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  • Hablar otros idiomas retrasa el envejecimiento: ¿es posible aprenderlos de grandes?

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 13/11/2025 00:49

    Nunca es tarde para aprender un nuevo idioma ¿Se puede aprender un idioma en la edad madura? Sí, se puede en cualquier momento de la vida, solo hay que vencer ciertas resistencias en el caso de los adultos mayores. Se puede y se debería ya que, de acuerdo a un estudio publicado este 10 de noviembre por la revista Nature, el multilingüismo retrasa el deterioro cognitivo que acompaña al envejecimiento. Emprender como adulto el viaje de aprender un nuevo idioma o practicar el que se aprendió en edad temprana puede ser emocionante aunque, reconozcámoslo, un poco intimidante. ¿Cuáles serían los obstáculos a vencer? Emprender como adulto el aprendizaje de un nuevo idioma o retomar el que se aprendió en edad temprana puede ser emocionante aunque un poco intimidante.- VisualesIA La falta de tiempo para estudiar es esgrimida como excusa por no pocos adultos que aun siguen laboralmente activos. Pero hoy en día, con el aprendizaje en línea, y con la oferta variada de cursos tanto en universidades como en distintas instituciones, este ya no es un motivo válido. En el caso de la Argentina, muchas universidades enseñana idiomas, generalmente en el marco de programas volcados a la comunidad, como los llamados de “extensión universitaria”, cuya característica es la de reunir en un mismo espacio, ya sea presencial o virtual, a personas de distintas edades y experiencias de vida. Así, por ejemplo, la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) o la Facultad de filosofía y Letras de la UBA, tienen programas de enseñanza de idiomas que brindan a jóvenes universitarios o incluso secundarios la oportunidad de aprender o perfeccionar un idioma junto a adultos mayores, muchas veces ya jubilados, que deciden aprender o retomar el aprendizaje de una lengua extranjera. Los profesores destacan que se han encontrado con personas muy mayores que, en general, se comprometen en los estudios a pesar de que muchas veces admiten ya no ser tan rápidos como algunos jóvenes con quienes comparten el espacio. Se dan, por ejemplo, situaciones en donde el intercambio se produce cuando los más jóvenes aportan sus conocimientos y habilidades con la informática al mismo tiempo que los adultos comparten su experiencia profesional y sus conocimientos en materia de cultura general. “Pocas veces me he sentido incómodo”, aclara un estudiante veterano. “Solo una vez una estudiante muy joven me dijo que le molestaba que le explicara algo que yo sabía y ella no”. Una clase de idioma puede ser una ámbito de contacto intergeneracional enriquecedor para jóvenes y adultos mayores El miedo a cometer errores puede frenar a los adultos que aprenden un idioma. Sin embargo, adoptar una mentalidad de crecimiento es clave para superar este obstáculo. Comprender que los errores son una parte integral del proceso de aprendizaje. En lugar de verlos como fracasos, considerarlos como oportunidades de crecimiento. Reírse de uno mismo es en general una habilidad que se adquiere con el tiempo. Tener que exponerse en juegos de rol o en informes de trabajo en grupo es algo que los adultos mayores ya no temen, en general. Así, se dan situaciones en las que los seniors recuperan sus capacidades lúdicas y estimulan a los demás estudiantes a participar. En los nuevos tiempos, de enseñanza en línea, la falta de compromiso corporal se suple, por ejemplo, con materiales disponibles en la web, que dan lugar también a la colaboración entre jóvenes y mayores. Lidiar con un extenso vocabulario es también un desafío común para los adultos que aprenden un idioma. Aducen falta de memoria, hábitos de estudio anquilosados. Es bueno entonces incorporar dispositivos mnemotécnicos y asociaciones en la rutina de aprendizaje. En estos tiempos es casi infinito el material disponible para practicar el idioma por medio de internet. Son recursos a los cuales los estudiantes pueden recurrir una y otra vez, en clase y fuera de esta. Lograr una pronunciación precisa puede también ser un obstáculo para muchos adultos. Es sabido que el oído humano se cierra a las novedades en torno a los 8 años. A partir de ahí, la dificultad para adquirir un acento extranjero puede ser la misma para un joven que para un viejo. La ciencia ha condfirmado el beneficio de estudiar idiomas (Freepik) Hoy en día se pueden aprovechar las numerosas herramientas en línea. Los sitios de divulgación del aprendizaje de idiomas ofrecen en muchos casos ejercicios interactivos centrados específicamente en la pronunciación. Los cursos o talleres de conversación refuerzan la pronunciación y permiten la expresión oral en contextos adaptados. Aquí también es importante la dinámica que se establece entre estudiantes, y la posibilidad de autocorregirse sin necesidad de contar con laboratorios de idiomas como ocurría anteriormente. Los estudiantes tienen posibilidades de grabar audios y enviarlos a los profesores, y de interactuar a través de aplicaciones como Whatsapp y otras, además de usar las plataformas específicas que adopta cada programa. Profesores que han implementado estrategias de comunicación como el uso de estas “mensajerías” dan fe de su utilidad y del entusiasmo con el cual los estudiantes, jóvenes y adultos, participan desde el relativo anonimato de un micrófono. Si no se pueden dar el lujo de vivir en un país donde se hable el idioma, los adultos mayores pueden crear su propio entorno de “inmersión”. Ver películas en versión original, escuchar música y participar en comunidades en línea en el idioma que quieren aprender. Y aquí también hay material para todos los gustos: series policiales, comedias o dramas románticos, documentales, películas modernas o de época. La música ofrece asimismo amplias posibilidades, temas subtitulados o traducidos, incluyendo el karaoke para aquellos que se animan a cantar. No hay razones entonces para no aprender nuevas lenguas o practicar aquellas que se aprendieron a temprana edad. La ciencia nos lo confirma, y nuestro cerebro y estado anímico lo agradecerán.

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