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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/10/2025 06:57
Alejandro Ganimian es profesor adjunto en la Escuela Steinhardt de Cultura, Educación y Desarrollo Humano de la Universidad de Nueva York El auditorio Jorge Luis Borges- en el primer piso de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno- fue el marco para el encuentro Sinergia en el Aprendizaje, que contó con la presencia del reconocido especialista en educación Alejandro Ganimian quien es un referente internacional en el desarrollo de ensayos controlados aleatorios que permiten responder preguntas en las áreas de economía y psicología. Su mirada resulta clave en el desarrollo de políticas de gestión educativa ya que realiza trayectos sostenidos de análisis que permiten observar impactos. En esta ocasión, el foco estuvo puesto en la problemática del ausentismo escolar- en especial en lo que respecta al nivel de primaria- y ofreció un estudio de caso de la provincia de Mendoza. Con la presentación de Samanta Bonelli, Directora Ejecutiva de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa (UEICEE) del Ministerio de Educación, el evento contó con la presencia de la Ministra de Educación Mercedes Miguel, autoridades, docentes y referentes del mundo de la educación. “El tema que nos convoca hoy es un tema complejo, es urgente, y es el ausentismo estudiantil. Es un tema que venimos pensando y trabajando desde el Ministerio de forma integral”, aseguró Bonelli y destacó: “Tenemos datos y sabemos que el ausentismo es un problema, efectivamente. En el nivel inicial, en promedio, los estudiantes faltan en el orden del 25%, en el nivel primario, cerca del 15%, y en el nivel secundario, en promedio, en el orden del 20%. Pero más allá de lo que es cuantificar y dimensionar la problemática, lo que queremos pensar hoy con ustedes, con las escuelas, con la academia y desde la gestión, son las causas.” Ganimian explicó que el ausentismo escolar se observa en todos los países con diferencias sustanciales La evidencia al servicio de las escuelas El invitado especial a este encuentro, Alejandro Ganimian inició su presentación con datos clave e invitó a los presentes a reflexionar sobre una problemática que tiene consecuencias en el presente y futuro cercano. “Yo soy un investigador en educación en temas de desarrollo académico y socioemocional en países en vías de desarrollo como nuestro, países de ingreso medio, países de ingreso bajo también. Contribuyo principalmente a lo que es la economía del desarrollo, pero también integro bastantes aspectos de psicología del desarrollo, psicología social, psicología de medición en todo lo que es mi trabajo”, se presentó Ganimian. Y explicó que su trabajo consiste en experimentar y obtener evidencia para poder colaborar con Gobiernos en la toma de decisiones. “Si ustedes llegaron acá esperando que yo les dé la solución sobre el ausentismo, los voy a decepcionar a todos y a todas. Lo que les voy a contar es cómo podemos llegar al camino para llegar a una solución conjuntamente basada en la evidencia y basada en la experiencia de otras personas y otras escuelas”, resaltó. Un fenómeno mundial Ganimian explicó que el ausentismo escolar -tomó el nivel de primaria para esta presentación- se observa en todos los países con diferencias sustanciales. E incluso el impacto de la pandemia de COVID-19 marcó fluctuaciones interesantes al observar las subas y bajas a lo largo de los años. “Ausentismo crónico es un término que voy a hablar un par de veces hoy, y se refiere a algo muy, muy clave, que es faltar un 10% o más de los días del calendario escolar. Una definición que viene de Estados Unidos, pero que en algunos lugares los adoptan,en otros lugares, como es CABA, la van modificando si es un umbral diferente”, detalló y explicó la importancia de contar con data digitalizada y real que no se base en encuestas de percepciones -como suele ocurrir en Argentina- sino en un conteo claro ya que “Las encuestas son difíciles porque los estudiantes suelen subestimar cuántas veces faltan en la escuela” y en América Latina no existen tantos registros claros sobre este tema. “¿Por qué nos importa el ausentismo?”, es la gran pregunta que atravesó la jornada y el especialista destacó que la evidencia -según datos de Estados Unidos- indica que “los estudiantes que faltan más tienen hábitos de estudio menos frecuentes, menos consistentes, es decir, no hacen la tarea, no se presentan para los exámenes, no estudian para los exámenes, tienen problemas también a veces de disciplina.” A eso se suma que tienen menos posibilidades de graduarse e incluso de acceder a empleos de mejor calidad y pago. Ganimian subrayó que sí se observa una correlación entre a más faltas, menor fluidez lectora Tiempo no es igual a presencia: