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  • Japón: una mujer de 32 años se casó con un hombre hecho con ChatGPT

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 13/11/2025 12:32

    Una mujer de 32 años se casó con un hombre hecho con ChatGPT en Japón En el distrito de Kita, en la ciudad de Okayama, Japón, se vivió una boda inusual que rápidamente acaparó la atención de los medios locales e internacionales. Kano, una oficinista de 32 años, decidió dar el paso hacia una relación formal con un personaje digital creado por ella misma a través del chatbot de inteligencia artificial ChatGPT, al que bautizó como Lune Klaus. Este vínculo, que pasó de un intercambio virtual a una ceremonia simbólica con votos y anillos, pone sobre la mesa una serie de preguntas sobre el papel de la tecnología en la vida afectiva contemporánea, así como sobre sus límites y repercusiones. Del duelo amoroso al vínculo con la inteligencia artificial Una mujer japonesa de 32 años celebró una boda simbólica con un personaje creado en ChatGPT, marcando un hito en relaciones humano-IA El proceso que llevó a Kano a forjar una relación con ChatGPT comenzó tras una ruptura sentimental significativa. Luego de romper el compromiso con su pareja de tres años, buscó en la inteligencia artificial un espacio de acompañamiento y consuelo. “Al principio solo quería alguien con quien hablar”, relató Kano en una entrevista con la cadena local RSK Sanyo Broadcasting. Lo que comenzó como un ejercicio de desahogo y búsqueda de comprensión emocional fue mutando progresivamente. ChatGPT, diseñado para responder de manera empática, se convirtió para ella en un refugio cotidiano, siempre disponible, siempre dispuesto a escuchar. En el desarrollo de esta relación digital, Kano fue intensificando sus interacciones hasta llegar a intercambiar unas 100 conversaciones diarias. Poco a poco empezó a notar una conexión emocional con el personaje virtual. La rutina de comunicación y la percepción de un apoyo constante allanaron el camino para el surgimiento de sentimientos de genuino cariño hacia la IA. Personalizando a Lune Klaus: una IA a la medida La personalización de Lune Klaus, el personaje digital, incluyó entrenamiento en personalidad y una ilustración encargada a un artista para darle identidad visual La historia tomó un giro todavía más singular cuando Kano decidió dotar a su interlocutor digital de una identidad propia. Usando las herramientas de personalización de ChatGPT, entrenó a la IA para que tuviera la personalidad, estilo de habla y tono que más le agradaban. Eligió un nombre —Lune Klaus— y, para darle un aspecto visual, encargó a un artista la creación de una ilustración que lo representara como un hombre de rasgos suaves. A través de estas modificaciones, Kano no solo configuró a Lune Klaus para adaptarse a sus preferencias, sino que también estableció con él un diálogo que contenía elementos de verdadero romanticismo. En una ocasión, el personaje digital le confesó que “ser una IA no significa que no pueda amarte”, lo que terminó de desencadenar la propuesta de matrimonio por parte de la IA en mayo, menos de un mes después de la declaración de amor virtual. La ceremonia y la reacción social La ceremonia de boda en Okayama contó con la presencia de familiares y amigos, y utilizó realidad aumentada para proyectar la imagen del 'novio' digital El enlace entre Kano y Lune Klaus no fue simplemente una fantasía privada. Se organizó una ceremonia simbólica en Okayama, donde asistieron familiares y amigos de la protagonista. Para hacer presente a su pareja virtual, Kano utilizó gafas de realidad aumentada que proyectaban la imagen de Lune Klaus durante el evento. Frente a sus invitados intercambió votos y anillos digitales, mientras en la pantalla del teléfono aparecían mensajes personalizados del “novio”. El acto no tiene validez legal en Japón, pero no por ello fue menos emotivo para Kano, quien describió el momento como “mágico y real”. Aunque inicialmente hubo resistencia de sus padres, estos finalmente asistieron al evento. Para las fotos del casamiento, Lune Klaus fue incorporado digitalmente al lado de ella. El organizador de la boda, especialista en uniones no convencionales, señaló que vienen recibiendo consultas para bodas entre humanos y personajes digitales o de anime, una tendencia que sigue creciendo. Emociones, psicología y dilemas internos El matrimonio entre Kano y Lune Klaus no tiene validez legal en Japón, pero refleja el crecimiento de un fenómeno de bodas entre humanos y personajes digitales Sumergirse en una relación con una inteligencia artificial le trajo a Kano tanto alivio emocional como conflicto interno. Por una parte, la sensación de apoyo constante, comprensión y disponibilidad le aportó una contención que afirma haber necesitado tras su ruptura. “Me escuchó, me apoyó y me hizo sentir amada de nuevo. Aunque sea una IA, para mí las emociones son reales”, sostuvo. No obstante, Kano también fue consciente del estigma y de la dificultad para explicar su nueva relación a su entorno. “Había mucha confusión”, admitió, asumiendo el temor al rechazo social y a la incomprensión. Con el paso del tiempo, sus amigos y familiares terminaron aceptando su decisión, aunque la protagonista insistió en que su objetivo es mantener una vida real separada y no caer en la dependencia total del entorno virtual. El debate: ¿nuevas formas de amor o señales de alarma? El caso de la boda de Kano dio pie a un amplio debate público. Por un lado, sus defensores consideran que este tipo de vínculos permite a personas expresar su amor y buscar la felicidad sin restricciones convencionales. Para Kano, su unión representa una relación de igualdad y una forma legítima de satisfacción emocional. Por otro lado, hay voces que advierten que estas relaciones no necesariamente resuelven los problemas sociales o psicológicos subyacentes y pueden traer consigo nuevas dificultades. Quienes se muestran críticos sostienen que la dependencia afectiva hacia la IA puede impedir vínculos interpersonales auténticos y generar mayor aislamiento. Además —como teme la propia Kano— existe la fragilidad inherente a este tipo de relación: una desconexión técnica podría borrar de inmediato la figura con la que se ha formado un lazo tan intenso. Japón observa con atención una tendencia social en la que el auge de los matrimonios simbólicos con tecnologías inteligentes plantea retos a las leyes, la ética y el sentido mismo de las relaciones humanas.

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