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Paraná » 9digital
Fecha: 15/11/2025 14:06
Un entrerriano llamado Ezequiel Blanco, séptimo hijo varón, fue reconocido como ahijado el presidente Javier Milei. El hombre nació en la ciudad de Concordia hace 52 años, pero hoy en día vive en la otra costa de la provincia, más precisamente en la ciudad de Crespo, luego de varios años viviendo en Chubut. La historia fue contada a Diario Río Uruguay por su hermano Rafael, que vive en la ciudad de Concordia y no ocultó su sorpresa porque el padrinazgo llega luego de tantos años. Los motivos de la demora Según el testimonio del hermano del ahijado presidencial, el padrinazgo de Ezequiel habría comenzado a gestionarse durante una de las presidencias de Carlos Saúl Menem. Sin embargo, fue reconocido durante la gestión de Javier Milei, en pleno 2025. Pero ¿a qué se debe esto? De acuerdo con sus palabras, Juan Blanco, padre de ambos hermanos, se tomó su tiempo para iniciar el correspondiente trámite. En el momento del nacimiento, Argentina estaba bajo el mandato de Alejandro Agustín Lanusse (1971 – 1973) y, años más tarde, tendría lugar el período de la Dictadura Militar (1976-1983). Con el advenimiento de la democracia estaba la esperanza de que un peronista regresara al poder, pero hubo que esperar hasta finde de la década del 80 para que Carlos Menem llegara a la presidencia, momento en el que se habría iniciado el correspondiente trámite oficial. El origen de la tradición Cabe recordar que esta costumbre tiene sus raíces en una antigua creencia popular que llegó a la Argentina con los inmigrantes. Según la leyenda, el séptimo hijo varón estaba destinado a convertirse en lobizón, por lo que, para romper esa maldición, se debía tener un padrino de alto rango o con poder espiritual (como un cura o una autoridad importante). Con el paso del tiempo, esa costumbre popular se institucionalizó en el país y el primer presidente argentino en apadrinar oficialmente a un séptimo hijo fue Agustín P. Justo, en 1930. No obstante, la tradición se consolidó con Juan Domingo Perón cuando ocupaba un cargo militar, que luego continuó desde la presidencia. La tradición fue oficializada durante la presidencia de Arturo Frondizi, a través del Decreto N° 3798/1958 y, desde entonces, se trata como una distinción simbólica y honoraria, en la que el ahijado recibe una medalla de oro y un diploma del presidente. Fuente: Diario Río Uruguay
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