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  • Di Pace ve una recuperación de ingresos “muy lenta y gradual” y sugiere incentivar “la inversión privada local”

    Parana » 2 Florines

    Fecha: 02/11/2025 18:06

    El periodista especializado en economía, que disertó el viernes en Paraná, marcó los desafíos del Gobierno tras las elecciones. Destacó la necesidad de bajar las tasas para reactivar la economía, tanto de los hogares como de las pymes. Además, enumeró los cuatro temas de la agenda 2026 que permitirán reactivar el motor de la economía, incluidas las reformas. Por Nahuel Amore Damián Di Pace, licenciado en Comunicación Social especializado en periodismo económico, disertó el viernes en el Centro Provincial de Convenciones de Paraná, en el marco de la Jornada “La economía que viene”, organizada por Leiva Inversiones. En ese marco, planteó que el primer desafío que afronta el Gobierno de Javier Milei, tras las elecciones, es reducir las tasas de interés y reactivar la actividad económica. En entrevista con DOS FLORINES, sugirió incentivar “el motor de la inversión privada local” para inyectar ese capital inmovilizado que busca certezas. Al respecto, aseguró que la agenda de 2026 debe contemplar cuatro temas fundamentales: estabilidad cambiaria, ley penal tributaria, reformas tributaria y laboral juntas, y políticas de infraestructura que mejoren la competitividad de los sectores productivos. Di Pace reconoció que la recuperación de los ingresos de la gente será “muy lenta y gradual” en este escenario y explicó que ello se debe a un “proceso más genuino” de reactivación económica, donde primero es necesario invertir. Al respecto, no dejó de reconocer las dificultades para impulsar nuevamente el consumo, aunque señaló que la baja de tasas podría ser un aliciente para pymes y familias. —Pasadas las elecciones y a la luz de los resultados, ¿hacia dónde debería avanzar el Gobierno de Milei con cambios en su política macroeconómica? ¿Qué debería corregir? —Argentina vivió durante los últimos tres meses decisiones de política económica condicionadas por el contexto político. Por ejemplo, tuvimos corrección cambiaria con suba de tasas, lo que enfrió un poco la economía, generó un crecimiento de las tasas y del nivel de endeudamiento. Para muchas pymes fue complicado porque hubo que financiar el capital de trabajo a un nuevo nivel de tasas. Terminadas las elecciones, el Gobierno ya comienza a disciplinar esa política económica de forma diferente, con otra espalda y otro nivel de confianza respecto de las medidas que toma porque el resultado fue muy importante. Esta semana ya cambió la política de encajes para los bancos y en la última licitación dejó $5 billones en la calle para que comiencen a circular. Eso muestra dos señales, que está pensando en la recuperación de la economía, darle un poquito más al consumo que estaba muy caído y generar que esos niveles de endeudamiento encuentren una nueva tasa para poder renovar y que ya no generen un ahogo tan grande sobre la clase media que fue la más damnificada, al igual que las pymes. —Quiere decir que es correcta la corrección de tasas de interés. —Exacto, corrige tasas, incrementa el crédito y saca un poco más de circulante a la calle. —¿Esa medida puede recalentar un poco la inflación o considera que hay algún mecanismo que permita evitar que esos pesos se vayan a los precios? —No hay una caída de demanda de dinero muy grande. ¿Viste que alguien vaya corriendo del supermercado del lunes? No hay una velocidad de circulación mayor y que todo el mundo se vaya a stockear en los supermercados. No está pasando eso. Es más, ese apretón monetario total generó una suba tasas, el costo del dinero subió y eso ralentizó el nivel de consumo. Creo que un poquitito está bien, es necesario; hay que relajar tasas. Incentivar la inversión privada local —En esta etapa, ¿qué más debería impulsar el Gobierno para reactivar la economía? —Viene una situación muy importante: esta economía solamente crece por un motor fundamental hacia adelante que no lo estamos viendo todavía, que es inversión privada local. Ese motor es el que gobierno ahora tiene que generar, dentro del barco, cómo le pone combustible a ese motor. —¿Está hablando del empresario local argentino, del entrerriano, del santafesino…? —Sí, el entrerriano que tiene 100.000 dólares debajo del colchón y no los quiere mover porque Franklin le da más satisfacción que ponerlo en su negocio. A ese le tiene que hablar. —¿Y por qué debería invertir? ¿Con qué se lo seduce? —Ese tipo puede llegar a tener una víspera de inversión interesante si lográs cuatro cuestiones. Primero, estabilidad cambiaria. Si no ves estabilidad cambiaria, nadie mueve el billete y se frenan todas las otras cosas. Segundo, la famosa Ley Penal Tributaria para que salga y no sea castigado, porque si lo hacés, aquel que tiene ahorro para poner la inversión, nadie lo va a hacer. La tercera tiene que ver con paquetes de reformas; tributaria y laboral tienen que venir a la vez. El Congreso quedó compuesto con posibilidad reformista. La reunión con gobernadores fue muy importante. Y el cuarto es muy importante, sobre todo para provincias como Entre Ríos o Santa Fe: la infraestructura. Es fundamental. Nadie piensa en invertir si tiene problemas de conexión, si