El caso de Mendoza Ganimian destacó que en Argentina se suele poner el foco en la cantidad de días de clase (de 180 a 190) y en el debate sobre la extensión de la jornada escolar. “Ahora a mí me sorprende muchísimo, teniendo este tipo de prioridades, que tengamos muy pocas datos acerca de la asistencia de los estudiantes a la escuela a nivel nacional”, aseguró y planteó que utilizar la encuesta a estudiantes de las pruebas Aprender no es válido en términos de evidencia. A partir de su trabajo en la provincia de Mendoza, y que la misma funciona como representativa de una muestra a nivel nacional, Ganimian explicó que se obtuvieron datos reales de ausentismo crónico en dicha provincia: “El estudiante promedio de Mendoza en el 2022 se ausentó 41 días. Es una tasa de ausentismo de un 21%. Es decir, imagínense una semana de 5 días.Es como que cada semana el chico falte uno de esos 5 días.La tasa de ausentismo crónico en primaria es del 90% en las escuelas públicas de Mendoza.” Entre los factores destacados, el nivel socioeconómico de las familias y los estudiantes pueden tener una correlación: “Esto no es que el ingreso cause la inasistencia, sino que nos da un indicio acerca del contexto en el que se encuentran estas familias.” Otros factores que inciden son los momentos de enfermedades estacionales, las vacaciones de invierno, los días previos o posteriores a un feriado. Todas marcas que permiten identificar patrones de ausentismo para realizar seguimientos. Ganimian explicó cómo en Mendoza a partir de líderes en los procesos de control de ausencias se logró bajar la tasa de faltas y crear conciencia en la comunidad de la importancia de los niños y niñas en las aulas. “Pasamos de en promedio 41 ausencias en el 2022 a 26 o 28 ausencias en el 2023 y 2024 en Mendoza. Es decir, si bien la pandemia incrementó la inasistencia, estamos volviendo a un nivel un poquito más bajo. No exactamente al nivel pre-pandemia, pero estamos volviendo a un nivel más bajo”, celebró. En cuanto al impacto en el rendimiento escolar -más allá de la nota- Ganimian subrayó que sí se observa una correlación entre a más faltas, menor fluidez lectora. Siendo hasta un tercio más bajo de palabras por minuto para aquellos estudiantes que tienen más faltas o ausentismo crónico. Otro de los grandes puntos que destacó es la importancia de sumar las voces de la familia y alinear lo que el otro cree que sabe de lo que sabe el estudiante para así poder establecer nuevas estrategias de información y seguimiento personalizado. El miedo al dato En diálogo en exclusiva con Ticmas, Ganimian reflexionó sobre su pasión por obtener evidencia clara para crear estrategias: “Cuando yo era estudiante en la Universidad, había toda una discusión a nivel institucional en la Argentina acerca de qué hacer con los, en ese momento, operativos nacionales de evaluación. Las pruebas ONE. Lo que pasaba en ese momento era que los resultados se sacaban dos años más tarde, e incluso en un año se llegaron a publicar solamente a nivel regional, ni siquiera provincial.” “El empuje para que se publiquen esos datos me parecía esencial como ciudadano. Para saber, ¿dónde están parados los estudiantes? Y ahí me pongo a hacer estudios de las pruebas internacionales que hace Argentina. Primero analizamos las pruebas PISA, las pruebas de UNESCO y así pudimos empezar a entender qué nivel de desempeño tienen los estudiantes argentinos y cómo se comparan con el resto del mundo. Eso generó un montón de interés.”, explicó el especialista. Y agregó: “Argentina fue progresando en la cultura de evaluación. Se jugó más, se publicó más, eso cambió bastante. Y ahí es como que creo que la discusión acerca de la calidad educativa cambió.” Además de destacar la importancia de contar con datos para el análisis de la fluidez y comprensión lectora, Ganimian subrayó: “Hay algo que me parece que necesitamos un poco de atención y es el desempeño matemático. Uno de cada dos estudiantes se desempeña en un nivel más bajo que las pruebas Aprender. Aún cuando te fijas en las pruebas internacionales, los estudiantes se desempeñan muy mal en matemáticas. Estamos hablando de habilidades muy básicas como habilidades de numeración, habilidades de división y geometría. Entiendo que a todos nos interesan estas habilidades más blandas, pero yo en la teoría noto un camino todavía por recorrer en habilidades muy fundacionales de matemática”. Por último, señaló: “Tener los datos nos permite este tipo de análisis como más granulares. Hoy creo que en Argentina todavía tenemos un poquito de miedo al dato por la representación política o por lo que puede incidir en las otras personas acerca del dato. Manejar los datos, integrar los datos en la toma de decisiones es esencial si se van a hacer mejoras”.
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