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» Elterritorio
Fecha: 26/10/2025 05:28
Silvina Warenycia y Micaela Morán lideran el novedoso proyecto ‘Universo Bebés’, una obra teatral que busca explorar y profundizar los aspectos más puros de la primera infancia. domingo 26 de octubre de 2025 | 5:00hs. En un país manejado por personas que parecen ignorar conceptos como humanidad, solidaridad y empatía, una novedosa propuesta llegó a Posadas para recuperar esos valores y ponerlos en práctica desde el primer día de vida. Se trata del proyecto Universo Bebés, una idea teatral necesaria que busca explorar el gran universo escénico que compete a la primera infancia y en el que tanto bebés como adultos se ven implicados en una aventura ficcional. El compartir los pone en acción y les permite conectarse con los aspectos más puros de la infancia: las emociones, las acciones, la imaginación y la simbolización. Silvina Warenycia y Micaela Morán le dan vida a este proyecto que ya tuvo más de 100 funciones en Posadas, el interior, Encarnación y provincias vecinas como Chaco, Corrientes y Entre Ríos. ¿Qué las llevó a darle vida a este ambicioso proyecto? Silvina: Quienes producimos esta propuesta llevamos investigando la materia de teatro para primera infancia y específicamente del teatro para bebés desde hace varios años. En este camino percibimos que este repertorio de propuestas son importantes para los bebés por dos cuestiones: por un lado, porque la estimulación sensorial es crucial para el desarrollo cognitivo temprano, porque a través de la observación y la participación, los niños aprenden a pensar de manera más flexible y creativa y sobre todo las situaciones que se viven en el teatro permiten a los niños reconocer y entender diferentes emociones y relaciones humanas, lo que contribuye a su desarrollo emocional y a su capacidad para empatizar con los demás. Y por otro lado, porque estamos convencidas de que estos espacios en donde compartimos el aquí y el ahora teatral promueven y fomentan un vínculo sano entre el adulto y el niño. Percibimos a este adulto disponible, sensible, presente y creemos que se fortalece así el vínculo madre/padre/hijo, se refuerzan los lazos familiares y se crea un sentido de comunidad. Las experiencias compartidas en el teatro pueden generar recuerdos perdurables y conversaciones significativas, incluso entre adultos, reforzando y fortaleciendo la conexión emocional”. Micaela: “Nuestras producciones atienden sobre todo y cada vez más esa necesidad del adulto de encontrarse de manera sincera y sensible con su hije en un espacio seguro confiable cuidado y que invite a ambos a disfrutar, a embellecer, a crear y explorar. Por un lado, el niño explora a través de sus cinco sentidos esas pequeñas historias que se cuentan, que se presentan ante sí como un mundo nuevo, llamativo, novedoso, tentador, colorido, suave, con diferentes texturas al que puede acceder con su cuerpo entero. Todas nuestras propuestas invitan al niño a adentrarse, tocar, chupar, morder, estirar, etc., mientras que el adulto también está convidado a emocionarse, a descubrir sensaciones y emociones nuevas compartidas con ese ser pequeño, al que descubre también en este “ser y estar”. Porque los adultos también necesitan un espacio amoroso y seguro donde reforzar el vínculo con ese ser que vino a sus vidas para cambiarla por completo. S: Pensamos en obras de teatro dedicadas a la primera infancia, que interpelen desde las historias, los personajes, las materialidades y las sonoridades de nuestra región. Es importante resaltar que trabajamos aplicando la exploración con la materialidad, la improvisación y apelamos a la construcción colectiva. Partimos de la premisa de que ‘el ser humano es naturalmente cambiante y que esto es parte de la naturaleza de todas las energías’. M: El proyecto Universo Bebés nació de la unión de dos grupos teatrales, Vuelo Azul y Agua de Río, impulsado por una necesidad muy personal. Silvina y yo estábamos en plena etapa de maternidad, justo durante y después de la pandemia. En ese momento sentimos una necesidad enorme de que nuestros bebés se encontrarán con otros, ya que los jardines no estaban funcionando. Conocíamos las experiencias de teatro para bebés de otras regiones y comprendimos que era fundamental crear aquí, en nuestro lugar, un espacio de encuentro. Queríamos ofrecer arte, belleza, poesía y música, y sobre todo, generar un espacio de vínculo para bebés y sus ‘mapadres’. Primero nos enfocamos en crear una obra de teatro propia y, paralelamente, en gestar un festival que pudiera traer propuestas de otras regiones para difundir el teatro para bebés. De esta manera nacieron dos grandes pilares: el Festival Universo Bebés y nuestra primera obra, El Abrazo del Río, cuya producción nos tomó más de un año. Tras el estreno en 2021, comenzamos a viajar con El Abrazo del Río, realizando giras y recorriendo intensamente la región. Esta etapa fue crucial para aprender y conocer de cerca el panorama teatral de nuestro entorno. ¿Qué se proponen con la obra? M: Nuestras obras proponen una experiencia artística multisensorial creada especialmente para la primera infancia. El objetivo no es que el bebé ‘mire’ una obra, sino que sea parte del relato con el cuerpo, los sentidos y la emoción. En nuestras puestas semicirculares, los bebés y sus mapadres se sientan alrededor, cerca -o dentro- del espacio escénico, explorando sonidos suaves, luces cálidas, texturas amables, colores orgánicos y movimientos que invitan a descubrir. El teatro, en esta etapa de la vida, es encuentro corporal, musical y afectivo, más que una narración lineal. Cada función es irrepetible, porque el bebé no interactúa desde la razón, sino desde la percepción y la curiosidad genuina, y eso vuelve vivo al acontecimiento teatral. Entendemos que la experiencia es intergeneracional: