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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/11/2025 14:40
Los investigadores relacionan niveles elevados de troponina en la sangre con mayor riesgo de demencia a largo plazo (Imagen Ilustrativa Infobae) Un simple análisis de sangre durante un chequeo cardíaco podría anticipar el riesgo de demencia hasta 25 años antes de que aparezcan los primeros síntomas. Un estudio reciente, publicado en el European Heart Journal y financiado por la British Heart Foundation, identificó una relación directa entre niveles elevados de troponina en la mediana edad y una mayor probabilidad de desarrollar demencia en la vejez. La troponina es una proteína que se libera cuando el músculo cardíaco sufre daño. Este hallazgo abre la puerta a nuevas estrategias de prevención y diagnóstico temprano de una enfermedad que afecta a 57 millones de personas en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). El profesor Bryan Williams, director científico y médico de la British Heart Foundation, subrayó que estos resultados refuerzan la idea de que “la salud de nuestro corazón y cerebro son inseparables”. Un simple análisis cardíaco podría predecir la demencia décadas antes de los primeros síntomas (Imagen Ilustrativa Infobae) El autor principal, el doctor Simon Chen, psiquiatra de la UCL, dijo en un comunicado de esa universidad: “Nuestro estudio representa el seguimiento más largo hasta la fecha para investigar los vínculos entre los niveles elevados de troponina cardíaca, el deterioro cognitivo y la demencia". Qué descubrieron sobre la troponina La investigación, desarrollada por un equipo del University College London (UCL), se centró en casi 6.000 adultos de mediana edad en el estudio Whitehall II, que ha seguido a empleados de la Administración Pública Británica desde 1985 para comprender mejor la salud y el envejecimiento. Al inicio del nuevo estudio, cuando tenían entre 45 y 69 años, ninguno de los participantes presentaba demencia ni enfermedad cardíaca. A todos se les realizó un análisis de sangre para medir los niveles de troponina, una proteína que se libera cuando el músculo cardíaco sufre daño. El seguimiento se extendió durante un promedio de 25 años, con evaluaciones periódicas de memoria y habilidades cognitivas en seis momentos distintos. La investigación sugiere incorporar la troponina como biomarcador en escalas de riesgo de demencia (Imagen Ilustrativa Infobae) Tras tener en cuenta factores como el sexo, la etnia y el nivel educativo, los investigadores descubrieron que las personas con niveles más altos de troponina entre los 45 y los 69 años mostraban un declive más rápido en sus capacidades de pensamiento, memoria y resolución de problemas. Sus capacidades mentales a los 80 años eran equivalentes a las de personas casi un año y medio mayores, según pruebas cognitivas. A los 90 años, sus capacidades mentales eran equivalentes a las de personas dos años mayores, según informó un comunicado de la UCL. Durante el periodo de observación, 695 personas recibieron un diagnóstico de demencia. Al comparar los datos, los investigadores detectaron que quienes desarrollaron la enfermedad presentaban niveles de troponina en sangre más altos que el resto, incluso entre siete y veinticinco años antes de la aparición de los síntomas. Los participantes con los valores más elevados al inicio del estudio mostraron un 38% más de probabilidades de padecer demencia en comparación con aquellos con los niveles más bajos. Los especialistas advierten que la salud cardiovascular en la mediana edad impacta en el riesgo de demencia (Imagen Ilustrativa Infobae) Además, los análisis de resonancia magnética realizados a 641 integrantes del grupo revelaron que quienes tenían más troponina tendían a presentar un hipocampo —región cerebral clave para la memoria— de menor tamaño quince años después. También tendían a tener un menor volumen de materia gris en el cerebro —la capa externa cerebral esencial para el procesamiento de la información—, según un comunicado de la UCL. De acuerdo a los investigadores, estos hallazgos obtenidos a partir de las tomografías cerebrales sugieren que los cerebros de los participantes eran equivalentes a los de personas aproximadamente tres años mayores, de acuerdo a la UCL. La troponina, utilizada habitualmente para confirmar infartos, puede indicar daño cardíaco incluso en personas sin síntomas. Los expertos