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Parana » El Once Digital
Fecha: 05/11/2025 00:30
Este sábado, Paraná vivió un desbordante caos con una caravana de motos que reunió a más de 200 motocicletas en diferentes puntos de la ciudad. El sábado pasado, la ciudad de Paraná fue escenario de un insólito evento que desbordó el orden del tránsito y puso en riesgo la seguridad vial. Más de 200 motos participaron en una caravana que recorrió diversos puntos de la ciudad, provocando caos y peligro tanto para los motociclistas como para los transeúntes. Este tipo de evento, que se había venido gestando a través de las redes sociales, se dio en el marco de una movida nacional que celebra Halloween, pero lo que parecía ser una reunión organizada rápidamente se descontroló, sorprendiendo a las autoridades y dejando una estela de preocupación. Operativos en Paraná: 49 motos retenidas, un policía herido tras agresión y tres detenidos Carlos Schmunk, jefe de la Departamental Paraná, relató cómo se enteraron de la convocatoria: “Nosotros tomamos conocimiento del día sábado a través de distintas publicaciones de flyer que hacen las mismas organizaciones, pero este sábado realmente fue algo sorprendente para nosotros de lo operacional”, señaló. Según Schmunk, el operativo había sido diseñado para contener un número menor de participantes, de entre 20 y 30 motos, pero la magnitud del evento fue mucho mayor, con más de 200 motocicletas dispersas por puntos clave de la ciudad como el Thompson, el Rosedal y el Parque Urquiza. Carlos Schmunk, jefe de la Departamental Paraná. Foto: Elonce. Un operativo desbordado y el peligro de las maniobras peligrosas El comportamiento de los motociclistas durante la caravana incluyó maniobras extremas, como hacer “willy” (elevar la rueda delantera de la moto mientras circulan a alta velocidad) y saltos en espacios públicos, lo que generó un grave riesgo para todos los involucrados. Según las autoridades, las motos avanzaban en manada, haciendo maniobras peligrosas en el centro de la ciudad, sin respeto por los semáforos o las señales de tránsito. Schmunk comentó: “Empezamos las preguntas que nos hacemos. Cómo concientizar o cómo buscar, si quieren llamar un equilibrio, para que los adolescentes o los jóvenes que participan de estas acciones tomen conciencia de que no es divertido transgredir normas. O sea, que pongan en riesgo a terceros, a ellos mismos, pasando semáforo en rojo, haciendo Willy a alta velocidad, subiendo a plazas donde había familias tomando mate”. La creciente preocupación por la seguridad pública es evidente, pues estos eventos no solo ponen en peligro a los motociclistas, sino también a los inocentes ciudadanos que se encuentran en la vía. Uno de los episodios más preocupantes tuvo lugar en la zona de Almafuerte, donde varios motociclistas realizando maniobras peligrosas casi atropellan a un grupo de peatones. Según Schmunk, en ese momento se evidenció la falta de conciencia de los participantes, quienes desafiaban la seguridad pública sin importar las consecuencias. Caravanas de decenas de motos alteraron la tranquilidad nocturna en la ciudad: videos El descontrol y la falta de organización Gabriel Hereñú. Foto: Elonce. Uno de los participantes en la caravana, Gabriel Hereñú, ofreció su visión sobre el evento y la falta de organización. Aunque Hereñú no fue uno de los organizadores, su testimonio permite comprender mejor lo sucedido. Explicó que la convocatoria, aunque originalmente planeada para ser más pequeña y controlada, se desbordó rápidamente por la masiva llegada de motociclistas de otras localidades. “Se realizaban distintos puntos del país la misma convocatoria, pero no sé qué pasó porque no tengo ni idea de cómo fue que agarró todo ese descontrol”, dijo Hereñú, agregando que no había un recorrido claro para los participantes y que la dispersión de las motos por toda la ciudad generó un caos inesperado. A lo largo de la jornada, los operativos de control intentaron hacer frente a la situación, pero la magnitud de la caravana hacía casi imposible cualquier intento de control. Aquí es donde surgen los reclamos sobre la responsabilidad de los organizadores. Según Hereñú, la falta de un punto de encuentro establecido fue uno de los factores claves del desborde. “No tuvimos un punto fijo. Antes hacíamos un recorrido, pero ahora no sé qué pasó. Es algo que se desbordó. Fueron distintos grupos que se dispersaron por la ciudad”, indicó. Foto: Elonce. La indiferencia y la falta de respeto por las normas de tránsito Uno de los aspectos más preocupantes es la actitud de los motociclistas hacia las normas de tránsito. Tanto Schmunk como Hereñú coincidieron en que muchos de los jóvenes involucrados en este tipo de eventos no tienen consciencia de los riesgos que corren. Para muchos, las maniobras peligrosas y las carreras callejeras son una forma de demostrar habilidad o de desafiar la autoridad. Sin embargo, para las autoridades, este comportamiento pone en riesgo no solo a los motociclistas, sino a todos los ciudadanos. Schmunk destacó que la falta de respeto por la autoridad y las normas de tránsito es evidente. “Nosotros no encontramos uno que parara en un control, que respetara un semáforo o que transitara con normalidad. Era un desborde total por todos lados”, señaló. Además, explicó que, aunque la policía intentó controlar la situación, no pudieron evitar el caos por la falta de coordinación y la actitud desafiante de los participantes. “Lo que más lamento y a mí me duele y me indigna, yo tengo un oficial de policía con cinco puntos en la cabeza por estando en un control de tránsito”, exclamó. Foto: Elonce. Reflexiones sobre la educación vial y el papel de los padres La reflexión sobre la educación vial y la responsabilidad social es clave en este tipo de eventos. En este sentido, Schmunk pidió un enfoque más preventivo que correctivo. “La sociedad está cansada. Nosotros tenemos que concientizar, pero no se puede poner un patrullero en cada esquina para evitar estas maniobras”, dijo. Para él, la clave está en la educación desde temprana edad y en la concientización no solo de los jóvenes, sino también de los padres, que a menudo no toman responsabilidad por las acciones de sus hijos. De hecho, uno de los grandes problemas que señalaron las autoridades fue la participación de menores de edad en la caravana, muchos de los cuales estaban manejando sin licencia, con motos sin papeles o con licencias fraudulentas. Hereñú reflexionó sobre este tema, explicando que algunos padres permiten que sus hijos participen en estos eventos sin tomar las precauciones necesarias. “Se habla de seguridad, de casco. Lo primero es lo principal, pero como son tanta cantidad de motos, siempre hay alguno que se pasa de la raya y quiere hacer cosas que directamente parecen imposibles”. Foto: Elonce. Medidas preventivas y el futuro de la caravana En cuanto a las posibles soluciones, tanto Schmunk como Hereñú coincidieron en la necesidad de una mejor organización y en el diálogo con las autoridades municipales y de tránsito para evitar que estos eventos se sigan repitiendo de la misma forma. “Lo que queremos es encontrar un punto fijo donde podamos reunirnos de manera más controlada. Nosotros estamos tratando de organizar un evento en el autódromo, con todas las medidas de seguridad. Pero es difícil coordinar tanta gente”, señaló Hereñú. Finalmente, las autoridades también señalaron que se están tomando medidas más drásticas para evitar que se repitan situaciones como las de este sábado. “Se está buscando un marco legal jurídico para iniciar causas por lo ocurrido, y además vamos a aplicar multas severas a quienes infringen las normas”, concluyó Schmunk, quien hizo un llamado a la sociedad para tomar conciencia de los riesgos que conlleva este tipo de eventos. Ruidos, velocidad y convivencia: qué se puede hacer con las caravanas de motos
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