces que aún hoy continúan saliendo a la luz. Entre ellos, uno de los relatos más estremecedores vuelve a cobrar relevancia: la presunta presencia de italianos que viajaban a Sarajevo para participar en “safaris de la muerte”, disparando desde posiciones francotiradoras contra civiles indefensos. El origen de las denuncias Las primeras acusaciones surgieron a partir de testimonios aportados por excombatientes bosnios y por organizaciones humanitarias que operaban en Sarajevo durante el sitio más prolongado de la historia moderna. Según esos relatos, algunos grupos paramilitares habrían permitido el ingreso de extranjeros —entre ellos Italianos con vínculos ultraderechistas— para “experimentar el combate”, lo que en la práctica significaba apuntar a población civil, desde mujeres y ancianos hasta niños que cruzaban las calles bajo el fuego constante de los francotiradores. A finales de la década de 1990, varias ONGs insistieron en que existían pruebas indirectas que vinculaban a ciudadanos europeos, especialmente italianos, con estas prácticas macabras. Sin embargo, nunca se avanzó lo suficiente como para obtener condenas firmes. En años posteriores, fiscales italianos retomaron fragmentos de estas denuncias a partir de declaraciones de exmilitares y voluntarios que participaron en misiones humanitarias. En algunos expedientes se mencionaron nombres de simpatizantes de grupos neofascistas italianos que habrían viajado a la ex Yugoslavia aprovechando el caos de la guerra para “vivir la experiencia” del combate como un espectáculo. Los relatos coinciden en que estos individuos no formaban parte de fuerzas regulares y se desplazaban con apoyo logístico de facciones armadas locales. Las investigaciones, sin embargo, chocaron con la falta de documentos oficiales, la destrucción de archivos y la imposibilidad de localizar testigos clave. Francotiradores, turismo de guerra y crueldad extrema Sarajevo, durante el sitio, se convirtió en un escenario donde la vida cotidiana podía terminar con un solo disparo. El “Sniper Alley” —el corredor más peligroso de la ciudad— fue uno de los puntos mencionados en los informes que aludían a la presencia de extranjeros. Testigos aseguraron que algunos de estos visitantes tenían acceso a armas de precisión y posiciones privilegiadas desde las cuales elegían blancos civiles. “Era como si estuvieran probando puntería”, declararon en su momento algunos sobrevivientes del asedio. Estas acusaciones se enmarcan en un fenómeno mayor conocido como “turismo de guerra”, que durante los años 90 se expandió de manera clandestina, permitiendo que individuos con recursos pagaran por participar en combates o en prácticas de tiro real, en flagrante violación del derecho internacional. Lo que dicen los informes bosnios Documentos originados en Sarajevo durante la posguerra mencionan la presencia de europeos occidentales entre los grupos armados serbobosnios, pero la mayoría de ellos no pudieron ser identificados con precisión. En algunos casos, solo se contaba con apodos o descripciones físicas. A pesar de ello, los informes coinciden en un punto: existió un flujo irregular de extranjeros atraídos por el conflicto, muchos de ellos con ideologías extremistas y conexiones políticas dentro de sus países de origen. Impunidad y silencios Hasta hoy, ninguna autoridad judicial —ni en Italia ni en Bosnia— ha podido reconstruir completamente la red que habría facilitado el traslado y participación de estos individuos. La falta de registros, la muerte de testigos y la resistencia de algunos sectores militares a aportar información sellaron el caso bajo una gruesa capa de impunidad. Diversos organismos de derechos humanos insisten en que estos episodios forman parte del catálogo más brutal de crímenes cometidos durante la Guerra de Bosnia y exigen que se reabran los expedientes, especialmente ahora que surgieron nuevos testimonios en manos de investigadores independientes. Para los habitantes de Sarajevo, que vivieron el asedio entre 1992 y 1996, estas historias no son leyendas urbanas, sino parte de una realidad marcada por el terror y la arbitrariedad. Los disparos desde las colinas no distinguían banderas ni nacionalidades: golpeaban a cualquiera que se atreviera a salir en busca de agua o comida. La posibilidad de que algunos de esos tiradores hayan sido extranjeros que pagaron por matar reaviva un dolor histórico que sigue sin cerrarse. Periodista de investigación. Post Views: 6

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