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  • "El consumo problemático no es un delito, es un padecimiento social"

    » Radiosudamericana

    Fecha: 06/11/2025 23:16

    Jueves 06 de Noviembre de 2025 - Actualizada a las: 22:13hs. del 06-11-2025 POLÍTICAS PÚBLICAS El magíster en Trabajo Social, docente e investigador de la Universidad Nacional de La Plata, Alfredo Carballeda visitó los estudios de Sudamericana en la previa de la jornada “Suicidios y adicciones, ¿van de la mano?” en la Legislatura correntina. Analizó la crisis del sistema de salud mental, la falta de estadísticas, el aumento de la violencia social y la necesidad de reconstruir la presencia del Estado en los territorios. El reconocido académico y especialista en intervención social Alfredo J. M. Carballeda, magíster en Trabajo Social por la Universidad Nacional de La Plata y docente-investigador de la misma casa de estudios, participará este viernes de la jornada de reflexión “Suicidios y adicciones, ¿van de la mano?”, organizada en el Recinto de Sesiones de la Legislatura de Corrientes por iniciativa del vicegobernador Pedro Braillard Poccard y la referente del Movimiento Latinoamericano de Madres y ONGs contra las Adicciones (UNIFE), Sonia López. El encuentro reunirá a profesionales, docentes, referentes sociales y representantes de organizaciones de distintas provincias, con el objetivo de abrir un espacio de diálogo sobre el vínculo entre consumo problemático, suicidio y salud mental. Carballeda, que además es licenciado en Servicio Social (UBA), Diplomado Superior en Ciencias Sociales (FLACSO) y colaborador en el diseño del Plan de Estudios de la carrera de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Moreno, fue uno de los principales disertantes del encuentro. En la previa, dialogó con Radio Sudamericana, donde realizó un análisis profundo sobre la situación actual. “Los sectores más vulnerados de nuestra sociedad son los que sufren con mayor rigor las adicciones y las problemáticas sociales complejas. Cuando una persona pierde derechos sociales, también pierde derechos civiles. Una persona en situación de calle no solo perdió el derecho a una vivienda, perdió el derecho a ser tratada como ciudadano”, explicó el especialista. El magíster consideró que las adicciones deben ser abordadas desde un enfoque de salud mental y no desde la criminalización. “Una política criminal no sirve, porque criminaliza un padecimiento. El consumo problemático es un sufrimiento. Si alguien comete un delito debe responder ante la ley, pero al mismo tiempo recibir tratamiento. No hay una relación directa entre el consumo y el delito”, remarcó. “Faltan políticas públicas y el Estado se retiró” Carballeda alertó sobre la ausencia del Estado en la atención de la salud mental y el debilitamiento de las instituciones especializadas. “Hoy hay una gran desprotección. Faltan dispositivos, falta formación y faltan políticas públicas. Incluso el Hospital Bonaparte, el único hospital nacional especializado en salud mental y adicciones, está luchando por sobrevivir”, señaló. Recordó que durante muchos años el SEDRONAR “tuvo una presencia activa y territorial en todo el país”, pero que en los últimos tiempos se produjo un retroceso preocupante. “Hasta hace unos años había capacitación, dispositivos comunitarios, trabajo en red. Hoy eso se desmanteló. Y cuando no hay presencia del Estado, las adicciones se agravan y las familias quedan solas”, advirtió. También cuestionó la falta de estadísticas actualizadas sobre consumo y suicidio: “No tenemos datos oficiales confiables desde 2023. El observatorio de drogas era una referencia a nivel latinoamericano, y hoy está desmantelado. Sin datos, trabajamos a ciegas”. “Las adicciones son un síntoma social” En relación al eje de la jornada, el investigador explicó que no existe una relación directa entre adicciones y suicidio, aunque reconoció que ambas problemáticas comparten raíces comunes. “No hay una conexión causal entre el consumo y el suicidio, pero sí hay