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» Misionesparatodos
Fecha: 09/11/2025 11:11
El recientemente electo alcalde de Nueva York también entró a la política por el lugar menos previsto, más allá del aparato del Partido Demócrata y del peso de la tradición de personajes históricos, como el propio Andrew Cuomo. También debió reponerse de la campaña del miedo que impuso el propio Donald Trump. Se trató de un candidato alegre, que supo incluso reírse de sí mismo y sus limitaciones. Características que trascienden lo ideológico y que muestran que las demandas de la sociedad son cada vez más ricas y sofisticadas. Todo sucede en el contexto del rechazo a los liderazgos clásicos. En América Latina el rechazo a los partidos, a los gobiernos y al establishment oscila entre el 60% y el 80%. En la sociedad individualista de la internet, la mayoría de la gente no quiere ser representada, escucha más a sus amigos que a los líderes. Los políticos tradicionales necesitan renovarse de raíz. Hay que comprender por qué Trump, Mamdani, Pedro Castillo, Milei y otros disruptivos se comunican con los electores. El discurso de la sociedad digital no vence a la comunicación analógica, la posverdad, los mensajes de texto y los memes. Antiguamente, emitían mensajes solamente los líderes, las élites, los periodistas. Ahora todos se expresan. Hay una red que transmite a la población muchas versiones de lo que dicen los líderes, transformadas por sus propias percepciones. La velocidad de ese proceso es descomunal, determina el resultado de las elecciones. La nueva política es algo que está en la mente de la gente. No somos como éramos al empezar el siglo. Existen preferencias políticas, a veces totalmente contrapuestas, que se sitúan en la misma posmodernidad. La elección de Zohran Mamdani como alcalde de Nueva York es otra cara de la misma moneda, la comunicación que llevó al poder a Trump. Mamdani, un recién llegado a la política, derrotó a un dirigente con amplia trayectoria, Andrew Cuomo, exgobernador del estado de Nueva York, algo que “nadie habría pensado hace dos años”. Así como en 2017 los líderes republicanos dieron la espalda a Trump, ahora los dirigentes demócratas no apoyaron a un Mamdani disruptivo, inmigrante, musulmán, socialista. Su poder tuvo su base en quienes antes no participaban. Mamdani se crio en una familia pacifista y ha pasado su vida preocupado por la vivienda social y la educación. Los racistas que lo combaten tienen una mala noticia: es hijo de Mira Nair, una cineasta punyabí india. Los punyabíes son una etnia aria que vive entre el Punjab y Pakistán. Mamdani es un ario, como soñaban ser algunos europeos blancos del siglo pasado. Nació en Kampala, capital de Uganda, empezó la escuela en Sudáfrica, pero cuando tenía siete años, su familia se mudo a Nueva York. Su padre, Mahmood Mamdani, es un académico, antropólogo respetado, autor del libro Good Muslim, Bad Muslim, un alegato en favor de los musulmanes “buenos” (seculares, que han asumido la cultura occidental) y los “malos” (premodernos y fanáticos). Para Mahmood el terrorismo islámico es una desviación repudiable del islam. Zohran ganó las elecciones en todos los barrios con mayoría judía y grupos de judíos ortodoxos apoyaron su campaña diciendo: “Votamos al mejor candidato para la ciudad, no a quien apoya a un Estado extranjero como Israel”. Mamdani se crio en una familia pacifista, y ha pasado su vida sirviendo a los inmigrantes, preocupado por la vivienda social y la educación. Su innovadora campaña fue orientada por el equipo de Bernie Sanders, quien a sus 84 años es el político con mente más joven de Estados Unidos. Su equipo, en el que está Nick Sawhney, un profesor de la Universidad de Nueva York, ha desarrollado algunas de las herramientas más novedosas de la comunicación política, como el Meme Drop. Para entender al flamante alcalde, es importante escuchar en YouTube “Mayor to Mayor: a conversation between Bernie Sanders and Zohran Mamdani”. La campaña superó al aparato demócrata de la ciudad, reunió a 90 mil voluntarios que lograron que votara el 50% del padrón, cuando normalmente participa el 20%. Mamdani les pidió que no recogieran dinero, que utilizaran sus plataformas para conseguir votos. La principal herramienta de la campaña fueron las redes, que difundieron sus tres propuestas: transporte gratuito, guarderías para todos los niños y congelación de alquileres, ofertas que se han hecho en otros países democráticos de la región. Su candidatura forma parte de la reacción contra el gobierno de Trump, pero ese no fue el eje de su discurso. Desde otro extremo, produjo la misma movilización emocional, antisistema, que el republicano, hablando de problemas concretos. Su campaña innovadora fue orientada por el equipo de Bernie Sanders Fue un candidato auténtico, alegre, transparente, que se reía de sí mismo cuando filmaba spots en español. Las ideologías no tuvieron espacio en su discurso. Fue inclusivo, se exhibió con personas de todos los credos y condiciones. Es el típico “good muslim” del que habló su padre. Decir que Mamdani es comunista es tan disparatado como decir que Milei es nazi. Ambos, desde distintos ángulos, expresan la nueva política que analizaremos en el curso que empieza en febrero en la Universidad del Sur de Buenos Aires. En ella también haremos un análisis de este tipo de comunicación, en las elecciones en que participaron Mauricio Macri, Marina Silva, Volodimir Zelenski, Pedro Castillo, Gustavo Petro, Daniel Noboa, Guillermo Lasso, Donald Trump y Tuto Quiroga. No queremos discutir temas ideológicos, programáticos, ni promover o criticar sus puntos de vista. Trataremos de comprender cómo se ganan las elecciones en la sociedad hiperconectada, qué herramientas se usan para llegar a los nuevos electores. Al mismo tiempo, estamos escribiendo un libro sobre el tema. *Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino. ¿Nuevo superhombre? | Pablo Temes Por Jaime Duran Barba-Perfil
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