29/10/2025 11:59
29/10/2025 11:58
29/10/2025 11:58
29/10/2025 11:57
29/10/2025 11:57
29/10/2025 11:57
29/10/2025 11:57
29/10/2025 11:57
29/10/2025 11:56
29/10/2025 11:56
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 29/10/2025 04:49
Video: la entrevista a Carlos Stornelli Hay dos misterios en el caso de los cuadernos de las coimas. El primero es qué pasó con los diarios de Oscar Centeno mismos. El segundo, es quién controla el producto final de todas esas coimas, quién cuenta la renta al final del arcoiris. En una entrevista con Infobae, realizada el lunes 27 en su despacho de los tribunales de Comodoro Py, el fiscal del caso, Carlos Stornelli comenta un misterio tras otro. “Las fotocopias de los cuadernos” fue el eufemismo empleado por gran parte del periodismo kirchnerista durante casi siete años para decir que, básicamente, los registros de los pagos de grandes empresarios a la cúpula del poder K para engrasar a su favor la máquina de la obra pública, no existían, que eran una posible fabulación. O, por lo menos, no se contaba con sus originales. Los cuadernos habían sido fotografiados página por página, fotocopiados antes de ser devueltos a Jorge Bacigalupo, remisero amigo de Centeno, el testigo clave que reveló el caso, un testigo que Stornelli llama “una joya extraña”. El eufemismo, más o menos, era en vano: los propios empresarios señalados en esos cuadernos admitieron, uno tras otro, que pagaron esas coimas. El propio José López lo reconoció, cuando declaró como arrepentido. Pero, en el año 2018, durante la explosión de la historia, en medios de olas de allanamientos y detenciones, los diarios no estaban en manos de un perito, o bajo llave en un depósito judicial. No estaban, directamente. Centeno mismo aseguró que los había incinerado en una parrilla, un asado de sus recuerdos del poder. 2018: Stornelli allana la casa de Centeno con la PFA (Lihueel Althabe) El remisero del ex subsecretario Roberto Baratta, que hizo caer a los jefes de su jefe y que terminó preso por un tiempo, aseguró, recordando un diálogo con un amigo, en una ampliación de su indagatoria: “Me levanté, busqué la caja con los cuadernos, me fui al fondo dónde está el quincho y en la parrilla los rompí uno por uno, los amontoné y los quemé. Me quedé atizando el fuego hasta que se terminaron de quemar”, dijo, una escena supuestamente observada por un amigo suyo, remisero también. Pero Stornelli no le creía. Y un día, los cuadernos reaparecieron. Los cuadernos de Centeno, desaparecidos durante casi siete años ¿Por qué mintió Centeno? “Los trajo Diego Cabot”, el periodista que llevó el caso a la Justicia, recordó Stornelli. Ocurrió en octubre de 2019. “Un hombre que no conozco me los dio en una esquina de Núñez”, dijo Cabot en ese entonces. Esos cuadernos reaparecidos -seis de los ocho diarios originales de Centeno- fueron peritados por analistas caligráficos de Gendarmería, por orden del Tribunal Oral Federal N°7, que juzgará el caso desde este 6 de noviembre, con 75 imputados. Centeno volvió a Tribunales en diciembre de 2024 para entregar una muestra de su escritura para el cotejo posterior. Los peritos determinaron que los textos manuscritos que conformaron la mayoría de los cuadernos originales, así como sus copias digitales, fueron realizados por Centeno. También corroboraron que todo fue escrito en diferentes épocas, lo que coincide con el planteo de que el chofer hizo las anotaciones a medida que ocurrían los hechos. Jorge Bacigalupo, el remisero que destapó el caso Lo peor de todo es que Centeno había dicho dónde estaban los cuadernos, para luego cambiar su relato, lo que llevó a allanar su casa. “Es un tema que deberá ser resuelto en el juicio”, asevera Stornelli”. “Centeno, en su arrepentimiento, dice que los cuadernos los conservaba y dice exactamente donde los tenía guardados en su casa", un chalet en la zona de Olivos, a pocas cuadras de la Panamericana, “lo que lleva a que se interrumpa la declaración y se allane el domicilio”, continúa el fiscal. Pero, cuando Stornelli llegó con la Policía Federal, “los cuadernos no estaban”. “Yo tenía mi convicción de que no era cierto de que los había quemado”, continúa Stornelli. -¿Por qué Centeno sintió la necesidad de mentir? Había reconocido los cuadernos, ya habían sido fotografiados... -Lo ignoro. Creo que alguien de su entorno tuvo algo que ver. Esos cuadernos tendrían un valor comercial. Cuando aparecen, ya casi no eran necesarios. Fue algo más que sumó, pero ya había mucha prueba. Donde fueron escondidos durante más de un año es otro agujero en la trama. Cumple de perritos: Centeno en su viejo chalet de Olivos ¿Quién cuenta el último billete? La causa de los cuadernos se dividió en varios expedientes paralelos al caso central. El presunto lavado del dinero de las coimas fue investigado por Stornelli, con una querella de la UIF, que produjo una serie de informes, que apuntaron a una serie de 14 propiedades en Miami y New York compradas en casi 70 millones de dólares por testaferros y empresarios vinculados a Daniel Muñoz, el fallecido secretario de Néstor Kirchner y su viuda, Carolina Pochetti. Esas propiedades, luego, fueron revendidas para una ganancia de casi tres millones y medio de dólares más, circulados en cuentas de México y Hong Kong, así como en lotes de playa en el paraíso fiscal caribeño de Turks & Caicos. -Sin embargo, Muñoz no era el dueño de esa plata, Pochetti menos. ¿Cómo alguien como Cristina Fernández de Kirchner, la principal acusada, podría ejercer el control de ese dinero hasta hoy? -No voy a hablar de personas ni de actuaciones de personas. El control no se ejercía muy estrictamente. No había forma de manejarse de esa manera. En ese tipo de situaciones, donde hay un circuito de efectivo, van quedando pedazos en el camino. Carolina Pochetti y Daniel Muñoz -Las financieras que enviaban el dinero al exterior se quedaban con un 1 al 6 por ciento. -Pero la decisión de enviar el dinero afuera se toma después. Al principio, el dinero circulaba en el circuito que terminaba en el sur, en aviones presidenciales, en los vuelos que se hacían cada viernes. Sin embargo, el control no era muy fino. Eso permitió que muchos perifericos se enriquezcan. Con el tiempo, varias propiedades fueron rematadas; los lotes de Turks & Caicos fueron decomisados. Sin embargo, que toda esa fortuna regrese al Estado es otra cuenta pendiente. foto y video: Gastón Taylor
Ver noticia original