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  • Club Atlético Sparta: la pileta, el Pibe Galán y el año 71

    » El Ciudadano

    Fecha: 09/11/2025 08:20

    Por Adolfo Abraham Cuando ya lejos en el tiempo habían quedado los socios fundadores, de la zona céntrica de la ciudad y la segunda generación que se había criado al calor de Arroyito, se hallaba en plenitud de sus funciones dirigentes, acompañada por la incipiente tercera generación, conformada por sectores trabajadores humildes provenientes de Parque Casas, el entonces presidente Ángel Bifarello y su Comisión Directiva, inauguraban para fines de diciembre de 1970 el natatorio Spartano. Un lujo inédito para el barrio en el Club Atlético Sparta. Para ese tiempo, la actual revisora de cuentas apenas si tenía unos meses y su joven madre la cuidaba en la pileta de los menores. Un verano a todo lo que había, ya que desde distintos puntos del barrio y de la ciudad, la gente se arrimaba a uno de los tantos nuevos espacios de temporada veraniega, que se estaban inaugurando, se desarrollaba al interior del microclima local cuya semiolímpica, por momentos desbordada de veraneantes, y debía ser atendida por dos profesionales guardavidas, mientras en las horas pico del mediodía el humo de los asadores inundaba el predio ubicado detrás del terraplén del FFCC. El mismísimo verano fue escenario de diferentes certámenes infantiles de fútbol, que colmaban los tablones de la vieja tribuna y llenaban de gente todos los sectores habilitados del club. Largas noches, hasta algo más de las 23, se vestían repletas de padres y niños, que deambulaban por el predio haciendo de la cantina una especie de vedette. Y los antiguos jugadores del club, entre los cuales figuraban varios de los dirigentes, continuaban con sus rituales partidos amistosos y torneos, presentando su formación de once bajo el nombre de la Mutual de Veteranos de Sparta, que daba que hablar por los, a veces, holgados triunfos que obtenía. Para el 2 de marzo, el técnico Mastroantoni citaba a los jugadores de la Primera División y la Cuarta Especial para presentarse dos días después a un encuentro amistoso frente a Rosario Central. La pileta cesaba, pasando a cuarteles de invierno y el club continuaba con sus actividades anuales de: voley, ajedrez, gimnasia, patín y otros que se desarrollaban tanto en forma privada como dictadas por la Municipalidad, pero no a nivel competitivo. El 3 de mayo daba comienzo el Torneo Molinas y, de ahí en adelante, habría partidos oficiales, domingo por medio, donde se presentaría la Primera División, la Cuarta Especial y algunas divisiones de inferiores, entre ellas, la de los más pequeños, en donde se destaca la figura de un precoz adolescente, llamado Edgardo Bauza, que pronto emigraría a Rosario Central. Sin embargo, no se iría sin antes dejar un trofeo junto a sus compañeros de equipo, en el Torneo Infantil Martín Bravo, venciendo 3-1 en la final a Atlético del Rosario. Sin perder su costumbre, ese 25 de mayo los asociados y vecinos celebraban la fecha patria con un gran almuerzo de camaradería. Desde temprano, se habían ido juntando y acomodando a lo largo de la zona central y el salón. Por la tarde, se desarrollaron distintas actividades en las que intervinieron niños, jóvenes y adultos. Entre ellas: carrera de embolsados, truco, bochas y otro Torneo de Baby Fútbol. El día anterior, la Primera División se había alzado con los dos puntos en el clásico con Argentino y ocupaba la segunda colocación en la Tabla después de haber disputado cuatro partidos. Una semana después, caería en cancha de Central Córdoba por 2-1, siendo el Pibe Galán el artillero visitante. El 24 de junio, otro equipo infantil se acreditaría nuevamente un Torneo Martín Bravo, pero esta vez en la categoría de 10 años. El 2 de julio, la Asociación Rosarina aplicaba una sanción al club, debido a una publicación a destiempo, y las divisiones que participaban en el Torneo perdían puntos en dos jornadas por ser suspendidas. El 16 de agosto, en una jornada memorable, jugando la segunda rueda y en el encuentro revancha con uno de los grandes, Central Córdoba, La Capital publica: «SPARTA DIO LA NOTA EN LA JORNADA DEL MOLINAS». En un partido histórico para el club, se impuso por cinco a uno con un QUIERO VALE CUATRO del Pibe Galán. Quien, consultado cincuenta y cuatro años después, dice recordar como si fuera hoy sólo uno de los goles que convirtió, el que denominó golazo: al ver al arquero adelantado disparó por lo alto desde aproximadamente cuarenta metros de distancia, viendo cómo ingresaba la pelota en el arco. Lo que desató la algarabía del grupo y la parcialidad local. Para el 6 de septiembre, el primer equipo se hallaba en la cuarta posición de la Tabla, detrás de Rosario Central, Central Córdoba y Coronel Aguirre. El 8 de octubre de 1971 es invitado a participar en un Torneo a realizarse en La Falda. Hasta allí viajan en el Rayo Cordobés los integrantes de la Primera. Y el día 14, mientras en Rosario los veteranos celebran el 32° aniversario de la Mutual, los viajeros se adjudicaban el torneo cordobés, con un gol de Mastrángelo y otra notable actuación de Quique Galán. Para el 23 de octubre, la Asociación daba comienzo al Torneo Ivancich, el segundo del año. Sparta dejaba en el camino a Argentino y Central Córdoba y, en un partido a todo o nada jugado el 21 de noviembre, pierde la final con Newell’s, 4-1. Un Newell´s que llevaba en sus filas nada menos que a Picerni, Ingaramo, Sperandio y Rocha, entre otros. Los albinegros se quedan con el segundo puesto, perdiendo la posibilidad de participar en el Regional. Antes de finalizar el año, se comienza a organizar otro Torneo infantil que se va a llevar a cabo durante el mes de diciembre. Y la Mutual de Veteranos le gana a Defensores de Ciclón por 3-0. Durante la segunda mitad del último mes del año y después de ultimar todos los detalles, el verano de Sparta ya está en el ruedo, con la pileta funcionando a pleno.

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