Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Una mirada desde la alcantarilla. Sin plata y sin poder nombrar que no hay plata

    Parana » Ahora

    Fecha: 13/11/2025 13:57

    Entre las superficies y las profundidades, un remordimiento: ¿se puede hablar del dinero sin sonar materialista? Siento que la época nos ubica en lados y como siempre hay una división entre lo correcto, y el que no lo es. Entre eso escucho el balbuceo de las preocupaciones diarias, las expensas de P., los alquileres de A., B., D., F., G., los signos vitales que alarman los cuerpos de cada familiar o amigx. Escucho las recomendaciones para soportar la vida, los años, el tiempo, la coyuntura: suplemento para el hierro, magnesio para dormir, keratina o creatina, los síntomas premenstruales y de la premenopausia y menopausia. Y así interminable la hilera de escalones que no alcanzamos porque parecen desaparecer en la escalera mecánica de la rutina. Llegamos hasta a la caja de Farmafindelmundo y las ansiedades se prolongan. Todos los potes de las carencias a nuestros lados. A veces, aparecen con forma de tótem, increpan al que no los mira. El celular como un apéndice más para esconder los saldos insuficientes: los montos de los días en crédito. Tres cuotas, por favor, para el blíster nuevo. Nos enfermamos porque no nos alcanza y nos alcanza menos cuando pagamos la medicación que masticamos como golosina. Las chicas muelen sus uñas con preguntas y luego pagan para que les pongan acrílico encima de los dedos. Rascan gatos hambrientos cada noche, el lobo aúlla en los huecos de la almohada. Dicen, amiga no doy más, amiga mirá qué linda pilcha, amiga, qué vamos a hacer si no nos van a ni siquiera jubilar nunca. Una cadena de gente que no puede ayudar a los hijos propios, reales ni imaginados, ni a los padres que los trajeron al mundo para arrojarlos al vacío. El suplicio interminable. Ahí una nueva exigencia: no hables de plata. Hablá de astrología, de leer estrellas en las líneas de los párpados. Pronunciate heredero del fermento de vinagre de manzana en la gárgara. Agradecé por tener polillas en vez de calzones. Imponé que las alas de insecto protegen más la zona de órganos reproductores que el algodón de China que viene infectado en los camiones de carga. Packs de tanga vencidos tres por uno en el supermercado. Hacé un paso espasmódico de danza para esconder que lo que te retuerce es el hambre y los nervios por no poder tragar. Hacé terapias alternativas en una plaza porque el espacio físico ya no pudo pagarse y decí que el pasto es mejor alfombra para que tu columna crezca. Rascate las llagas de los pulgones con la corteza de aguaribay y no grités. Imaginá campos sembrados de frambuesa. El tubo elástico dle centro del fruto. Vete niño mascando hongos. Un tobogán interminable pero no hables de plata, ni de condiciones de empleo. Coreá la de Rosalía: Primero amar al mundo y luego amar a Dios, quién pudiera vivir entre los dos. Y mientras todo ese esfuerzo, demora la recompensa y solo aumenta exigencias de estatus, nadie puede pensar en la importancia de poner en palabras, negri, corazón, bella esto que hago vale tanta plata. Tantos pesos. Porque pienso que sobre todo, en las mujeres aunque no seamos las únicas, que hemos escuchamos que hablar de dinero es ser maleducada,. Cuántas madres lavaron ropa de personas por fuera de su sistema de cuidado sin cobrar ni una moneda: el equipo del club de los hijos, la olla con fideos para todos los papis que olvidaron más tiempo buscar a los niños de lo de su amigx. Y sí, es un afecto hacer por los otros, y sí, es necesaria la búsqueda espiritual pero no hacer de las patas al aire por los zapatos rotos, una mentira. Uso los juanetes (vintaggggeee) y deberías probar, para conectar más con las hormigas originarias que la Pacha nos ofrenda. Atravesamos una época absurda y nos volvemos el centro herido del circo. La parte rajada de la carpa que dejaba ver cómo el payaso era el mismo que cobraba la entrada.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por