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Fecha: 06/11/2025 11:39
La caída de la demanda interna volvió a encender las alarmas en los sectores industriales y comerciales. Dirigentes pyme advierten que el consumo se retrae a niveles críticos y que cada vez más familias utilizan la tarjeta de crédito para comprar alimentos, un síntoma que evidencia el deterioro del poder adquisitivo y el reacomodamiento del consumo hacia lo esencial. Según empresarios del sector textil y del calzado, la apertura de importaciones amplió la oferta por encima de lo que el mercado puede absorber, generando un fuerte sobrestock y profundizando la baja en las ventas. En los últimos doce meses, se habrían habilitado alrededor de 14.000 nuevas Cuit de importadores, lo que modificó la estructura de abastecimiento local. Hoy, estiman que el 60 por ciento de la indumentaria utilizada en el país es de origen importado. Aun así, los precios no muestran una baja proporcional a esa mayor competencia. De acuerdo con estimaciones privadas, la indumentaria y el calzado cuestan 30 por ciento menos en moneda constante respecto de noviembre de 2023, mientras que los servicios acumulan un aumento del 53 por ciento en igual período. El encarecimiento del gas y otros servicios esenciales hace que, incluso con precios relativos más bajos en ropa, los ingresos no alcancen y los hogares deban recurrir a financiamiento para cubrir gastos básicos. En paralelo, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA relevó que 15 por ciento de los trabajadores formales presenta algún indicador de riesgo alimentario. En el sector del calzado, su cámara empresarial describe un escenario crítico: aumento de importaciones y contrabando, cierres de plantas, caída de ventas y pérdida de puestos de trabajo. “No vemos cuándo va a parar esta caída”, señalan. Los industriales coinciden en que el ingreso masivo de mercadería no redujo los precios por competencia, sino por exceso de stock. “Hay más zapatos y prendas de los que el mercado puede absorber; eso es lo que empuja los precios hacia abajo”, explican. La situación afecta tanto a productos nacionales como importados. En este contexto, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) presentó al Gobierno una batería de propuestas orientadas a reactivar el consumo, entre ellas la reimplementación de planes de pago con tarjeta de crédito, mayor control sobre el contrabando y medidas para reducir los juicios laborales ante la inminencia de reformas tributarias y laborales. La crisis también se refleja en el tejido empresarial. De acuerdo con un informe reciente, entre noviembre de 2023 y julio de 2025 desaparecieron 18.083 empleadores, lo que equivale a casi 30 cierres por día. En ese mismo período se perdieron 253.728 puestos de trabajo registrados, una caída de 2,40 por ciento, equivalente a más de 416 empleos por día. Con ventas en retroceso, consumo acotado a lo básico y una estructura productiva tensada por la competencia importada, las pymes ingresan en la recta final del año reclamando medidas urgentes para evitar un deterioro mayor en la actividad. AIM
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