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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/11/2025 04:35
                            Dominique Dunne fue estrangulada por su ex novio en 1982 La vida de Dominique Dunne, joven actriz en ascenso en Hollywood, comenzó a apagarse la noche del 30 de octubre de 1982, cuando su expareja, el segundo chef de un exclusivo restaurante, la estranguló en el jardín de su casa en West Hollywood. Dunne fue trasladada al Centro Médico Cedars Sinai de Los Ángeles en estado extremadamente grave. Estuvo en coma y murió el 4 de noviembre de 1982, hace exactamente cuarenta y tres años. Ese crimen no solo estremeció al mundo del cine estadounidense, sino que también evidenció las fallas del sistema judicial en casos de violencia de género, un desenlace que marcaría para siempre a la familia Dunne. Mientras la estrella de la película Poltergeist seguía brillando en la cartelera y era reconocida por millones de espectadores, su situación personal atravesaba momentos difíciles. Pese a haber iniciado una prometedora carrera en la actuación, Dominique Dunne, de apenas veintidós años, se vio envuelta en una relación marcada por el control, la violencia y la manipulación. En la familia Dunne había oposición a la relación de pareja porque sabían que el novio era violento Tras el distanciamiento definitivo de John Thomas Sweeney, tres años mayor que ella, a quien había conocido en una fiesta privada, creyó haber ganado algo de paz. Pero solo cinco semanas después del fin de la relación, él volvió a buscarla y perpetró el ataque fatal. La historia de Dominique y Sweeney comenzó como tantas otras en ese ambiente de celebridades y aspirantes al éxito. Ambos compartían heridas familiares: ella, hija de padres divorciados —su madre vivía en una residencia por esclerosis múltiple, y su padre, Dominick Dunne, era un conocido escritor y personaje de Hollywood—; él, marcado por los abusos de un padre alcohólico. No obstante, las similitudes terminaban ahí, pues el sentido de comunidad y apoyo que caracterizaba a la familia Dunne contrastaba con el aislamiento que rodeaba a Sweeney. El entorno de Dominique, al comienzo, miraba con desconfianza a la relación. Nadie se animaba a advertirle directamente que Sweeney no era la pareja indicada para ella. Los primeros signos de alarma fueron sus escenas de celos. Con el tiempo, las discusiones se tornaron violentas y escalaban rápidamente. Hubo incidentes públicos, como cuando Sweeney agarró del cuello a un fan de Dominique en un restaurante, y situaciones más graves en la intimidad que escapaban a la vista del círculo cercano. Cuando Dominique Dunne fue ataca estaba con un amigo quien avisó a la policía Solo después de una brutal paliza, en la que Dominique tuvo que huir por la ventana del baño para salvarse, decidió terminar la relación y cambiar las cerraduras de su casa. A su padre le confesó: “Él no está enamorado de mí, papá, está obsesionado conmigo, me está volviendo loca”, aunque prefirió callar los detalles de los episodios más violentos que vivió. Esas palabras, tal y como relataría su familia, no alcanzaron a transmitir el nivel de terror que la joven experimentaba. Mientras tanto su carrera seguía en ascenso. A los diecinueve años, Dominique decidió tomarse en serio la interpretación. Ya había actuado en series populares de la época y, más allá de su éxito en Poltergeist, acababa de conseguir un papel en la serie de ciencia ficción V, un proyecto que prometía consolidarla como actriz en la industria televisiva. Precisamente esa noche trágica de octubre, Dominique ensayaba sus escenas junto al joven actor David Packer cuando Sweeney fue a la casa. Fue Packer quien, tras presenciar la violenta escena junto al cuerpo inconsciente de Dominique, llamó a la policía y además, dejó un mensaje en el contestador de un amigo: “Si muero esta noche, fue John Sweeney”. Dominique fue ingresada al hospital aun con vida, pero los médicos pronto diagnosticaron daño cerebral irreversible tras haber sido estrangulada durante cerca de cuatro minutos. Cinco días después, la familia decidió desconectar el soporte vital. El papel que le dio fama fue el de Dana Freeling en la película de terror Poltergeist La respuesta judicial que sobrevino al crimen desafió la indignación pública. El juicio abrió un abismo entre la experiencia real de las víctimas y la capacidad del sistema para impartir justicia. El entorno laboral de Sweeney cerró filas: su jefe en el restaurante Ma Maison, frecuentado por figuras como Jack Nicholson o Elton John, intervino protegiéndolo y proporcionando asesoría legal de alto perfil. La defensa centró su argumento en la idea de un arrebato pasional, retratando a Sweeney como un joven traumatizado por su infancia, cegado por la pasión hacia una joven supuestamente frívola y problemática. Incluso llegaron a sugerir, sin prueba alguna, que Dominique pudo haber abortado, como si ese supuesto evento justificara la violencia ejercida contra ella. Respecto al arrepentimiento de Sweeney, su letrado enfatizó que éste