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» La Capital
Fecha: 09/11/2025 16:04
Víctor Hugo Chiarlo fue reconocido por el Senado de Santa Fe por su aporte cultural e industrial. Hace 72 años que produce bolitas de vidrio El homenaje a Chiarlo no solo reconoció su trayectoria empresarial, sino también su capacidad para transformar una idea en una tradición. La Cámara de Senadores se convirtió por un momento en espacio de memoria y gratitud cuando un acto realizado en el recinto de sesiones, modificó la actividad habitual. El senador, Esteban Motta, rindió homenaje a Víctor Hugo Chiarlo, fundador de la histórica fábrica de bolitas Tinka, de la ciudad de San Jorge . La ceremonia contó con la presencia de la vicegobernadora Gisela Scaglia y del intendente Juan Pablo Pellegrino, y puso en valor el legado de una empresa que, desde hace más de siete décadas, forma parte del paisaje productivo y cultural de la región. “Tinka nos representa en muchos aspectos, porque hablamos del interior productivo y de la cultura de San Jorge y de la región. Es y será un referente de un juego que marcó nuestra infancia y que, además, se transmite de generación en generación”, expresó Motta durante el acto. El reconocimiento, cargado de emoción, destacó el aporte de Chiarlo al desarrollo industrial y simbólico de la provincia, y lo ubicó como un verdadero emblema de identidad para el centro santafesino. Fundada en 1953, Tinka es la única fábrica de bolitas de vidrio en funcionamiento en toda Sudamérica. Su origen se remonta a la visión de Víctor Hugo Chiarlo, quien, tras adquirir maquinaria en desuso y adaptarla con ingenio, logró poner en marcha una línea de producción que combinaba precisión técnica y espíritu lúdico. Lo que comenzó como un emprendimiento familiar se transformó con el tiempo en una industria reconocida a nivel nacional e internacional. La planta está ubicada en San Jorge, una ciudad de 24 mil habitantes en el departamento San Martín, y desde allí abastece a todo el país. Actualmente, la fábrica está dirigida por las tres hijas del fundador, quienes continúan el legado con compromiso y profesionalismo. La producción supera las 400 mil bolitas por día, de las cuales el 70% se destina al entretenimiento y el 30% a usos industriales , como válvulas, rodamientos y sistemas de medición. Lecheritas, japonesas, transparentes, oscuras, grandes o diminutas: cada bolita es una pieza única, elaborada con una mezcla de tecnología, control artesanal y pasión por el detalle. El proceso comienza con la fundición del vidrio a más de 1.000 grados centígrados. Luego, el material incandescente se corta en pequeñas porciones que, al caer por un canal inclinado, adquieren su forma esférica. A partir de allí, cada bolita pasa por un riguroso control de calidad, donde se evalúan su forma, color, brillo y resistencia. San Jorge - Homenaje Tinka (5) La fábrica cuenta con operarias especializadas que inspeccionan cada lote a simple vista, detectando imperfecciones que escapan a los sensores. Esa combinación de saber técnico y mirada entrenada es parte del secreto de Tinka. Memoria colectiva A lo largo de los años, Tinka supo adaptarse a los cambios del mercado sin perder su esencia. En 2022, lanzó una colección especial inspirada en los campeones del mundo, y en 2023 celebró sus 70 años con un encuentro nacional que reunió a coleccionistas, jugadores y nostálgicos de todas las edades. La fábrica también fue reconocida por instituciones educativas y culturales, que valoran su aporte a la memoria colectiva y a la identidad regional. >> Leer más: Una fábrica santafesina logró la licencia de AFA para vender bolitas de la selección argentina San Jorge - Homenaje Tinka (4) Además de su impacto económico, Tinka tiene una dimensión simbólica que trasciende lo industrial. Las bolitas son parte de la infancia de millones de argentinos, y su permanencia en el tiempo habla de una forma de jugar, de compartir y de imaginar que resiste frente a la velocidad digital. En cada bolita hay una historia, una competencia en la vereda, una colección guardada en una caja de cartón, una herencia entre hermanos. San Jorge - Homenaje Tinka (3) La fábrica es también un punto de referencia comunitario. Genera empleo, atrae visitantes, y forma parte del relato local. El homenaje a Chiarlo no solo reconoció su trayectoria empresarial, sino también su capacidad para transformar una idea en una tradición. “Le regaló una sonrisa a miles de niños de todo el país, en un juego que trasciende”, dijo Motta. Y esa sonrisa sigue viva. San Jorge - Homenaje Tinka (1) En tiempos de pantallas y algoritmos, las bolitas siguen rodando. Y en San Jorge, ese corazón de vidrio late con fuerza, recordándonos que la industria también puede ser ternura, que la infancia puede ser patrimonio, y que el interior productivo tiene historias que merecen ser contadas. >>Leer más: Sesenta años de un negocio redondo, historia de la única fábrica de bolitas el país
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