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Parana » Uno
Fecha: 13/11/2025 18:38
El palacio de Concordia es considerado como el primer Palacio Urbano de Entre Ríos fue declarado Monumento Histórico Nacional. Hace 41 años es Museo Regional. El palacio fue construido desde 1916 por el arquitecto Gabriel Dulín y ejecutada por el constructor Luis Pepey. Una esquina céntrica de Concordia guarda en su interior una historia de modernismo de principio del siglo XX. Se trata de la obra maestra que inspiró a Juan Bautista Arruabarrena tras un viaje de trabajo al viejo continente. Este terrateniente local buscó engalanar las calles con un Palacio propio a su ambición y que con el paso de las décadas se establece como muestra de elegancia. Luego de un viaje por Francia, allá por 1916 Arruabarrena decidió poner en marcha uno de los proyectos más inspirativos que quedó marcado para la eternidad. Se trata del Palacio ubicado en la intersección de calles Entre Ríos y Ramírez, frente a la plaza Urquiza. Su fachada, que es aspecto distintivo y provocador, se presenta con el leguaje propio del eclecticismo francés terminada en una mansarda. El Palacio Arruabarrena es sin dudas, el más importante ejemplo de ellas en la ciudad y una de las más valiosas entre las de su tipo en la provincia Tras su hospedaje en una residencia cuyo diseño le impactó por su belleza y señorío, determinó construir un edificio similar en su ciudad y que sería destinado para su familia, compuesta por su esposa Dominga De La Cruz y sus 10 hijos. La historia de la familia Arruabarrena se remite a varias décadas atrás, cuando allá por 1838 Juan Bautista Arruabarrena (padre) llegó al país, se instaló en Buenos Aires para trabajar como empleado en un comercio. Tiempo más tarde, se trasladó a Gualeguaychú donde estableció un almacén de ramos generales. A 23 años de permanencia en la zona, y merced a su esfuerzo, logró adquirir un campo de 6.300 hectáreas de extensión. Con 12 hijos, Juan Bautista el mayor de su decendencia, se dedicó por muchos años a la ganadería con varias estancias en el norte entrerriano –en la zona de San Jaime de la Frontera– y terminó siendo el responsable de esta obra maestra. El terreno ubicado en pleno centro de Concordia es de grandes dimensiones, que atraviesa la manzana, permitiendo un ingreso de servicio por la calle posterior (San Luis). Incluso, originalmente existía una quinta, cocheras y otras dependencias sobre la medianera norte. La construcción del palacio La obra fue proyectada por el arquitecto Gabriel Dulín y ejecutada por el constructor Luis Pepey, quienes gozaban de muy buen prestigio. Inclusive, Dulín trabajó en distintas oportunidades para el Ministerio de Obras Públicas de la Nación, en especial en varios proyectos de grandes escuelas de principios de siglo XX. Uno de ellos fue el Colegio General San Martín que es el más antiguo de Corrientes y el segundo, la Escuela Normal “Doctor Juan Gregorio Pujol”. Un dato relevante de las construcciones mencionadas, es decir el Palacio Arruabarrena, la Escuela Normal “Doctor Juan Gregorio Pujol” y el Colegio San Martin, es que las tres han sido declaradas Monumentos Históricos Nacionales. El actual Museo, que de manera mensual recibe alrededor de 800 visitantes, cuenta con cuatro plantas. Por un lado, el semisótano que estaba reservado al área de servicio y el plano principal para las actividades de carácter social. A su vez, el primer piso que aloja dormitorios, vestidores y gabinetes y el espacio bajo mansarda para dormitorios de huéspedes y servicios. Actualmente, permanece la Sala Arruabarrena, que busca rescatar a los dueños originales quienes construyeron esta casona. Esa sala originalmente cumplía la función de sala de Música, y en ella se puede observar una seria de fotografías de la familia Arruabarrena, como así también lo único que se conserva del mobiliario original de la casa. El acceso se presenta mediante una escalera de mármol que lleva a la loggia de forma oval, de ahí se pasa a un hall recibidor que distribuye a las distintas áreas de la residencia. Posee un porche que está tratado a manera de una loggia, con tres amplios balcones terrazas y el coronamiento del edificio está conformado por mansardas de pizarra en las que se abren ventanas elípticas y circulares. Esta disposición espacial, completada con la reja perimetral que delimita el espacio público del privado, muestra el jardín conformado por especies exóticas y las esculturas adosadas a los muros. La historia cuenta que pocos años pudo Arruabarrena disfrutar de esta revolucionaria obra. Después de su fallecimiento