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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 11/11/2025 08:35
El ARFID es un trastorno alimenticio caracterizado por la evitación o restricción severa de ciertos alimentos (Imagen Ilustrativa Infobae) ARFID, siglas en inglés de Avoidant/Restrictive Food Intake Disorder (Trastorno de Evitación/Restricción de la Ingesta de Alimentos), es un trastorno alimenticio que ha recibido mayor atención en los últimos años. Los especialistas definen a esta condición como una afección en la que una persona evita o restringe significativamente el consumo de ciertos alimentos, lo que puede dar lugar a una nutrición insuficiente o a la falta de ingesta calórica adecuada. A diferencia de otros trastornos alimenticios más conocidos, como la anorexia nerviosa o la bulimia, Scientific American revela que ARFID no está motivado por preocupaciones sobre el peso corporal o la imagen física, sino por un escaso interés en la comida en general o elecciones alimenticias debido a ciertas características sensoriales: el olor, la textura, el color o el sabor. Esta restricción alimentaria puede ocasionar déficits nutricionales importantes, retraso en el crecimiento (en el caso de niños y adolescentes), pérdida o falta de aumento de peso y dependencia de suplementos o alimentación médica. Especialistas consultados por la Scientific American destacan que ARFID puede pasar desapercibido por sus presentaciones sutiles y la falta de conciencia pública sobre el trastorno. Las personas con ARFID suelen mostrar poco interés en la comida o rechazan alimentos por sus características sensoriales (Imagen Ilustrativa Infobae) Según Cleveland Clinic, el ARFID es un trastorno alimenticio en el que la persona evita o limita la ingesta de alimentos por, además de desinterés y experiencias sensoriales desagradables, miedo a consecuencias negativas como atragantarse o malestares físicos. Esta conducta, como se mencionó, puede generar deficiencias nutricionales, problemas de crecimiento, pérdida de peso y dependencia de suplementos alimenticios. Los especialistas explican, además, que existen componentes neurobiológicos y psicológicos involucrados. Niños con ciertas condiciones del neurodesarrollo —como el trastorno del espectro autista— tienen una mayor predisposición a desarrollar ARFID debido a su mayor sensibilidad sensorial o dificultad para adaptarse a nuevas experiencias alimentarias. Además, el entorno familiar y las presiones sociales pueden influir en el mantenimiento del trastorno. Diferencias entre ARFID y otros trastornos alimenticios A diferencia de trastornos como la anorexia nerviosa y la bulimia, ARFID no involucra una preocupación por la imagen corporal ni por el aumento de peso. La principal característica diferencial es la motivación detrás de la restricción alimentaria. Los médicos consultados enfatizan que, mientras en la anorexia la persona busca la delgadez extrema por motivos estéticos o de autoimagen, en ARFID la selectividad o rechazo de alimentos responde a factores como el miedo a las consecuencias negativas de comer, experiencias sensoriales desagradables o la ausencia de interés por la comida. La motivación detrás de la restricción alimentaria en ARFID no está relacionada con la búsqueda de delgadez (Imagen Ilustrativa Infobae) Otra distinción clave es la presentación clínica: las personas con anorexia generalmente muestran señales claras de insatisfacción corporal, mientras que quienes padecen ARFID a menudo muestran indiferencia por su peso o aspecto físico, focalizando su malestar en la experiencia alimentaria misma. Según los especialistas, esta diferencia puede hacer que ARFID sea erróneamente interpretado o no diagnosticado oportunamente. En resumidas cuentas, las causas del ARFID incluyen antecedentes que van desde experiencias negativas vinculadas a la alimentación hasta condiciones del neurodesarrollo, según detalla Cleveland Clinic. Estos factores en combinación pueden desencadenar el trastorno en cualquier momento de la vida, aunque suele presentarse en la infancia. Diagnóstico, síntomas y presentaciones clínicas de ARFID El diagnóstico de ARFID implica la evaluación de los patrones de alimentación y sus consecuencias en la salud física y psicosocial. Los síntomas principales identificados por expertos incluyen la ingesta limitada de alimentos, evitación persistente de ciertos grupos alimenticios y la presencia de consecuencias clínicas como pérdida de peso, deficiencias nutricionales, retraso en el crecimiento, uso dependiente de suplementos y problemas en el funcionamiento social o escolar. Existen diferentes formas de presentación clínica. Algunos pacientes pueden comer solo un rango muy restringido de alimentos, otros pueden limitarse por la preocupación a atragantarse, vomitar o sufrir otras molestias físicas. Esta variedad de manifestaciones exige una evaluación cuidadosa por parte del equipo médico y psicológico, a fin de distinguir ARFID de otras condiciones psiquiátricas o médicas. Los profesionales de la salud destacan la importancia de identificar los signos tempranos de ARFID en pacientes jóvenes (Imagen Ilustrativa Infobae) Cleveland Clinic aclara, en tanto, que la diferencia clave con trastornos como la anorexia nerviosa es que en ARFID el motivo principal de evitar la comida se relaciona con aspectos sensoriales, miedo a ciertas consecuencias físicas o falta de interés, y no con una preocupación estética Estadísticas y tendencias recientes sobre el aumento de casos de ARFID En los últimos años, los especialistas han observado un crecimiento en el diagnóstico de ARFID, tendencia que genera inquietud en la comunidad médica. Los profesionales reportan que cada vez más niños, adolescentes e incluso adultos buscan tratamiento por síntomas compatibles con este trastorno. Se atribuye este aumento en parte a una mayor conciencia y precisión diagnóstica, así como al reconocimiento de que antes podrían etiquetarse estos casos como “quisquillosos” o “selectivos” sin identificar el impacto en la salud general. Las estadísticas recientes citadas en las investigaciones muestran que ARFID representa hoy un porcentaje significativo de los nuevos diagnósticos de trastornos alimenticios en clínicas especializadas, llegando a cifras superiores al 10% de los casos en algunos centros. Esta tendencia ha llevado a los especialistas a subrayar la importancia de prestar mayor atención a los signos tempranos del trastorno y su impacto potencial a largo plazo. Tratamientos disponibles y desafíos en el manejo de ARFID Los profesionales de la salud recomiendan combinar terapias psicológicas y apoyo médico para abordar los desafíos del ARFID (Imagen Ilustrativa Infobae) El abordaje de ARFID requiere un enfoque interdisciplinario, que suele incluir intervenciones nutricionales, terapias psicológicas y, en ocasiones, apoyo médico. Entre las opciones de tratamiento, los profesionales señalan la terapia cognitivo-conductual adaptada, que busca modificar los pensamientos y comportamientos problemáticos asociados con la alimentación. El apoyo nutricional especializado es fundamental para corregir déficit y lograr restablecer patrones alimentarios adecuados, mientras que el acompañamiento médico ayuda a prevenir o tratar complicaciones derivadas. Uno de los grandes retos en el tratamiento de ARFID es la resistencia al cambio de los hábitos alimenticios, debido a las intensas reacciones sensoriales y emocionales que las personas pueden experimentar. Los especialistas apuntan también que existe una carencia de programas y recursos específicos para este diagnóstico, así como la necesidad de mayor formación para los profesionales sanitarios sobre las particularidades de ARFID. Cleveland Clinic señala que el tratamiento para ARFID debe ser interdisciplinario e incluir intervención nutricional especializada, terapia psicológica individual o familiar —con especial énfasis en terapia cognitivo-conductual adaptada— y seguimiento médico. Mientras antes se detecte y trate, mejores son los resultados y menor el riesgo de complicaciones a largo plazo
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