09/11/2025 13:47
09/11/2025 13:41
09/11/2025 13:41
09/11/2025 13:41
09/11/2025 13:40
09/11/2025 13:32
09/11/2025 13:31
09/11/2025 13:30
09/11/2025 13:30
09/11/2025 13:30
» El Ciudadano
Fecha: 09/11/2025 08:31
Fotos: Juan José García Alivio. Desahogo. Corazones que volvieron a latir con normalidad. Un poco de calma en medio de una tormenta que amenazaba con terminar en un desastre. Newell’s derrotó a Huracán 2-0 en el Ducó y consiguió tres puntos claves en la pelea por no descender. Un planteo inteligente, jugadores que dejaron todo y más, y eficacia a la hora de anotar fueron suficiente para que el equipo de Bernardi se quedara con un triunfo que podría asegurar la permanencia en Primera. Newell’s llegó al partido cargado de obligaciones. Jugar antes que el resto de los rivales que pelean por no descender podía ser una ventaja si se conseguía una victoria, pero si la Lepra no ganaba, el sufrimiento iba a extenderse con los partidos de Talleres, Godoy Cruz, Aldosivi y San Martín de Tucumán. Y parecía demasiado para el corazón golpeado de los hinchas leprosos. Bernardi, que puso mucho en juego al asumir en este momento tan complicado, confió en su idea. Repitió el esquema utilizado ante Unión, con dos cambios que le dieron más seguridad al equipo. Martín Luciano reemplazo al juvenil Russo y Luca Regiardo ingresó por Fernández Figueira. A pesar de tener disponible a Banega, el DT prefirió poner un mediocampo que corriera con tres pibes de la casa: Regiardo, Acuña y Guch, algo que podía suponerse un riesgo en un partido con tanta presión. Pero los chicos respondieron y desde ahí la Lepra comenzó a construir la victoria. La otra clave fue mantener a Luciano Herrera como segundo punta, más cerca de Carlos González y no como extremo. Y desde ahí llegaron los dos goles leprosos. La concepción tal vez sonrojó a los amantes del buen fútbol, pero seguramente el Tata Martino, el Yaya Rossi o Julio Zamora festejaron sin ponerse colorados. La jugada fue simple. en el primero hubo un saque largo de Espínola, una peinada con la calva de Cocoliso y definición cruzada de Herrera tras ganar la posición el el área. A los pocos minutos se replicó la acción, aunque esta vez la peleó Herrera, obligó a un mal despeje de un defensor de Huracán, y Cocoliso, de mediavuelta, puso un 2-0 que a esa altura era una bocanada de oxígeno que tranquilizó a todos. El mérito de Newell’s fue nunca creer que el partido ya estaba ganado. protegió el área propia tratando que Miljevic no manejara el balón con comodidad y obligó al rival a tirar centros desde lejos, para que Salcedo, Cuesta y el arquero Espínola se lucieran. Había un plan y se ejecutó casi a la perfección. Y cuando las piernas comenzaron a flaquear, el DT metió cambios para oxigenar el medio o fortalecer la defensa aérea y no pasar sobresaltos, como sucedió. Fue un triunfazo de Newell’s. De esas victorias que se festejan como si se tratara de una final. Defender una continuidad en Primera de más de 60 años tiene un valor difícil de medir. Hay generaciones de hinchas que nunca vieron a Newell’s en una categoría de ascenso, y por eso la angustia era muy grande. Por eso se festejó tanto. Y tal vez en el grito de Bernardi con el puño cerrado al pitar Baliño el final es el reflejo de todos los hinchas leprosos. Ahora falta que no gane Godoy Cruz en Tucumán; o que no sumen de a tres Aldosivi y San Martín para sellar matemáticamente la continuidad en Primera. Pero el paso que se dio en el Ducó es enorme, casi decisivo.
Ver noticia original