03/11/2025 00:57
03/11/2025 00:56
03/11/2025 00:55
03/11/2025 00:53
03/11/2025 00:52
03/11/2025 00:52
03/11/2025 00:50
03/11/2025 00:50
03/11/2025 00:50
03/11/2025 00:50
Chajari » Noticias Chajari
Fecha: 02/11/2025 11:21
Hoy en día es raro encontrarse con un criador de ovejas de Entre Ríos en la Rural de Mercedes. “Soy del norte entrerriano, entre Chajarí y San Jaime”, aclara Roberto Surt, mientras acomoda unos carneros que se roban todas las miradas. Son animales de raza Ideal, una especie de joya genética que combina 70% de Merino y 30% de Lincoln, y que él defiende como un estandarte. “Es una raza muy lanera, pero también tiene buena carne. Es una de las que tiene la grasa más mezclada, no se engrasa mucho”, explica el criador que lleva más de 50 años en la actividad. Es que en Corrientes se está dando un proceso de retroceso de la actividad ovina en este último tiempo, motorizado en primer lugar por el crecimiento monumental del chancho jabalí, que según cuentan en la zona, se come los corderos, las ovejas y carneros grandes, e incluso terneros. Pero también el crecimiento de la población de ciervos, juega en contra de la producción que supo tener niveles mucho más altos en el pasado. Eso se grafica en el remate que tuvo lugar en la Rural mercedeña. Los valores que se pagaron por carneros de excelente calidad fueron muy bajos, ya que resulta un riesgo muy grande invertir en un semental para que termine como alimento de los chanchos. Surt fue desde Chajarí a Mercedes a mostrar sus ejemplares de Ideal, pero también a testimoniar ese proceso, el de la retracción ovina. “Esta era una exposición muy importante, hace unos años. Hoy ves que no hay gran cantidad. Se ha dejado la oveja”, lamenta. El criador conoce bien la razón. “Por el tema de los chanchos que han entrado, por la agricultura… toda la gente tuvo que reducir las majadas por ese problema. Entonces nosotros también reducimos la venta de carneros”, cuenta. El paisaje que describe es el de una región que alguna vez fue sinónimo de majadas grandes, pasturas y vellones pesados. Hoy, los chanchos jabalíes y criollos cruzados se convirtieron en un enemigo casi imposible de controlar. “Matan corderos. Y la oveja grande también. En algunos casos te matan los terneros”, advierte. A eso se suma la presión agrícola y la falta de mano de obra. “Antes había gente que se ocupaba de las majadas. Tenías tres o cuatro mil ovejas y te las atendían bien. Hoy es muy difícil por las dos cosas: por la gente y por los chanchos”, resume. La ecuación económica también juega su parte. Los campos que se vuelcan a la agricultura o al arroz dejan poco margen para la oveja. “Los valores son otros”, dice Roberto, encogiéndose de hombros.
Ver noticia original