bebé y mapadre, abuelos o adulto referente. Por eso el teatro se vuelve un momento compartido donde el adulto baja revoluciones, hace silencio, respira, mira, toca, ríe, acompaña y se sorprende al mismo tiempo que el bebé. Es un ritual delicado, un espacio poético y amoroso en el que el vínculo se celebra, se fortalece y se embellece. La génesis de Universo Bebés se basó en una necesidad profunda: acercar el arte, la poesía y un espacio cuidado a la primera infancia, fomentando la cultura sensible desde los primeros años de vida. Hemos realizado giras regionales, incluyendo provincia del NEA y Paraguay, siempre con la intención de sembrar un precedente: que más artistas se animen a pensar y crear proyectos para la primera infancia. Es fundamental, ya que una sola compañía no es suficiente. Si bien existen propuestas musicales para los más pequeños, el campo teatral está muy poco explorado. Nuestro deseo profundo es que el teatro para bebés deje de ser una rareza y se convierta en una ventana estable de acceso cultural para la primera infancia. Nuestras obras están dirigidas principalmente a bebés de 6 a 36 meses, siempre acompañados de un mapadre o adulto referente. Creemos que la presencia del adulto no es accesoria, es parte de esta experiencia, porque a esta edad el bebé se siente seguro cuando está a upa, en brazos o mirado de cerca, sostenido efectivamente por esta red que la conformamos entre quienes participamos de esa función; que sentados en círculo observamos y participamos de la propuesta. ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de pensar obras teatrales para los más chiquititos? S y M: Lo primero que tenemos que entender es que el bebé está en una etapa en la que no descifra argumentos, ni tampoco ficcionaliza el mundo. Entonces, lo que recibe el niño es una verdad absoluta. Lo que si hace el bebé es descifrar climas, energías, ritmos, gestos, sensaciones, emociones y sobre todo leer el lenguaje no verbal. Por ello la autenticidad en la actuación -o la no actuación- es clave. Entonces algo esencial que hacemos es cuidar esa emocionalidad que se vive en la obra. El bebé percibe todo: la presencia, la calma, la mirada. Por eso, si el adulto está cómodo, el bebé explora. Si el adulto se permite jugar, el bebé también se abre a ese mundo. Crear teatro para bebés es, en el fondo, crear condiciones estéticas, artísticas y sensoriales para el encuentro, el vínculo. M: Sobre todo se invita al niño a explorar con todos los sentidos. No es solamente ver o espectar, sino que también el niño entra al espacio escénico y todo se convierte en una especie de “happening” en el que estos pequeños espectadores son parte de la trama y perciben la historia desde todos los sentidos. La escenografía se puede tocar, se puede llevar a la boca, se puede tirar, no se rompe, no se desprenden elementos pequeños que puedan ocasionar algún tipo de peligro para el niño. Todo está cosido a mano, no hay mostacillas, ni piezas pequeñas. Las texturas suaves o texturas fuertes invitan al niño a percibir diferentes sensaciones, pero siempre con un cuidado de que ningún elemento pueda ser peligroso. S: Otro factor delicado es el trabajo de iluminación. Las luces suaves que pasan de un color a otro de manera armoniosa, tranquila. Lo que se trata es de que la luz te abrace, no que te deslumbre. ¿En este sentido, en qué se inspiran o cómo surgen las propuestas teatrales? M: Nuestras obras nacen del paisaje, del entorno más cercano, de este territorio que habitamos: el canto de los pájaros, el río, la lluvia, nuestra tierra colorada, la selva, la música nuestra, de la región, la cultura guaraní, la cosmovisión de la naturaleza como un ser vivo del que somos parte. Creemos importante poder ofrecer un ‘producto o un entretenimiento’ que hable de nosotros. Ya lo hizo Paka Paka desde la TV, permitiendo que miles de niños se identifiquen y tengan de referentes a San Martín o Juana Azurduy. Es importante producir contenido nuestro para fortalecernos con identidad. Hoy en día accedemos a contenido de todo el mundo y poco a poco nos vamos olvidando de quiénes somos y lo que tenemos que cuidar. Hacer poesía, arte, teatro es político. No partidario, pero sí es llevar una bandera ideológica de respeto y cuidado de nuestras infancias. En este sentido es que también hemos desarrollado funciones distendidas para niñas y niños con hipersensibilidad sensorial, reduciendo los estímulos un poquito más y trabajando con anticipación emocional, siempre acompañados por especialistas que nos asesoran para llevar adelante estas propuestas. El territorio es, para nosotros, memoria y futuro. Queremos que esos sonidos, colores y texturas del paisaje regional se alojen en la sensibilidad temprana, como una semilla de esperanza. ¿Cómo está la cultura hoy en general, y el teatro en particular, frente a los recortes nacionales? S y M: Es un momento difícil y triste. La cultura está resistiendo. Por un lado, la toma de decisiones políticas que no cuidan nuestra identidad ni nuestras necesidades humanas más básicas e importantes como la salud, la educación. Y aquí los más afectados son nuestros niños y niñas. Por otro lado, los recortes afectan directa e indirectamente a nuestras producciones, a nuestros grupos teatrales y las salas que con mucho esfuerzo construyen rincones de encuentro. También los recortes se sienten en los festivales cada vez más esporádicos. Creemos que el Estado debe ser garante de acceso cultural desde el nacimiento, no como entretenimiento, sino como política de cuidado y conciencia identitaria. Pero mientras tanto, seguimos: porque el teatro que abraza a las infancias es también un acto político. En un mundo acelerado, hostil y ruidoso, ofrecer belleza, silencio, ternura y encuentro es una forma concreta de resistencia y de amor.
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