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  • Un mes del crimen que conmovió a un pueblo – Entre Ríos Ahora

    Concordia » Entre Rios Ahora

    Fecha: 03/11/2025 03:05

    La noche del viernes 3 de octubre fue la última vez que la familia de Daiana Magalí Mendieta, 22 años, la vio con vida. Su desaparición movilizó a todo un pueblo, Gobernador Mansilla, en el departamento Tala, después que la noticia corrió con la velocidad de una saeta al poco rato que la denuncia se formalizara en la Policía, el sábado 4, circa las 22. El primer indicio se halló en la madrugada del domingo: en un camino vecinal se encontró abandonado el Chevrolet Corsa Classic en el que Daiana Magalí había salido de su casa aquel viernes 3, hace hoy un mes. Se la buscó con vida con mucho afán, se la encontró muerta, arrojada al fondo de un pozo de agua, el martes 7, alrededor de las 10,30. Nadie ha podido dar de momento con su teléfono celular, ni con el arma u objeto contundente con el que golpearon su cabeza en la parte posterior y le provocaron un orificio. La fiscal Emilce Reynoso, de la Unidad Fiscal de Rosario del Tala, tiene en sus manos la investigación. El domingo 5 pidió a la Justicia de Garantías la detención de Gustavo Brondino, «Pino», 55 años, un vecino de Mansilla a quienes todos refieren como un tipo común. «Pino» se parapetó en su casa con un arma de fuego aquel domingo cuando la Policía allanó su vivienda. Lo llevaron a la Jefatura de Policía de Tala, donde está alojado todavía, con 90 días de prisión preventiva por resistencia a la autoridad y amenazas. El misterio del crimen sumaba el aderezo del morbo. La tele nacional llegó en bandada a Mansilla. Se contaron versiones de folletín «Pino», el esposo, el padre, el vecino al que todos conocen en Mansilla, carga con la sospecha de ser el autor del femicidio de Daiana Magalí Mendieta. La fiscal Reynoso lo citó a indagatoria, pero se negó a declarar. Lo imputó por el crimen de la chica. Poco más se sabe. Casi no hay certezas. Qué pasó en ese larguísimo período ventana desde el viernes a la noche, cuando la chica salió de su casa, hasta la mañana del martes 7, cuando hallaron su cuerpo: un agujero negro. «Pino» whatsappeó con Daiana Magalí: fueron los últimos mensajes que salieron y llegaron a su teléfono celular. En Mansilla circulan historias truculentas, versiones que se repiten con la monotonía de lo cierto, lo verdadero, una muerte explicada aunque la muerte no tenga explicación. El peso de la cultura del qué dirán abre camino al bisbiseo más atroz: qué hacía la víctima, con quién se relacionaba, cómo se relacionaba, que por qué era tan distinta, qué cuenta tenía, qué tenía en esa cuenta. En un pueblo chico el infierno siempre será a la medida: demasiado grande. El cuerpo de Daiana Magalí está enterrado en el Cementerio Municipal con una cruz y una gran incertidumbre. No descansa en paz. En la plazoleta que bordea la Avenida San Martin hay un cartel escrito sobre una cartulina, pegado el cartel al tronco de un árbol: «Justicia por Daiana». Y otro: «Que nunca nadie olvide que en nuestro pueblo mataron una gurisa». Y otro: «Quien ama no mata, no humilla ni maltrata». De la Redacción de Entre Ríos Ahora

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