no había huido tras el ataque y estaba dispuesto a declararse culpable de homicidio involuntario, lo que acarrearía sólo siete años de prisión: “ni siquiera huyó de la escena del crimen”, sostuvo el abogado. El objetivo último: rebajar el crimen machista a un “crimen pasional” incapaz de despertar plena severidad judicial. Ante la situación irreversible, la familia Dunne hizo saber que Dominique era donante de órganos y sus riñones fueron trasplantados a dos pacientes en el mismo centro médico El juicio oral permitió reconstruir el martirio que soportó Dominique. Salió a la luz que había recibido al menos tres palizas, una tan reciente que grabó un capítulo de la serie Canción triste de Hill Street usando maquillaje solo para disimular sus heridas. Amigos y familiares testificaron sobre la devastación física y mental que sufría, y el actor Miguel Ferrer relató que la actriz le había confesado entre lágrimas que Sweeney la había asfixiado y golpeado brutalmente. Entre las pruebas más contundentes presentadas en el tribunal se leyó una carta escrita por Dominique, jamás enviada, que describía el acoso obsesivo de su pareja: “¿Por qué debes ser parte de todo lo que hago? ¿Por qué estás celoso de cada compañero de trabajo que tengo? No me amas. Estás obsesionado conmigo... Lo malo supera a lo bueno”. La misiva, leída por una amiga, paralizó la sala de audiencias durante el juicio. El caso sumó otra voz contra el acusado. Tras la repercusión en los medios, Lillian Pierce, expareja de Sweeney, se presentó ante el juzgado y declaró que él la agredió e intentó estrangular al menos diez veces, ocasionándole lesiones graves: la nariz rota, un pulmón colapsado, hospitalizaciones repetidas. Según escribió el padre de Dominique, Dominick Dunne, al funeral asistió muchísima gente que "realmente la quería" Durante su declaración, Sweeney perdió el control y fue esposado a la silla, pero el jurado no fue testigo directo de la escena. El juez, en una controvertida decisión, desestimó los testimonios de Pierce por considerarlos perjudiciales, así como varias pruebas aportadas por la familia Dunne, al tacharlas de rumores. El jurado terminó sin conocer el historial violento del acusado. Ese sesgo y las actitudes del propio juez Burton Katz resultaron llamativos. Conocido por su narcisismo —se preocupó por el efecto de su imagen en las fotografías del juicio—, mostró en todo momento falta de empatía hacia la familia de la víctima, según reportaron quienes asistieron al proceso. En el estrado, Sweeney intentó minimizar los hechos alegando: “Exploté... la maté. No pensé que la estrangulaba tanto, pero no sé, seguí estrangulándola”. Incluso afirmó haber intentado suicidarse tras el crimen, algo que nunca se pudo comprobar. Dominique Dunne había nacido el 23 de noviembre de 1959 en Santa Mónica, California, Estados Unidos. Fue asesinada días antes de cumplir 23 años El alegato final de la defensa insistió en que lo sucedido era una tragedia familiar, una consecuencia de las pasiones y confusiones generadas por la cultura romántica hollywoodiense. La composición del jurado —nueve hombres y tres mujeres— derivó en un veredicto de culpabilidad por homicidio involuntario, con una pena máxima de seis años y medio, de los cuales, con buena conducta y el tiempo ya cumplido en prisión preventiva, el asesino podía quedar libre en dos años y medio. La resolución judicial fue considerada escandalosa por numerosos sectores. Incluso el propio juez, años después, se lamentaría: “Si pudiera haberle dado 25 años, le habría dado 25. Basándonos en su historial de violencia es peligroso para cualquier mujer”. Pero esas palabras llegaron tarde. El verdugo de Dominique salió en libertad tres años, siete meses y veintisiete días después de la noche del asesinato y consiguió empleo en un prestigioso restaurante de Santa Mónica; la familia Dunne se movilizó y consiguió que perdiera ese puesto mediante protestas en la puerta del local. El impacto de este proceso devastó a los Dunne. Lenny, madre de Dominique, se sumó a organizaciones de padres de jóvenes asesinados y el padre de la actriz, Dominick Dunne, convirtió el seguimiento de Sweeney en un objetivo personal, alertando a nuevas parejas del historial del agresor y convirtiéndose en cronista de juicios mediáticos. John Thomas Sweeney, el asesino, en 2020, cuando trabajaba en un hogar de ancianos Paralelamente, el ecosistema donde todo ocurrió también fue cambiando. El restaurante Ma Maison nunca superó el escándalo y cerró en 1985. La serie V, tras su éxito internacional, regrabó las escenas de Dominique con otra actriz. Poltergeist quedó asociada a la leyenda de producciones marcadas por la tragedia, especialmente tras la repentina muerte, cuatro años después, de Heather O’Rourke, la niña protagonista. Dominique está enterrada en el cementerio de Westwood. Su tumba está cerca de la de dos actrices que eran amigas de su madre: Natalie Wood y Norma Crane. En su lápida dice: “Amada por todos”. Cuando fue asesinada tenía 22 años.
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