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» Misionesopina
Fecha: 10/11/2025 18:32
San Vicente lo hizo otra vez. Pero esta vez, más grande, más convocante y más emocionante. La 40ª edición de la Fiesta Nacional de la Madera cerró este domingo 9 de noviembre como lo que fue: un homenaje monumental a la identidad misionera, al corazón forestal del país y a una ciudad que entiende que la cultura y el trabajo no son consignas, sino prácticas vivas que se celebran, se defienden y se proyectan. Cinco días en los que el Polideportivo “Verón Gallardo” latió como pocas veces en su historia. Miles de familias—de toda la provincia, de provincias vecinas e incluso de países limítrofes—pasaron por sus puertas para encontrarse con música, tradición, industria, turismo, gastronomía y, sobre todo, con una comunidad orgullosa de su tierra y de su futuro. Un cierre a pura emoción La despedida estuvo a la altura de lo ocurrido desde el primer día. Cristian Wagner y La Ruta hicieron vibrar el predio en una noche cargada de euforia popular, abrazos, fotos y esa atmósfera de alegría compartida que sólo las grandes celebraciones generan. Antes, el Conservatorio Fracassi, los ballets municipales, la Elección de Miss y Mister Arbolito, las escuelas de danza, los centros de jubilados y los artistas locales construyeron un cierre coral, profundamente sanvicentino. La fiesta fue plural, diversa, abierta y gratuita: música para todas las edades, talento joven, tradición y modernidad conviviendo en un mismo escenario. Un mosaico social que expresa lo que es Misiones hoy: identidad, trabajo y futuro. La avalancha de público y la grilla soñada La edición 40 no fue una más: fue la consagración. La noche de Lucas Sugo, con fanáticos que guardaron sus entradas desde el año pasado, marcó uno de los momentos más emotivos. La velada de Bersuit Vergarabat hizo explotar el nuevo y mejorado escenario en un clima de fiesta multitudinaria y rock federal. Los Núñez, Corpo & Alma, Viento Norte, artistas locales, ballets, escuelas municipales y un universo artístico que mostró el músculo cultural de la región. El resultado: predio colmado todas las noches, récord de expositores—más de 170—y una puesta técnica que marcó un antes y un después. La madera como orgullo productivo La Fiesta de la Madera no es sólo espectáculo. Es, ante todo, identidad productiva. La Expo volvió a mostrar la cadena forestoindustrial completa: desde la plantación y el manejo del bosque hasta la innovación tecnológica, la maquinaria, los productos terminados y el valor agregado que Malvinas Misiones genera y exporta al mundo. Un recorrido que reafirma la importancia estratégica del sector para la provincia y su modelo económico. Sin estridencias, pero con contundencia, San Vicente volvió a decirle al país que la madera no es sólo el pasado ni el paisaje: es futuro, empleo, tecnología, arraigo y desarrollo. Es capital social. Gestión, equipo y visión: el sello Rodríguez El intendente Fabián Rodríguez dejó en claro que detrás de una fiesta inolvidable hay trabajo, planificación y compromiso. Su mensaje de cierre fue un reconocimiento sincero: a cada empleado municipal, a los funcionarios, a los concejales, a los trabajadores anónimos que estuvieron antes, durante y después. Agradeció también el acompañamiento del Gobierno de Misiones, la Policía, Gendarmería, Bomberos, Energía de Misiones y un tejido privado que aportó—en muchos casos de manera gratuita—para que la fiesta brillara. No fue improvisación ni suerte: fue gestión, visión y comunidad organizada. Rodríguez entendió el clamor de la gente: esta fiesta no es un gasto, es inversión en identidad, turismo, economía regional y cultura. Y su liderazgo quedó cristalizado en cada pasillo del predio, en cada aplauso, en cada familia que volvió a casa con la sensación de que “acá las cosas se hacen bien”. San Vicente, epicentro cultural y productivo de Misiones La Fiesta de la Madera cumplió 40 años y los celebró mirando hacia adelante. Combina como pocas el orgullo productivo con la cultura popular; la tradición con la innovación; la música con la industria; lo local con lo internacional. San Vicente demostró, una vez más, que cuando hay planificación, apoyo provincial, trabajo en equipo y un pueblo movilizado, la historia se escribe desde adentro. La ciudad no sólo fue sede: fue anfitriona, fue protagonista y fue capital emocional de Misiones por cinco noches. Misiones Opina lo dice sin vueltas: la Fiesta de la Madera 2025 fue un antes y un después. Una postal de unidad en tiempos complejos; una apuesta a la alegría como política pública; y una declaración de principios para el país: la cultura comunitaria, la producción y el desarrollo no se suspenden, se celebran. La tierra colorada tuvo su gran fiesta. Y ya empezó la cuenta regresiva para la próxima. Porque en San Vicente, la madera no sólo se trabaja: se vive, se siente y se celebra. Nos vemos en la edición 41.
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