tiene problemas de comunicación o si tiene problemas para llegar al puerto. Nadie. —¿Cree que ahí Nación deberá liberar más obra pública, teniendo en cuenta que pasaron dos años y el privado tampoco invirtió en infraestructura? —Creo que sí. Va a ser parte de la negociación, incluso en el Congreso de la Nación. En la mesa con gobernadores, todos salieron diciendo la necesidad de infraestructura porque está muy parada. No todo es posible hacerlo por obra privada. Hay lugares donde la obra privada no quiere llegar porque no tiene retorno de inversión y la obra pública es necesaria. Independientemente de eso, el tema es que esté presente en la agenda la infraestructura. Ahí aparece una cuestión muy importante: por delante, las oportunidades son únicas. Apoyo de Estados Unidos —¿Únicas en qué sentido? ¿Que los planetas van a estar alineados? —Sí, por el contexto internacional. Nunca sucedió en la historia que te apoye el Tesoro americano. Eso es imposible. Que levante el teléfono de los fondos institucionales y digan “vayan a la Argentina”, es inédito. Scott Bessent dijo: “Ganó Javier Milei, ganó la libertad económica, ganó el faro del hemisferio occidental y de América Latina. Sería muy bueno que ustedes ahora vayan a invertir a la Argentina que necesita acceder al mercado para renovar su deuda”. Te está hablando el banquero más importante del mundo, el Tesoro americano. —Pero tuvo su costo el apoyo de Estados Unidos a la Argentina. Se conoció el mecanismo, a través de una letra de deuda del Banco Central. Es decir, no fue gratuito. —Nadie te ayuda sin nada a cambio. Y acá había una situación de Estados Unidos geopolítica muy importante de acercar intereses privados; gente que ve oportunidades en la Argentina, que se pregunta qué condiciones tiene. Hay un RIGI para invertir en minería, energía. Hay intereses de por medio. Bienvenida sea la inversión extranjera directa. Y respecto de la compra de pesos, se terminó apreciando porque ya hizo una diferencia y, en muchos casos, se ordenó compra de bonos. Por lo cual, también hizo otra diferencia. Ahora, la pregunta es, si no intervenía el Tesoro americano, ¿qué hacíamos? Los que perdíamos éramos nosotros. Uno piensa la ganancia del otro, pero no la pérdida de uno. Ingresos, consumo e inflación —Como analista de los consumidores, ¿qué va a pasar en 2026? ¿Habrá una recuperación de los ingresos que les permita volver a comprar cosas? —Muy lenta y gradual. Hay un sesgo cultural que tenemos como argentinos, que en el año eleccionario venía un tipo, te llenaba el bolsillo de pesos y sentías el bienestar provisorio de la muerte temprana. Después volaba la inflación al otro mes y terminabas perdiendo aquello que te habían dado. Ahora tiene que ser mucho más genuino el proceso. Y ese proceso es muy complejo, que recae sobre esos cuatro fundamentos para que se logre la inversión privada local. Un tipo que ahorra hace una inversión privada; en algún momento requiere empleo, hay reforma laboral, hay menor presión tributaria, invierto y puedo generar trabajo porque sé que no pongo al riesgo mi capital. Y recién ahí va el consumo. Esto es letal, porque es mucho tiempo. Ahora, creo que el Gobierno tiene que divulgar y sensibilizar sobre esto que te estoy diciendo. No va a ser ya como antes la recuperación. El salario es el último eslabón de la generación de la riqueza. Nosotros queremos hacer al revés, que primero paguen el salario. —¿Tiene margen el Gobierno para desacelerar más la inflación? —La inflación va a bajar, pero ahora vamos a tener un par de meses todavía con inflación elevada. De hecho, a octubre va a dar más elevado que septiembre, probablemente esté entre 2,1 y 2,5%. Después vamos a tener un escenario donde el gobierno comprimió las decisiones de precios regulados, sea transporte, energía eléctrica, agua y gas. De hecho, el gas sube 7,2% y hay que ver cómo impacta en distribución. Todos esos servicios públicos van a corregirse porque durante la campaña estuvieron parados. Vas a tener dos o tres meses donde los servicios van a subir por encima de bienes. Y acá la clave, que todavía no podemos ver, es si el Gobierno mantiene una política constante para baja de tasas. Lo que no te lo da el ingreso, te da una tasa accesible. —Quiere decir que la baja de tasas permitiría anticipar consumos… —Hasta junio, una pyme accedía a una tasa de capital del 30% y hasta la semana pasada era del 60 o 70%. Si yo logro bajar al 30%, para una familia con ingresos que están yendo a ese nivel, no hay problema. Yo me puedo financiar cuando no comprometo mi estabilidad futura. Eso va a ser muy importante. Todo esto que digo va a ser gradual, pero si bajan las tasas y hay acceso al crédito, no es problema. Es muy alta la mora, es muy alto el impago. Si baja la tasa y hay crédito, tampoco. Te creció la mora porque quedó estrangulado el bolsillo de la clase media del hogar y de la pyme en la levada tasa. Cuando yo puedo refinanciar una tasa más baja, eso va desahogándose en el tiempo. Va a llevar más meses, sí, desgraciadamente hay un costo a pagar. Pero mantener la tasa ahí lo que generaba era una disrupción absoluta de cheques rechazados en la pyme, de tipos que no podían pagar y pymes que, efectivamente, no podían renovar sus niveles de deuda.

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