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Parana » Campo En Accion
Fecha: 27/10/2025 20:53
Finalizado el momento óptimo de las siembras de maíz temprano, empieza la segunda etapa del ciclo de implantación. En fechas tardías, la performance de la genética de los híbridos ILLINOIS Semillas permite sostener rendimientos altos. Quedó cerrada la ventana óptima de siembra para las fechas tempranas de maíz en la Argentina. La zona núcleo maicera, Litoral y algunos sitios sobre el norte de Buenos Aires lograron con éxitos implantar en el momento adecuado, proyectando conseguir rendimientos de potencial, luego de varias campañas previas de resultados erráticos. “Todos los plantíos sembrados temprano están con buena condición agronómica. Por ende, lo recomendable es el seguimiento y nutrirlos con una buena fertilización, de acuerdo con el objetivo productivo de cada lote. También hay muchos lotes anegados que no llegarán a sembrarse en fecha temprana en la provincia de Buenos Aires y que pasarán a siembras de maíz tardío”, describe Jorge Pellegrino, gerente de Desarrollo de ILLINOIS Semillas, una de las marcas de maíz de GDM. Entonces, cabe preguntarse, ¿qué ocurre en los casos de productores que planearon una siembra temprana con un híbrido de potencial y deben atrasar la fecha a una instancia tardía? Según el gerente, el productor puede buscar el máximo potencial de rendimiento sembrando un híbrido de potencial en fecha tardía. “Bajo estas condiciones, no serán los mismos rendimientos de un cultivo temprano y habrá caída de los techos de rendimiento. Sin embargo, las expectativas de rinde son altas al sembrar a inicios de la temporada tardía y dentro del área central del país”, aclara Pellegrino. Al respecto, agrega que, un retraso mayor de tiempo, más allá de ese momento inicial desde fines de noviembre, implica planificar un planteo de estabilidad, bajando la densidad de plantas por hectárea y acompañado de una fertilización acorde a un planteo más restrictivo. Los híbridos de maíz modernos de ILLINOIS Semillas demuestran la adaptabilidad y la versatilidad del desarrollo genético de los últimos años que expuso Pellegrino, a partir del ajuste en la fecha de siembra. “Actualmente, la plasticidad genética de los híbridos permite sostener los altos rendimientos cuando hay ciertas condiciones medioambientales y en respuesta a determinados manejos agronómicos”, reconoce el gerente. Sobre ello, indica que todos los materiales cuentan con una marcada plasticidad reproductiva, como estrategias de compensación para sostener los rendimientos. “Dentro de nuestro portfolio, los híbridos IS 2789 VIP3 o IS 782 VIP3 aumentan el peso de granos o macollan, buscando sostener el rinde. Además, nuestro híbrido IS 550 VT3P tiene el mecanismo de ‘espiga flex’ que, dependiendo de la oferta de recursos ambientales, ajusta el tamaño de la espiga variando el número de hileras. Otra estrategia es la IS 2738 MGRR2/RR2, un material que tiene la habilidad de desarrollar una segunda espiga, cuando el ambiente le ofrece los recursos ambientales”, detalla. En conclusión, añade que, bajo condiciones de siembra tardía, los híbridos actuales son muy eficientes en captar todos los recursos que el ambiente le ofrece. De dicho modo, con menos recursos son más estables, mientras que con más recursos disponibles se potencian. Para concluir, puntualiza sobre dos cuestiones importantes y conectadas: napa freática y nutrición vegetal. “Para planificar la estrategia de fertilización en lotes que padecieron o aún están afectados por excesos híbridos es fundamental ubicar la altura de la napa. Lo recomendable para definir la siembra del cultivo es que la napa esté debajo de los 120 cm de profundidad, lo que permite que el desarrollo radical llegue a la napa y se independice de las lluvias. De la misma manera, el productor debe ser cauto con la fertilización para evitar pérdidas en el perfil por influencia de la napa. La mejor estrategia es intentar dosificar la nutrición en dos momentos, esperando el máximo aprovechamiento del cultivo, y minimizando riesgos de pérdida por excesos de lluvias o napa”, explica.
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