señalan que este daño, si pasa inadvertido, podría afectar el flujo sanguíneo al cerebro y favorecer la aparición de demencia. El estudio concluyó que los niveles elevados de troponina se asocian con un deterioro cognitivo más rápido y sugieren que esta proteína podría incorporarse en escalas de riesgo para predecir la probabilidad futura de demencia. La importancia de la prevención Los chequeos periódicos y el control de presión, colesterol y peso forman parte de las estrategias recomendadas (Imagen Ilustrativa Infobae) El profesor Williams destacó que la mediana edad representa un periodo especialmente sensible, ya que los daños en esta etapa pueden marcar la evolución de la salud cardíaca y cerebral en las décadas siguientes. Por su parte, Eric Brunner, profesor emérito de epidemiología y salud de la UCL y autor principal del estudio, explicó que una mala salud cardíaca en la mediana edad aumenta el riesgo de demencia en la vejez. Brunner añadió que el daño cerebral asociado a la demencia se acumula lentamente a lo largo de los años, por lo que controlar factores de riesgo como la hipertensión arterial podría retrasar o incluso evitar el desarrollo tanto de demencia como de enfermedades cardiovasculares. El investigador señaló: “Ahora necesitamos realizar estudios para investigar hasta qué punto los niveles de troponina en sangre pueden predecir el riesgo futuro de demencia. Nuestros primeros resultados sugieren que la troponina podría convertirse en un componente importante de una escala de riesgo para predecir la probabilidad futura de demencia”. Incorporar la troponina como biomarcador en exámenes clínicos podría mejorar la detección precoz (Imagen Ilustrativa Infobae) El doctor Simon Chen indicó que los niveles elevados de troponina en sangre resultaron ser un mejor biomarcador para anticipar el riesgo de demencia cuando se detectan en la mediana edad, en comparación con la vejez. Esta observación refuerza la importancia de los chequeos cardíacos regulares y de la vigilancia de la salud cardiovascular mucho antes de la aparición de síntomas neurológicos. De cara al futuro, los investigadores consideran que la incorporación de la troponina como biomarcador en la práctica clínica podría transformar la prevención y el abordaje de la demencia. La posibilidad de identificar a las personas en riesgo décadas antes de que se manifiesten los síntomas permitiría intervenir de manera más eficaz y personalizada, adaptando las estrategias de prevención y tratamiento. Finalmente, el profesor Williams afirmó: “Nuestro consejo de centrarnos en la salud del corazón a lo largo de la vida también le da a nuestro cerebro la mejor oportunidad de envejecer bien. Eso significa mantener nuestra presión arterial bajo control, controlar nuestros niveles de colesterol, mantenernos activos, tener un peso saludable y no fumar". Cómo cuidar el corazón y el cerebro El daño cardíaco silencioso podría influir en el flujo sanguíneo del cerebro y acelerar el deterioro cognitivo (Imagen ilustrativa Infobae) El estudio “Salud cerebral de próxima generación: transformar la investigación global y la salud pública para promover la prevención de la demencia y reducir su riesgo en poblaciones de adultos jóvenes”, publicado en The Lancet Healthy Longevity, subraya que muchos factores de riesgo de demencia (como hipertensión y hábitos de vida poco saludables) ya se presentan entre los adultos jóvenes, por lo tanto, trabajar en la prevención es una oportunidad única para una intervención temprana, aseguraron los investigadores. Según el último informe de la Comisión Lancet de 2024 hasta el 45 por ciento de los casos de demencia en todo el mundo (es decir, casi la mitad) se pueden prevenir abordando los factores de riesgo y haciendo cambios en el estilo de vida. Adoptar hábitos de vida saludables desde la mediana edad ofrece mayor protección frente al deterioro cognitivo (Imagen Ilustrativa Infobae) Los 14 factores de riesgo a modificar y controlar son: En la vida temprana: educación En la mediana edad: pérdida de audición, lesión cerebral traumática, colesterol alto, hipertensión, abuso de alcohol y obesidad En la edad adulta: tabaquismo, depresión, aislamiento social, pérdida de la vista, sedentarismo, diabetes y contaminación del aire Los chequeos médicos periódicos son una clave para mantener estos factores de riesgo bajo control y ayudar a la prevención.
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