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  • Así son los asombrosos hongos pirófilos, que ayudan a recuperar los bosques quemados

    » Diario Cordoba

    Fecha: 13/11/2025 12:02

    Mientras buena parte del planeta se enfrenta a temporadas de incendios forestales cada vez más severas, los científicos han descubierto unos inesperados aliados, que prosperan en los paisajes calcinados y que desempeñan un papel crucial en la recuperación de los bosques. Una investigadora de la Universidad de la Columbia Británica (UBC) está sacando a la luz a los insospechados colaboradores que trabajan bajo las cenizas de las quemas. La profesora Monika Fischer estudia los hongos pirófilos, organismos ‘amantes’ del fuego que prosperan en los paisajes calcinados y favorecen la recuperación de la vegetación. Con la llegada de las lluvias otoñales llegan las setas y los hongos; entre ellos, estos ‘especialistas post-incendio’, cuya acción transforma el suelo ennegrecido por el fuego en un inesperado despliegue de color. A diferencia de los hongos típicos de sombrero y pie, los hongos pirófilos son organismos especializados que solo aparecen después de un incendio. ‘Ingenieros del ecosistema’ Son la primera línea de defensa natural contra la degradación que sigue a los incendios forestales. Actúan como auténticos ‘ingenieros del ecosistema’ que preparan el terreno para que la vida regrese. Ejemplares de Morchella conica. / Monika Fischer Pertenecen principalmente a un grupo denominado Ascomycota y producen diminutos cuerpos fructíferos en forma de copa y colores vivos. De varios colores. "Pyronema crea una costra naranja neón, Geopyxis forma copas marrones con bordes blancos, y Peziza añade un toque de púrpura", explica Fischer sobre estas especies, que crecen entre musgos y hepáticas, creando un sorprendente arcoíris de vida en el suelo carbonizado. La velocidad con la que surgen estos hongos es notable y está intrínsecamente ligada a la humedad. "Una vez que regresa la humedad, a través de la lluvia, la nieve o incluso la supresión del fuego, estos hongos pueden emerger en cuestión de semanas", señala la investigadora. Función ecológica fundamental En las regiones más secas el proceso puede tardar más, pero cerca de arroyos o áreas húmedas, su aparición es notablemente rápida. Una de las especies que estudia, Neurospora, "aparece en cuestión de semanas y luego vuelve a desaparecer", explica. Más allá de su valor estético, la función ecológica de estos hongos es fundamental para sentar las bases de la recuperación del bosque. Sus hifas, que son estructuras filamentosas, se entrelazan en el suelo actuando como una red que lo estabiliza. "Las hifas unen el suelo, previniendo la erosión y permitiendo que el agua penetre en el suelo quemado y repelente al agua", afirma Fischer. Este proceso es vital en aquellos terrenos en los que la capacidad de infiltración del agua puede estar seriamente comprometida. Hongos del género Anthracobia. / Monika Fischer Además de estabilizar los suelos, estos hongos reactivan los ciclos nutricionales que el fuego interrumpe. Se alimentan descomponiendo el carbón vegetal y liberando carbono, devolviendo de esta manera nutrientes esenciales al ecosistema. ¿Especies universales? "Algunas especies digieren contaminantes químicos resistentes en el suelo, ayudando a limpiar y restaurar el paisaje a medida que lo reconstruyen", destaca la profesora de la UBC. De esta manera, no solo reconstruyen el sustrato físico, sino que también lo ‘detoxifican’. Un hallazgo particularmente sorprendente de la investigación de Fischer es la aparente universalidad de estas especies. Tras los incendios provocados por tormentas eléctricas en 2020 en diversos ecosistemas de California, la investigadora esperaba encontrar comunidades fúngicas distintas en cada zona. Sin embargo, la realidad fue otra. "Las mismas especies aparecieron en todas partes –Pyronema y Anthracobia fueron consistentes en todos los sitios", revela. Esta observación parece extenderse a nivel global. "Basándome en registros de iNaturalist y estudios publicados, este patrón parece mantenerse en todo el mundo: los mismos géneros aparecen después de los incendios, independientemente de la ubicación o el tipo de ecosistema", apunta. De izquierda a derecha, Pyronema, Geopyxis y Peziza. / Monika Fischer ¿De dónde proceden estos hongos? Este descubrimiento plantea una pregunta fundamental: ¿de dónde proceden estos hongos? Si las mismas especies surgen tras el fuego incluso en lugares que no han ardido en siglos, y la evidencia sugiere que no flotan en el aire de forma masiva, la teoría más sólida apunta a que permanecen en un estado latente en el subsuelo. "Deben permanecer inactivos en el suelo, esperando el fuego", supone Fischer. Comprender este mecanismo de supervivencia y descubrir los bancos de esporas subterráneo que aguardan dormidos es el siguiente paso en su investigación. Para los interesados en observar este fenómeno natural, Fischer indica que la clave es buscar estos diminutos hongos a lo largo de la superficie del suelo, a menudo entre musgos y pequeñas plantas pioneras que comienzan a recolonizar el terreno. Incluso los sitios de quema controlada suelen mostrar cuerpos fructíferos de Pyronema apenas semanas después de los incendios. "Incluso podrías encontrar hongos postincendio en las fogatas del patio trasero que permanecen inalteradas durante el invierno", resalta Fischer.

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