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» Diario Cordoba
Fecha: 13/11/2025 03:45
El gol, ese bien tan escaso y tan cotizado en el fútbol, es el denominador común que une las historias de Zakaria Eddahchouri y Adrián Fuentes. En el Deportivo de La Coruña y el Córdoba CF, que se enfrentan este domingo en el Bahrain Victorious Nuevo Arcángel (18.30 horas), los focos se posan sobre ellos como referentes de ataque en momentos clave de sus equipos. Sin embargo, sus trayectorias, su rendimiento reciente y la relación que mantienen con sus respectivas aficiones muestran dos realidades distintas. Eddahchouri: ilusión y expectativas contenidas Zakaria Eddahchouri, delantero neerlandés de origen marroquí, aterrizó en Riazor en el mercado invernal de la pasada temporada como una apuesta del Deportivo para reforzar una delantera que no terminaba de encontrar el camino del gol. “Lo importante no es marcar, sino ayudar al equipo a lograr los mejores resultados”, declaraba el ariete en La Opinión de A Coruña el pasado marzo, en una entrevista donde ya había anotado dos tantos. Su discurso, centrado en el colectivo, reflejaba consciencia del jugador sobre la presión que supone vestir la camiseta blanquiazul. Zaka Eddahchouri controla el balón en un encuentro con el Deportivo, esta temporada. / LA OPINIÓN DE LA CORUÑA Con el paso de las semanas, su producción ofensiva mejoró ligeramente: cuatro goles en 16 partidos, todos ellos en el estadio de Riazor. El propio diario coruñés subrayaba en mayo que Eddahchouri había encontrado “una conexión especial con la grada”, una sintonía que él mismo reconocía con gratitud: “El apoyo es increíble. Me dan una gran energía”. Sin embargo, los números finales pesaron más que las sensaciones. Durante el verano, el neerlandés pudo salir a algún equipo italiano y se valoró la opción de que no regresara a Riazor. Un análisis posterior, publicado a finales de temporada, fue claro: los delanteros del Dépor habían firmado apenas una sexta parte de los goles del equipo, y el neerlandés no escapaba a esa sequía generalizada. Su nota final, que apenas llegaba al aprobado por parte de la prensa deportiva coruñesa, reflejaba lo mismo que pensaban muchos en la afición: compromiso y esfuerzo, sí, pero todavía lejos de consolidarse como el “killer” que el club lleva años buscando. Así, Zakaria Eddahchouri terminó la campaña siendo un jugador querido por su entrega y su carácter, pero juzgado por una estadística que no terminaba de justificar su fichaje. El propio Eddahchouri, consciente de ello, insistía en que su adaptación no había sido fácil, pero que trabajaba cada día «para devolver a Riazor la confianza que me han dado». Esa confianza parece dar frutos: el futbolista de origen marroquí llegará a El Arcángel con siete goles firmados en esta temporada en 628 minutos de juego. Fuentes: ganarse el puesto en el regreso A más de 900 kilómetros de A Coruña, en Córdoba, la historia de Adrián Fuentes tiene también algún leve tinte emocional. El delantero madrileño volvió al club califal en la primavera de 2025, tras haber sido uno de los nombres propios del proyecto cordobesista en Segunda Federación. Su regreso fue recibido como el retorno de un viejo conocido: “Estoy muy contento de estar de vuelta, de volver a casa. Es un sitio que ya conocía, tanto la ciudad como el club. Tengo la misma ilusión y las mismas ganas de triunfar”, dijo en su presentación, en la que era obvio que su vuelta se producía como alternativa a un primer espada, el fichaje estrella del verano: Sergi Guardiola. Adrián Fuentes, en el centro de la imagen, celebra junto a sus compañeros su gol en La Rosaleda. / Lof Pero los números le avalaban. En su primera etapa en El Arcángel (2021-2023) firmó 13 goles y 4 asistencias, cifras que le colocaron entre los destacados para la afición. Tras firmar 16 goles con la camiseta blanquiverde en distintas categorías, confirmando su olfato de gol y su conexión con el entorno, Adri Fuentes se marchó en aquel mercado invernal de la 2022-23 por motivos que tenían más que ver con lo emocional y la comodidad que con lo deportivo. A nadie se le olvidan aquellas palabras de German Crespo, su técnico de entonces, sobre la concentración de algunos jugadores para justificar así los malos resultados, que se repetirían hasta su destitución, demasiado tardía, en abril. A diferencia de Eddahchouri, Fuentes juega en un terreno emocional familiar, conocido. Conoce el club, la presión y las expectativas. La afición, que le había visto partir al Castellón entre luces y sombras por aquel lío de declaraciones, lo recibió con los brazos abiertos, pero también con la exigencia de quien espera a un jugador decisivo. Pese a todo, ahora parece que se ve a un “nuevo Fuentes” que entiende mejor el juego y que parece estar dispuesto a aportar más allá de los goles. Dos delanteros, dos contextos Comparar a Eddahchouri y Fuentes implica observar dos mundos distintos. El primero es casi un recién llegado que busca consolidarse en un club de enorme peso histórico, que pelea por regresar a Primera División con el Deportivo. El segundo, un delantero experimentado que vuelve a casa para reivindicarse, liderar un proyecto ambicioso desde la familiaridad y pelear por una plaza para la que en principio, no estaba llamado a ser protagonista. En términos estadísticos, Fuentes parte con ventaja. Sus 16 goles acumulados en el Córdoba contrastaban con los cuatro de Eddahchouri desde su llegada al Dépor. En asistencias, el madrileño también se impone, con al menos cuatro registradas en su primera etapa. Pero la diferencia más significativa está en el relato que ambos representan: el del extranjero que busca encajar frente al del jugador que vive su segunda etapa para volver a ilusionar. En Riazor, los aficionados esperan que Eddahchouri prolongue su ritmo goleador, en el que promedia un tanto cada 89,7 minutos y, por lo pronto, llegará a Córdoba siendo el mejor jugador deportivista en la última jornada, en el 3-0 a la Cultural. En el Córdoba CF, El Arcángel sueña con que Fuentes siga respondiendo como alternativa a Guardiola (promedia un gol cada 96 minutos) para prolongar la racha de partidos invicto del equipo de Iván Ania, tras el empate en Málaga (2-2) en el que Adri Fuentes fue el jugador cordobesista más destacado. Dos historias que reflejan el mismo anhelo: que el hombre-gol transforme la ilusión en resultados para el Deportivo, en el caso de Eddahchouri, o para el Córdoba CF, en el de Adri Fuentes. Un futuro por escribir Mientras Eddahchouri trabaja por ganarse la titularidad en un Deportivo (ha salido de inicio en siete de los 13 partidos de Liga) que aún no encuentra estabilidad ofensiva, Fuentes trata de demostrar que su regreso y titularidad no es un gesto sentimental ni un pico de forma en la competición, sino una apuesta efectiva. Ambos simbolizan, a su modo, el deseo de reconstruir desde la confianza y la esperanza de las gradas. Quizá el tiempo, más que las estadísticas, sea quien dicte el desenlace de este paralelismo. Porque en el fútbol, como en la vida, el gol no siempre se mide solo en cifras: a veces también cuenta la fe que despierta en quienes lo esperan.
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