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  • Flow estrena "Yiya", la serie sobre la histórica envenenadora – MisionesOpina

    » Misionesopina

    Fecha: 25/10/2025 05:54

    La plataforma Flow lanzó el avance de “Yiya”, la serie biográfica sobre Yiya Murano, la primera mujer en Argentina condenada a prisión perpetua por el envenenamiento de tres amigas, y confirmó su estreno preferencial para el 13 de noviembre. La ficción, que mezcla drama y elementos de true crime, cuenta con un elenco encabezado por Cristina Banegas y Julieta Zylberberg, e integra también a Pablo Rago, Mónica Antonópulos, Cecilia Dopazo, Diego Cremonesi y Carlos Portalupi, entre otros. Los suscriptores podrán ver los cinco episodios de 30 minutos en el servicio on demand; además, el lanzamiento incluirá un especial en formato documental. Según la producción, Flow junto a Kuarzo e Idealismo Contenidos, “con una apuesta diferente y un relato que promete atrapar al espectador, Yiya buscará revelar los oscuros secretos detrás de la vida de la asesina y estafadora que logró marcar un antes y un después en la historia criminal argentina”. La serie fue dirigida por Mariano Hueter, escrita por Marcos Carnevale y producida por Martín Kweller y Maru Mosca. El caso que inspira la serie ocurrió entre febrero y marzo de 1979. Yiya Murano envenenó con té y masitas finas a Nilda Gamba, Lelia Formisano de Ayala y a su prima Carmen Zulema del Giorgio Venturini, en hechos ocurridos entre el 11 de febrero y el 24 de marzo de ese año. La investigación determinó que el móvil habría sido una deuda no saldada por Murano; un pagaré con su nombre hallado en la casa de una de las víctimas puso a los familiares en alerta y derivó las sospechas hacia ella. Los pesquisas concluyeron también que la mujer, que ejercía como usurera, les debía dinero por un negocio que terminó siendo una estafa, y que las víctimas eran personas de su confianza, sus grandes amigas. Las pericias señalaron que el agente letal fue cianuro, un compuesto que suele asociarse al aroma y sabor a almendras amargas; la crónica recuerda que Murano cuidaba a las víctimas durante su agonía y era la primera en mostrarse compungida en los velorios, “aunque lo hacía sin lágrimas”, apunta el relato periodístico. Fue detenida el 27 de abril de 1979. Años después, su figura siguió generando polémica. Fue liberada el 20 de noviembre de 1995 por una reducción de pena y la aplicación del llamado “dos por uno”. Un año más tarde participó como columnista de moda en el programa La Hoguera y llegó a ser invitada a almuerzos de Mirtha Legrand, a quien incluso le ofreció masitas con té. Sobre el acceso al veneno, uno de los investigadores expresó la perplejidad que acompañó la pesquisa: “¿De dónde obtenía la asesina el veneno alcalino? Es algo que no se expende en cualquier lado. Es así que la División Homicidios puso a trabajar a varias comisiones en las droguerías, laboratorios o veterinarias de Capital Federal y del Gran Buenos Aires. ‘La receta o el documento firmado por el médico que utilizó Yiya para llevar a cabo su obra maestra del terror. Necesariamente un profesional tuvo que haberle firmado la receta’”, relató el investigador citado. Murano, en tanto, siempre negó que las muertes fueran por envenenamiento: “A una de ellas le hicieron respiración boca a boca ni bien le dio el paro cardíaco, si tenía cianuro el médico se habría muerto”, se defendía. Con el paso del tiempo volvieron a la luz versiones que complican aún más la figura de Murano. Infobae publicó reconstrucciones que atribuyen a Yiya otros episodios sin condena. Su hijo Martín Murano, autor de un libro sobre su relación con la madre, relató un episodio escalofriante de su infancia: “Me quiso matar cuando yo tenía diez años. Vi que le puso un líquido de un frasquito que ocultó. Me iba a dar el pedazo de torta pero a último momento no me lo dio. No se arrepintió, simplemente no se animó a dármela, que es muy distinto”. También surgieron denuncias de su hijastra Julia Banín, quien años atrás aseguró que Yiya intentó envenenar a su padre Julio y a ella misma: «Creemos que le puso veneno para ratas a los fideos», dijo la joven, y añadió acusaciones sobre robo: «Guardaba la plata en una caja. Ella reemplazó los billetes por diarios recortados», denunció. Las sospechas de que Murano pudo haber cometido más crímenes o contado con cómplices no desaparecieron: investigadores y participantes del proceso consideraron la hipótesis de la participación de terceros, incluso de un médico que habría facilitado los frascos de cianuro, o de algunos amantes que podrían haber colaborado. Testigos mencionaron la presencia de un hombre visto corriendo por las escaleras desde la casa de una de las víctimas; hubo indicios y sospechas, pero nunca se confirmó la existencia de un cómplice que fuera judicialmente responsabilizado. La propia Yiya alimentó su leyenda con afirmaciones y actitudes que incrementaron el morbo público. se jactaba de haber tenido relaciones con una gran cantidad de hombres y dejaba declaraciones enigmáticas como “La verdad está acá, y si alguien no pone la biyuya me llevaré todo a la tumba”. El balance público que quedó es el de una figura marcada por la crueldad y el misterio: risas, llanto fingido y la fama de alguien capaz de actuar como si fuera un personaje sacado de una novela de Agatha Christie. Fuente: Misiones Online

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