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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 07/11/2025 02:51
El compliance hoy un eje estratégico para consolidar instituciones más confiables y resilientes (Imagen ilustrativa Infobae) En un escenario global signado por la transformación digital, la confianza emerge como un activo crítico para el desarrollo sostenible de cualquier sociedad. En Argentina, donde las instituciones atraviesan desafíos estructurales y la credibilidad enfrenta tensiones constantes, restablecer ese vínculo de confianza requiere más que declaraciones: demanda un compromiso sostenido con el cumplimiento normativo (compliance) y la innovación tecnológica. El compliance, entendido como el conjunto de políticas, procesos y controles que garantizan la legalidad, ética y transparencia en el accionar de organizaciones públicas y privadas, constituye hoy un eje estratégico para consolidar instituciones más confiables y resilientes. Sin embargo, el cumplimiento efectivo de estas normas no puede sostenerse sin una infraestructura tecnológica que lo respalde. En ese sentido, herramientas como la inteligencia artificial, la tecnología blockchain o el análisis avanzado de datos se han convertido en aliados indispensables. Gracias a ellas, las organizaciones no solo pueden detectar desviaciones en tiempo real, sino también anticiparse a los riesgos, prevenir delitos financieros y garantizar procesos alineados con los más altos estándares de integridad. Una necesidad local urgente La integración entre compliance y tecnología cobra especial relevancia en el contexto argentino, donde la desconfianza hacia el sistema financiero, la administración pública y los organismos de control sigue siendo una preocupación ciudadana recurrente. En este marco, la digitalización no es solamente una evolución técnica, sino un instrumento para reconstruir legitimidad y garantizar transparencia. Pensar el compliance como un gasto resulta un enfoque obsoleto. Por el contrario, su correcta implementación, potenciada por soluciones tecnológicas, debe entenderse como una inversión estratégica: protege a las organizaciones frente a sanciones, reduce riesgos legales, mejora la eficiencia operativa y potencia la reputación institucional. En última instancia, estos elementos se traducen en valor tangible a largo plazo. Impacto transversal en la vida cotidiana El impacto del compliance tecnológico no se limita a las grandes corporaciones. Su aplicación tiene efectos directos en la vida diaria de los ciudadanos: desde operaciones bancarias más seguras, hasta una mejor gestión de datos personales, pasando por mecanismos más eficaces en la lucha contra la evasión fiscal, el lavado de dinero y la corrupción. A pesar de estos avances, el camino hacia una adopción plena y homogénea aún es largo. Persisten barreras estructurales, culturales y regulatorias que dificultan la implementación masiva de tecnologías aplicadas al cumplimiento normativo. Es por eso que se requiere una agenda común entre el sector público y privado, orientada a consolidar una infraestructura digital que respalde el fortalecimiento institucional. Una apuesta impostergable para el siglo XXI En tiempos de transformación digital, la confianza no se declara: se construye con hechos concretos. La adopción de buenas prácticas de compliance, impulsadas por herramientas tecnológicas eficaces, es un paso necesario para una Argentina más transparente, segura y competitiva. En definitiva, apostar por la integración entre innovación y cumplimiento normativo no es solo un imperativo legal, sino una decisión estratégica que define el perfil ético, económico e institucional del país hacia el futuro. Construir confianza digital es, hoy más que nunca, una condición indispensable para el progreso.
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