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  • Tras la caída de la avioneta narco en Salta, sospechan que aún faltan 100 kilos de cocaína

    Parana » Informe Digital

    Fecha: 08/11/2025 15:28

    La jueza Federal de Garantías N° 2 de Salta, Mariela Giménez, dictó ayer prisión preventiva por seis meses para los dos pilotos y otros tres hombres detenidos por el secuestro de 364 kilos de cocaína, entre ellos un santiagueño. Los investigadores, sin embargo, sospechan que aún restan aparecer otros 100 kilos de la droga. Como informó EL LIBERAL, todo se desencadenó el martes 4 de noviembre, cuando en una zona rural de Rosario de la Frontera se precipitó una avioneta boliviana y se incautaron 364 kilos de cocaína, de los cuales 220 kilos habían sido enterrados en el lugar por la banda. Los detenidos fueron trasladados ayer a la sede judicial de Salta. A la audiencia asistieron el fiscal general Eduardo Villalba; la fiscal general adjunta Mariana Gamba Cremaschi, y la auxiliar, fiscal Florencia Altamirano, quienes imputaron a los cinco acusados “contrabando de importación de estupefacientes, agravado por el número de personas intervinientes y el uso de una aeronave operada de manera irregular”. “Los pilotos de nacionalidad boliviana, Juan Pablo Quinteros Peredo y Henry Álvaro Mercado Cuajera, en calidad de coautores; “partícipes necesarios”, Julián Darío Mansilla (santiagueño), Jonathan Alejandro Gómez y Jorge Alberto Cuellar. Los últimos tres, también están acusados de “transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes”. “Se trató del ingreso ilegal de una aeronave cargada de droga por el espacio aéreo argentino”, afirmó Villalba, al señalarlo como una clara evidencia del carácter trasnacional de la organización narcocriminal. Aquel martes, alrededor de las 15, algunos vecinos advirtieron el vuelo irregular de una aeronave que sobrevolaba la zona delimitada por las rutas provinciales 3 y 31. La avioneta finalmente descendió en un sector con abundante arboleda y, minutos después, se vio salir humo. La nave chocó contra un Volkswagen Gol Trend, que se incendió. Los narcos huyeron, aunque antes enterraron 220 kilos de cocaína. Al llegar los gendarmes hallaron tres bolsones con 136 kilos de la droga dentro de la aeronave. En forma paralela, en la comisaría de Antillas, cercana al lugar, se presentó Mansilla y denunció que cuatro sujetos armados le habían robado su auto, coincidente en marca y modelo con el vehículo que fue hallado quemado junto a la aeronave. La declaración no tuvo credibilidad porque existía un informe que señalaba a Mansilla, Gómez y Cuellar como sospechosos de integrar una organización narcocriminal. Por ese motivo, y porque en el lugar del siniestro se encontró una cédula para conducir una moto a nombre de Mansilla, el Ministerio Público Fiscal pidió su detención. Más tarde fue detenido Gómez en el puesto de control de El Durazno, sobre la ruta 34. Los dos pilotos habían ingresado la droga en una aeronave con matrícula boliviana. En la cabina se encontraron una gaseosa adquirida en Bolivia, una antena satelital y un GPS. En tierra, el brazo logístico integrado por Mansilla, Gómez y Cuellar esperaba la carga; habían colocado una lona a lo largo de la pista clandestina para delimitar la zona de aterrizaje. Sin embargo, el piloto Quintero Peredo no pudo controlar la nave y ésta se precipitó más adelante: una de sus alas tocó el auto de Mansilla y la avioneta se estrelló contra una arboleda. Junto al vehículo incendiado de Mansilla se encontraba una camioneta Ford con Gómez y Cuellar. Tras el choque lo auxiliaron para sacarlo del auto. Luego, uno de ellos corrió hacia la aeronave siniestrada, extrajo tres bolsos con droga y huyó, dejando a los dos pilotos malheridos en la cabina. Esa fue la cocaína que posteriormente apareció enterrada. Los 228 kilos de cocaína fueron desenterrados en bolsones con los ladrillos. Habían sido ocultados en un campo a 70 kilómetros del lugar del accidente. Los pilotos bolivianos fueron detenidos en la terminal de ómnibus de Rosario de la Frontera. Allí, fuertemente vigilados, se presentaron Quinteros Peredo y Mercado Cuajera con visibles rastros de lesiones en los brazos. Ambos terminaron por delatarse al intentar comprar una bebida energizante y pagar en dólares, lo que llevó a la empleada del local a alertar a la policía. La última detención fue la de Cuellar, anteayer en la casa de una amiga en Antillas.

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