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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 09/11/2025 09:01
El próximo 29 de noviembre, el equipo de rugby Caranchos —integrado por internos de la Unidad Penal 9 de Gualeguaychú— volverá a salir a la cancha. En el predio del Club Central Entrerriano Rugby compartirán una jornada de integración junto al anfitrión y un conjunto de Rosario del Tala. En diálogo con Despertar Entrerriano, Ángel, jugador del equipo, reflexiona sobre los valores del rugby, la superación personal y el poder transformador del deporte. En una experiencia que trasciende los límites del deporte, el equipo de rugby Caranchos, conformado por internos de la Unidad Penal N°9 de Gualeguaychú, se prepara para disputar un nuevo encuentro de rugby social. Será el 29 de noviembre, en la cancha de Central Entrerriano Rugby, junto al equipo local y otro proveniente de Rosario del Tala. “La verdad que muy contento por lo que se está generando, más que nada por una reinserción de lo que es el rugby en este contexto”, expresó Ángel, jugador de Caranchos, quien destaca que la disciplina les permite trabajar sobre valores como la lealtad, la solidaridad y el compañerismo: “Quizás si los hubiésemos puesto en práctica antes en nuestras vidas, hoy no hubiésemos hecho tantos males”, reflexionó. Será la tercera vez que los Caranchos salgan a jugar fuera del penal: “La primera fue el 7 de diciembre del 2024, fuimos diez y completamos el equipo con jugadores de Central Entrerriano, que son los que nos brindan su casa para que compartamos incluso el tercer tiempo. Esta vez vamos 15 jugadores y también vienen de Rosario del Tala”, contó. Consultado sobre el sentido que tiene este tipo de encuentros para los internos, Ángel fue claro: “El objetivo es super socializarnos. Ellos forman parte de nuestras vidas hoy, son personas que decidieron hacer algo por nosotros, dejándole tiempo a sus familias para enseñarnos rugby y sus valores en un lugar como este”. Para el jugador, los mayores muros no son los de cemento, sino los mentales: “Uno a veces lo ve como un muro, pero no es el de hormigón sino el muro ideológico, el prejuicio. Porque cuántas veces uno pasa por una unidad y dice barbaridades de los que están adentro. Levanto la mano, porque fui el primero en juzgar. Y hoy me toca estar de este lado”. Ángel ocupará la posición de primer centro en el próximo encuentro, y confiesa que la experiencia tiene un profundo valor personal: “Es una emoción muy grande. Más allá del resultado, es poder compartir con la familia, porque ellos vienen, podemos estar un rato juntos y eso te llena de orgullo. Es un grito fuerte de esperanza y de una segunda oportunidad, de saber que estamos dispuestos a hacer las cosas bien”. El acceso al equipo, explica, no depende del talento físico, sino del compromiso con la convivencia: “Hacer las cosas bien y adaptarse al compañerismo. Después puede jugar cualquiera: el flaco, el alto, el gordo, el morocho o el rubio. El rugby es eso, integración”. La organización de cada jornada requiere un trabajo conjunto entre el Servicio Penitenciario, los profesores voluntarios y la Fundación Espartanos, entidad que apadrina el proyecto: “El profesor de los Espartanos viene desde Buenos Aires todos los jueves y junto con los de Central Entrerriano hacen la selección de los jugadores. Luego pasa por tratamiento y ahí se decide si se autoriza o no la salida”, explicó. Durante los partidos, los jugadores son acompañados por personal penitenciario, pero, según Ángel, el control no interfiere en el espíritu del encuentro: “Prácticamente estás libre, pero con el cuidado correspondiente, y eso hay que destacarlo porque se cumple. Por algo hoy es la tercera vez que vamos a ir”. Los entrenamientos se realizan los martes y jueves dentro del penal, aprovechando los espacios disponibles: “No tenemos cancha, pero usamos un pedazo de terreno o la de fútbol de los recreos. También entrenamos por pabellones: corremos, hacemos gimnasio y cuidamos la alimentación y el descanso”, contó. Los Espartanos, equipo de rugby creado en 2009 que utiliza el deporte para la reinserción social de los reclusos en Argentina, cumplen un rol fundamental para el grupo: “Son los que apadrinan nuestro proyecto. Y ahora estamos con la intención de sacar el libro de los Caranchos, con muchas fotos y las historias de los que ya no están”, adelantó Ángel con entusiasmo. Por último, invitó a la comunidad a acompañar la jornada del 29 de noviembre: “Por supuesto que la gente puede ir a ver los partidos, están todos invitados”, concluyó. Fuente: Despertar Entrerriano
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