26/10/2025 19:15
26/10/2025 19:14
26/10/2025 19:10
26/10/2025 19:07
26/10/2025 19:07
26/10/2025 19:07
26/10/2025 19:06
26/10/2025 19:06
26/10/2025 19:06
26/10/2025 19:05
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 26/10/2025 16:39
Se conocieron detalles de cómo funcionaba la red de apuestas ilegales vinculada con la mafia y estrellas de la NBA (REUTERS/John Rudoff/File Photo) La revelación de una sofisticada red de apuestas ilegales, con ramificaciones en el mundo del deporte profesional y conexiones directas con la mafia neoyorquina, generó un revuelo en la NBA y en todos los Estados Unidos. El reciente arresto de Terry Rozier, base de los Miami Heat, junto al entrenador de los Portland Trail Blazers, Chauncey Billups, y el exjugador Damon Jones, ha puesto en evidencia un entramado que, según el FBI, involucra a miembros de la familia mafiosa La Cosa Nostra y ha defraudado a sus víctimas por más de 7 millones de dólares. La investigación, bautizada como Operación Escalera Real, se extendió durante varios años y permitió a las autoridades desmantelar una red que, de acuerdo con el fiscal federal Joseph Nocella, se dedicaba a manipular partidas ilegales de póker en ciudades como Manhattan, Miami, Las Vegas y los Hamptons. Los acusados, entre los que figuran trece miembros y allegados de las principales familias mafiosas italoamericanas de Nueva York, empleaban tecnología avanzada para garantizar su victoria en las mesas de juego. Según la comisionada de policía de la ciudad de Nueva York, Jessica Tisch, la operación involucraba a integrantes de las familias Bonanno, Gambino, Lucchese y Genovese, lo que representa una convergencia poco habitual en la historia del crimen organizado local. Según señaló el portal CNN en un artículo especial, el esquema delictivo se sustentaba en el uso de mesas de póker equipadas con tecnología de rayos X, cámaras ocultas y barajas con códigos de barras. Estas herramientas permitían a los organizadores identificar las cartas de cada jugador y transmitir la información a través de auriculares a los miembros de la conspiración. Terry Rozier, el base de Miami Heat que está implicado en la investigación de apuestas ilegales (AP Foto/Nick Wass, Archivo) Sal Piacente, presidente de Universal Game Protection Development, Inc. y consultor de casinos, explicó al medio mencionado que las máquinas barajadoras, aparentemente inocuas, estaban modificadas para leer la baraja y predecir la mejor mano, enviando esa información a los cómplices en tiempo real. “Los tramposos idearon formas de utilizar esa cámara también para saber qué cartas se estaban repartiendo y quién las recibía, y esa máquina barajadora está modificada para transmitir a un auricular y avisarle a la gente quién iba a ganar”, detalló. Durante las partidas, un operador externo recibía los datos y los retransmitía a un jugador clave en la mesa, conocido como el “Quarterback” o “Driver”, quien a su vez señalaba a los demás miembros del grupo mediante gestos codificados, como tocar una ficha de color o realizar movimientos específicos en la barbilla, la muñeca o el brazo. Además, algunas cartas estaban marcadas con códigos visibles solo para quienes usaban lentes de contacto o gafas especiales, y se empleaban bandejas electrónicas para fichas de póker que permitían analizar las cartas sobre la mesa. La presencia de figuras reconocidas del baloncesto profesional, como Chauncey Billups y Damon Jones, era utilizada estratégicamente para atraer a víctimas adineradas a los juegos amañados. Según documentos judiciales, la sola participación de estos atletas, apodados “Face Cards”, confería legitimidad a las partidas y generaba confianza entre los participantes. “Una vez que el juego estaba en marcha, los acusados estafaban a las víctimas con decenas o cientos de miles de dólares por partida”, afirmó el fiscal Nocella. Los implicados coordinaban sus acciones mediante mensajes de texto en tiempo real, llegando incluso a simular pérdidas para prolongar la permanencia de las víctimas en el juego y evitar sospechas. El jugador de Miami Heat fue arrestado por estar involucrado en apuestas ilegales La acusación formal contra Terry Rozier sostiene que el jugador utilizó información no pública sobre partidos de la NBA para beneficiar a terceros en apuestas deportivas. Su abogado, Jim Trusty, rechazó categóricamente las imputaciones y sostuvo que los fiscales “parecen estar creyendo en la palabra de fuentes increíblemente increíbles en lugar de basarse en pruebas reales de irregularidades. La NBA absolvió a Terry y estos fiscales reabrieron el caso. Terry no es un jugador, pero no le teme a las peleas y espera ganarlas”, declaró. Por su parte, el abogado de Billups, Chris Heywood, defendió la integridad de su cliente y cuestionó la verosimilitud de las acusaciones: “Creer que Chauncey Billups hizo lo que el gobierno federal le acusa es creer que arriesgaría su legado en el Salón de la Fama, su reputación y su libertad. No pondría esas cosas en peligro por nada del mundo, y mucho menos por una partida de cartas”. La NBA reaccionó de inmediato a la noticia de los arrestos, anunciando la suspensión de Billups y Rozier de sus respectivos equipos mientras se revisan las acusaciones federales. “Estamos en el proceso de revisar las acusaciones federales anunciadas hoy”, comunicó la liga el jueves. Chauncey Billups, otro de los implicados en la investigación (Mandatory Credit: John Hefti-Imagn Images/File Photo) El alcance de la red criminal no se limitaba al fraude en el juego. Los fiscales documentaron episodios de violencia y amenazas contra quienes no pagaban sus deudas. Además, se registraron robos a mano armada de equipos de juego manipulados y extorsiones para garantizar el cobro de los impagos. La investigación reveló que las partidas amañadas servían como fuente de financiación para La Cosa Nostra. Según el subdirector a cargo de la Oficina Local del FBI en Nueva York, Christopher Raia, la operación ilegal de juego proporcionaba recursos a las familias mafiosas, que se repartían las ganancias obtenidas en los distintos locales de Manhattan. Una de las salas, ubicada en el barrio de Kips Bay, estaba vinculada a la familia Bonanno, mientras que otra, en Greenwich Village, se asociaba a la familia Gambino. La magnitud de la acusación, que reúne a cuatro de las cinco familias mafiosas más influyentes de Nueva York, fue calificada de “extraordinariamente inusual” por Jessica Tisch, quien subrayó la sofisticación tecnológica y la persistencia de los investigadores para desarticular la red. Aunque la mafia ha perdido parte de su influencia nacional, el FBI advierte que sigue representando una amenaza significativa en el área metropolitana de Nueva York y otras ciudades como Filadelfia, Chicago y Detroit.
Ver noticia original