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» tn24
Fecha: 29/10/2025 11:34
La localidad más afectada vive un drama que no cesa. Más de un centenar de personas fueron evacuadas y otras tantas permanecen aisladas en zonas rurales. El Ministerio de Salud refuerza la asistencia sanitaria mientras las lluvias agravan el cuadro. San Luis del Palmar atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años. Las lluvias constantes provocaron el desborde del riachuelo y el anegamiento de numerosos barrios, dejando más de 200 personas entre evacuadas y aisladas. El intendente Reni Buján confirmó que desde el inicio de las precipitaciones —hace casi dos semanas— ya se acumularon cerca de 300 milímetros de agua, lo que obligó a habilitar dos centros de evacuación y evaluar la apertura de un tercero. Las familias alojadas en el polideportivo Mbaya Soto y en el Salón de Usos Múltiples Cruz de los Milagros reciben asistencia alimentaria, médica y social. “Estamos padeciendo esta inundación, no solo en el pueblo sino también en la zona rural”, sostuvo Buján, quien destacó la ayuda de los equipos de Salud y Acción Social municipal, junto a profesionales del Ministerio de Salud Pública. La subsecretaria de Gestión Sanitaria, Silvina Vega Bajo, informó que se mantiene un amplio operativo sanitario en la localidad: controles médicos, vacunación, atención veterinaria y acompañamiento psicológico a las familias afectadas. “Nuestro objetivo es garantizar la atención y el acompañamiento permanente. Hoy el riachuelo está en baja, lo que es una buena noticia”, señaló. Mientras tanto, continúan los trabajos para asistir a las familias aisladas en zonas rurales, donde los caminos permanecen intransitables. Embarcaciones del municipio trasladan alimentos, medicamentos y agua potable. A nivel provincial, el Comando de Operaciones de Emergencia (COE) reportó 111 evacuados en total, con casos también en Ituzaingó y la isla Apipé. Además, Vialidad Nacional y Provincial trabajan en zonas afectadas por socavamientos en las rutas 6 y 12, donde se mantienen cortes y desvíos preventivos. Aunque el pronóstico anticipa un alivio sin nuevas lluvias, el riesgo continúa. “Estamos preparados para recibir más familias si el agua vuelve a subir. Lo importante es cuidar la salud y acompañar a cada persona hasta que pueda volver a su casa”, concluyó Vega Bajo.
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