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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/11/2025 00:54
Preparar ensaladas con ingredientes frescos garantiza un aporte extra de vitaminas en tu dieta diaria - crédito Ilustrativa Infobae Las ensaladas ocupan un lugar fundamental en la alimentación diaria, ya que contribuyen al aporte de vitaminas, minerales, fibra y agua, elementos esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Incorporar ensaladas como parte regular de las comidas favorece la digestión, ayuda a mantener una hidratación adecuada y aporta sensación de saciedad, lo que puede ser beneficioso para el control del peso. Además, ofrecen una gran versatilidad, permitiendo combinar diferentes verduras, frutas, semillas y proteínas para lograr platos atractivos y variados. Ahora puede seguirnos en Facebook y en nuestro WhatsApp Channel Lo ideal es consumir la ensalada como entrada o acompañamiento principal del almuerzo o la cena. Se recomienda prepararla y servirla fresca, preferiblemente justo antes de comer, para aprovechar al máximo su sabor y textura. Si se añaden aderezos, lo más saludable es optar por aquellos bajos en grasas saturadas y reducir la cantidad de sal. Consumir ensaladas garantiza un mayor equilibrio nutricional en la dieta y contribuye a la promoción de hábitos saludables en todas las edades. Una mezcla crujiente de verduras frescas, ideal para acompañar platos principales en el almuerzo o la cena - crédito Ilustrativa Infobae Sin embargo, en ocasiones, por cuestiones de tiempo, la ensalada pasa a un segundo plano en la alimentación diaria, algo que podría repercutir en la salud en el mediano o largo plazo. Ante esta situación, existen algunos tips para mantener las ensaladas frescas por más tiempo en el refrigerador: una correcta selección de ingredientes, almacenamiento apropiado y atención a las condiciones de humedad son algunos de ellos. Consejos para conservar ensaladas frescas refrigeradas 1. Elige ingredientes frescos y de buena calidad: antes de preparar la ensalada, asegúrate de que las verduras y hortalizas estén en óptimo estado. Los ingredientes frescos duran más tiempo en refrigeración. 2. Lava y seca bien los vegetales: después de lavar las hojas y verduras, sécalas completamente utilizando un centrifugador de ensaladas o papel de cocina. El exceso de humedad favorece la descomposición y formación de moho. 3. Guarda las ensaladas en recipientes herméticos: utiliza envases plásticos o de vidrio con tapa ajustada. Esto ayuda a evitar el ingreso de aire que podría acelerar el deterioro. 4. Separa los aderezos y condimentos: conserva el aliño o aderezo en un recipiente aparte y agrégalo solo al momento de servir. El contacto prolongado con líquidos acelera el marchitamiento de las hojas. La ensalada de lechuga, tomate y cebolla es un clásico saludable que aporta frescura y color a cualquier comida - crédito Ilustrativa Infobae 5. Refrigera en la parte menos fría: ubica las ensaladas en los estantes intermedios o superiores, donde la temperatura es baja sin llegar a congelarse. Evita la zona más cercana al congelador. 6. Agrega papel absorbente: coloca una hoja de papel absorbente en el fondo o arriba de la ensalada dentro del envase. Esto ayuda a controlar la humedad, absorbiendo el exceso de agua y prolongando la frescura. 7. Corta y guarda por separado los ingredientes sensibles: tomates, frutas y aguacates pueden soltar líquidos o cambiar de textura. Guárdalos en envases diferentes y agrégalos justo antes de consumir. 8. Evita almacenar ensaladas ya aliñadas: el vinagre, jugo de limón, sal o mayonesa reducen la vida útil de las ensaladas ya que aceleran la deshidratación y descomposición de las hojas. Opciones de ensaladas fáciles para tu menú Ensalada de lechuga, tomate y cebolla Una de las combinaciones más tradicionales y frescas. Ingredientes clave: lechuga, tomate, cebolla. Ingredientes: Una lechuga fresca (puede ser crespa o romana) Dos tomates grandes maduros Media cebolla cabezona Una cucharada de aceite de oliva Jugo de medio limón Sal y pimienta al gusto Preparación: Lava bien y trocea la lechuga. Corta el tomate en rodajas o cubos y la cebolla en plumas finas. Mezcla todos los ingredientes en un bowl grande, agrega el aceite de oliva, el jugo de limón, sal y pimienta. Sirve inmediatamente. Aliñar la ensalada justo antes de servir mantiene la textura y el sabor de los vegetales - crédito Freepik Ensalada de aguacate y maíz Una opción cremosa y refrescante que aprovecha el sabor suave del aguacate. Ingredientes: Una lata de maíz tierno (drenado) Un aguacate grande maduro Un tomate pequeño Un cuarto de cebolla cabezona Una cucharada de cilantro fresco picado Una cucharada de jugo de limón Sal al gusto Preparación: Pela y corta el aguacate en cubos. Trocea el tomate y la cebolla en cubos pequeños. Mezcla el maíz, el aguacate, el tomate, la cebolla y el cilantro en un bowl. Añade el jugo de limón y la sal, revuelve suavemente para no deshacer el aguacate. Consume de inmediato. Ensalada de zanahoria y repollo Ideal para acompañar carnes, aporta crocancia y color al plato. Ingredientes: Una zanahoria grande Medio repollo pequeño Dos cucharadas de mayonesa o yogur natural Una cucharada de vinagre blanco o de manzana Sal y pimienta al gusto Preparación: Ralla la zanahoria y corta el repollo en tiras finas. Mezcla ambos en un bowl, añade la mayonesa o yogur, el vinagre, sal y pimienta. Remueve hasta integrar todo. Sirve fría.
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