en 1925 sus herederos vendieron la casa al Ejército en los años 30. Durante mucho tiempo funcionó en el Palacio el Comando del Ejército Argentino, quienes luego cedieron la casa a la Municipalidad de Concordia a cambio de un terreno ubicado en Sarmiento y Urdinarrain, donde se construyó el edificio de los Militares. Con el paso de los años la construcción fue perdiendo interés y fue en 1973 cuando el Palacio Arruabarrena estuvo a punto de ser demolido y, a pedido de los ciudadanos concordienses, el intendente Fernando Méndez Graff inició los trámites para permutarlo, recuperando así un emblema histórico y cultural de la ciudad que una década más tarde se convertiría en sede del Museo Regional. La creación del Museo El Museo Regional Municipal fue creado mediante el Decreto N° 21.448 del 13 de enero de 1984, que posteriormente fue aprobado por el Honorable Concejo Deliberante a través de la Ordenanza N° 21.525 de febrero de ese mismo año. Este espacio cultural –asistido por nueve trabajadores– cuenta dentro de sus colecciones con distintos bienes culturales que son un reflejo histórico y cultural de Concordia, que comprende: objetos personales, utensilios, mobiliario, vestimentas, fotografías, medallas, elementos rurales, cerámicas jesuíticas, objetos pertenecientes a importantes instalaciones y familias de la región, armas, uniformes militares, libros, documentos y hemeroteca entre otros. “En estos últimos años hemos pasado por situaciones complejas e incertidumbres: la pandemia, el trabajo incesante para el mantenimiento y conservación de la construcción y de las colecciones, entre otras. Pero tenemos la certeza absoluta de que contamos con el apoyo de distintas instituciones, amigos, seguidores de las redes sociales, donantes, profesionales, del público visitante y sobre todo de los vecinos de Concordia que siempre están dispuestos, como lo hicieron en las primeras décadas del ´70, a luchar por la historia y la protección del patrimonio de nuestra ciudad; y estamos muy agradecidos por esto”, expresó a UNO Silvana de Sousa Frade, directora del Museo Palacio Arruabarrena. La declaración de Presidencia de la Nación En febrero de 2021 se declaró Monumento Histórico Nacional al Palacio Arruabarrena en la Ciudad de Concordia. Entre sus considerandos se destacó que el edificio, “símbolo de su tiempo, se distingue por estar fuera del ámbito metropolitano, en una ciudad intermedia del país, situación que hace más meritoria su declaratoria”. Además, resalta que “posteriormente al fallecimiento del titular del referido inmueble y al de su esposa, los descendientes vendieron la casa al Estado Nacional, que la destinó al Comando de la Segunda División de Caballería del Ejército, mientras que tiempo más tarde pasó al estado municipal”. El Palacio, el Museo Regional y la historia viva de Concordia (*) La actual sede del Museo Regional Palacio Arruabarrena fue, en sus orígenes, la residencia familiar de Juan Bautista Arruabarrena y Dominga de la Cruz, construida hace más de un siglo, testimonio del poder económico de la clase terrateniente local. Con el tiempo, el Palacio Arruabarrena fue asumiendo nuevas funciones: entre fines de la década de 1930 y comienzos de los años 70 funcionó como sede del Comando del Ejército, y desde 1984 alberga al Museo Regional Municipal, consolidado como un espacio de resguardo, interpretación y encuentro con la historia local. El Museo posee tres características que lo definen y distinguen. En primer lugar, la mayoría de las piezas que integran sus colecciones han sido donadas por familias de Concordia y la región, lo que convierte a cada objeto en un relato compartido, una memoria confiada al cuidado público. En segundo lugar, es el único Museo de la ciudad cuyo edificio ha sido declarado Monumento Histórico Nacional (en 2021), distinción que refuerza su valor arquitectónico, simbólico y afectivo. Y en tercer lugar, el Palacio fue salvado de la demolición a principios de los años 70 gracias al compromiso de vecinos y vecinas, cuya acción colectiva permitió preservar este patrimonio para las generaciones futuras. Esta última dimensión –la participación ciudadana– ha sido, desde el comienzo, un pilar fundamental de nuestra labor institucional. En tiempos complejos, preservar el Palacio y el Museo como unidad patrimonial de Concordia es urgente. Su resguardo, amparado por el artículo 41 de la Constitución, exige políticas públicas que garanticen acceso, conservación y transmisión cultural. * Silvana de Sousa Frade, directora del Museo Palacio Arruabarrena
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