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  • Los desafíos del crecimiento económico

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 09/11/2025 05:11

    Algunos improvisados en la materia creen en la magia del progreso económico. Entienden que son oleadas circunstanciales en las que una nación aprovecha el viento de cola y apunta hacia el rumbo deseado. Lamentablemente no funciona de ese modo y si no se conduce la cuestión con la seriedad del caso difícilmente se llegue a buen puerto. La historia doméstica cuenta que alguna vez este territorio fue un ejemplo global. Uno de los lugares del planeta al que cualquier inmigrante quería venir a radicarse. Aquí había espacio para todos, poca población, extensión disponible, variedad de climas y una legislación absolutamente amigable que en el preámbulo de su Constitución Nacional rezaba “para todos los hombres del mundo que quieran habitar el suelo argentino”. Esa fabulosa combinación de ingredientes permitió a una generación de políticos que estuvieron a la altura de su era generar las condiciones esenciales para un despegue que fue único en su especie y que sirvió de faro para todos aquellos que quisieran prosperar. "El crecimiento económico no es simplemente el corolario de buenas políticas económicas. Es además el resultado óptimo de un proceso que implica el abordaje de muchas aristas diversas y el arte de darle un sentido general, un norte, a cada temática que se encara. Ningún mandato presidencial resolverá de cuajo todos los problemas, pero sin duda alguna se está atravesando una bisagra imprescindible que necesita de templanza y orden, de astucia y visión." Luego vino una prolongada etapa de sobresaltos, de opacos desempeños, de olvidables momentos, y finalmente una andanada de instancias desperdiciadas que dan cuenta de la debacle infinita y el estado de situación general que se explica por sí mismo cuando se visualiza como se ha girado en círculos por lustros sin poder dar un paso hacia adelante. En ese contexto ahora se identifica una luz al final del túnel. En 2025 los indicadores certificarán que la pobreza y la inflación descendieron estrepitosamente, que el equilibrio fiscal trae buenas noticias inexorablemente y que la actividad económica se incrementa en forma envidiable. Los más críticos dirán que no se siente, que falta mucho, que el comportamiento es dispar, pero incluyendo esas apreciaciones todas opinables, lo indiscutible es que se ha iniciado una etapa de crecimiento y que ahora el reto consiste en darle durabilidad. Las proyecciones del 2026 son más que favorables. Los más optimistas ya vaticinan que el año entrante se superarán todas las marcas de este año consolidando una evolución emergente que empieza a dar muchos frutos. Los más escépticos aceptan que la inercia original tendrá continuidad y que efectivamente los números que se aproximan son positivos, aunque seguirán cuestionando aspectos laterales para evitar validar los avances. Bajo este panorama muy auspicioso cabe ahora detenerse a analizar cada uno de los factores claves de éxito que permiten garantizar velocidad, profundidad y sustentabilidad a este modelo de crecimiento que ha arrancado pero que precisa de reformas para poder convertirse en una plataforma sólida que asegure resultados de mediano y largo plazo. Los programas de crecimiento económico suelen encontrar fases que deben ir alcanzando para secuencialmente conseguir hitos desde los cuales se emprende el camino hacia el siguiente escalón. Eso supone tener un plan, una hoja de ruta que se constituya en una guía. "Reformas como la laboral, la tributaria y la previsional son vitales en este trayecto. Sin ellas es posible crecer, pero no al ritmo que todos esperan. Hay que poner ahí mucho énfasis para no despilfarrar una ocasión tan contundente como la que se está presentando en esta coyuntura política post electoral." Ese horizonte dispone de una larga lista de ángulos que deben ser abordados con determinación, pero también con sensatez, prudencia y conocimiento, para realizar transformaciones ambiciosas y relevantes. La legislación actual se ha convertido en una verdadera barrera para entusiasmar y estimular a los que verdaderamente producen. Hay que seducir a inversores locales y extranjeros. Eso requiere ser atractivos en términos de brindarles un marco jurídico apropiado que invite a creer que esto que está ocurriendo no es un suspiro y que merece ser encaminado para que siga aportando confianza. Reformas como la laboral, la tributaria y la previsional son vitales en este trayecto. Sin ellas es posible crecer, pero no al ritmo que todos esperan. Hay que poner ahí mucho énfasis para no despilfarrar una ocasión tan contundente como la que se está presentando en esta coyuntura política post electoral. Pero con eso tampoco alcanza. No hay que minimizar cada metro que se puede adelantar en este recorrido. Cada modificación conseguida ayuda y mucho a diseñar el sendero adecuado para cosechar más logros en la dirección correcta, pero esas batallas no pueden interrumpirse ya que queda demasiado por trabajar en cada renglón posible. "Algunos obstáculos son más sofisticados y conllevan quizás muchos años para que los cambios instrumentados tengan el efecto esperable. El mejor ejemplo es la reforma educativa, esa que es imperiosa y urgente, pero que demanda talento y una mirada vanguardista, y además precisa de una implementación progresiva que forzosamente exige una paciencia superlativa para que aterricen sus bondades y confirme que se han tomado líneas de acción atinadas." Algunos obstáculos son más sofisticados y conllevan quizás muchos años para que los cambios instrumentados tengan el efecto esperable. El mejor ejemplo es la reforma educativa, esa que es imperiosa y urgente, pero que demanda talento y una mirada vanguardista, y además precisa de una implementación progresiva que forzosamente exige una paciencia superlativa para que aterricen sus bondades y confirme que se han tomado líneas de acción atinadas. El crecimiento económico no es simplemente el corolario de buenas políticas económicas. Es además el resultado óptimo de un proceso que implica el abordaje de muchas aristas diversas y el arte de darle un sentido general, un norte, a cada temática que se encara. Ningún mandato presidencial resolverá de cuajo todos los problemas, pero sin duda alguna se está atravesando una bisagra imprescindible que necesita de templanza y orden, de astucia y visión.

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