circunstancias de riesgo que los vinculan. En salud mental se observa hace más de veinte años el fenómeno de las autolesiones: jóvenes que se lastiman para hacer visible su dolor. Es una manera de convertir el padecimiento subjetivo en algo visible”, explicó. Carballeda sostuvo que las adicciones deben entenderse como una expresión del malestar social contemporáneo. “El consumo habla de la sociedad en que vivimos. No se trata de conductas individuales, sino de síntomas colectivos. Detrás de cada historia de adicción hay una historia de exclusión, de desigualdad, de falta de futuro”, dijo. “El barrio es el primer dispositivo de intervención” El especialista destacó la importancia del trabajo territorial y comunitario como herramienta de prevención y acompañamiento: “Los barrios son el primer dispositivo de intervención. Hay que escuchar a los referentes comunitarios, a las madres, a los equipos que trabajan día a día. No hay una fórmula única que sirva para todos los lugares. No es lo mismo intervenir en Salta que en Ushuaia. Cada territorio tiene su propio lenguaje y su forma de resistencia”, señaló. “Cuando los equipos interdisciplinarios se vinculan con las comunidades, los resultados son mejores. Pero para eso hace falta decisión política, presupuesto y presencia del Estado”, subrayó. “Vivimos una sociedad sin ley” Carballeda también abordó el contexto social y político actual, al que definió como “anómico”, retomando el concepto del sociólogo Émile Durkheim. “Estamos viviendo en una sociedad sin ley, en el sentido de que la norma perdió legitimidad. Hay un deterioro de la autoridad moral del Estado. Hoy se naturaliza evadir, agredir o despreciar lo público. Eso genera una sensación de vacío y desprotección”, reflexionó. “El desguace del Estado también se traduce en inseguridad subjetiva: me siento inseguro porque no tengo medicación, porque no hay control, porque no sé si voy a llegar a fin de mes. Todo eso es violencia, y esa violencia social termina reproduciéndose en las calles, en las escuelas, en las familias”, agregó. El académico advirtió que esta desprotección “se siente más fuerte entre los jóvenes de los sectores populares”, que viven la frustración de no tener horizontes posibles. “El suicidio y el consumo problemático son, muchas veces, dos caras de la misma desesperanza”, resumió. “Desregular es desproteger” Carballeda también hizo referencia a los efectos de las políticas de desregulación y ajuste en áreas sensibles. “Cuando se desregula, se desprotege. La falta de control estatal sobre medicamentos, como el caso del fentanilo, que dejó más de 100 muertos, demuestra que el mercado no puede regular la salud. La desprotección mata”, afirmó. “El Estado no es un parásito, es el único que puede garantizar derechos y sostener políticas públicas de salud mental. Cuando el Estado se retira, lo que queda es la violencia, el abandono y la exclusión”, enfatizó. “Necesitamos reconstruir una mirada humana” Finalmente, el docente e investigador llamó a recuperar la sensibilidad social y la mirada comunitaria frente al sufrimiento. “Las adicciones, el suicidio y la violencia son expresiones del dolor social. No se resuelven con cárcel ni con moralismo. Se resuelven con políticas públicas, con presencia del Estado y con trabajo comunitario. Necesitamos volver a construir una mirada humana, solidaria y de cuidado”, afirmó. El encuentro en la Legislatura de Corrientes contará con la participación de la doctora Ana María Achitte (Bella Vista), la licenciada Ana Lagraña (Posadas), el licenciado Martín Cagide (Buenos Aires), la profesora Alba Blanco (Goya) y el pastor Gustavo Almirón, entre otros referentes. La jornada, organizada por UNIFE y coordinada por la profesora María Silvia Pozo, tuvo como propósito generar conciencia colectiva y promover la escucha activa y la construcción de estrategias comunitarias de acompañamiento, frente a problemáticas que atraviesan a familias e instituciones de todo el país.

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